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Uribe ofrece beneficios a rebeldes FARC que deserten con rehenes

«Ofrecemos todos los beneficios jurídicos, todo el apoyo para aquellos que desmovilicen sus cuadrillas y traigan consigo a los secuestrados», afirmó el mandatario colombiano.


El presidente colombiano, Álvaro Uribe, instó hoy a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que vigilan a los secuestrados a que «recapaciten» y deserten con los rehenes y a cambio les ofreció beneficios jurídicos y recompensas.



Uribe hizo la afirmación en el aeropuerto de Bogotá, antes de salir a Buenos Aires para asistir a la toma de posesión de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.



«Un llamado a los guerrilleros que están cuidando, léase torturando, a los secuestrados, para que recapaciten. Ofrecemos todos los beneficios jurídicos, todo el apoyo para aquellos que desmovilicen sus cuadrillas y traigan consigo a los secuestrados», expresó.



El pasado viernes, el mandatario acogió una propuesta de la Iglesia católica y planteó una «zona de encuentro» de 150 kilómetros cuadrados para el acuerdo que permita liberar a los 45 políticos, soldados, policías y estadounidenses secuestrados por las FARC, que aspiran a intercambiar por cerca de 500 guerrilleros presos.



También anunció un fondo de 100 millones de dólares en el Ministerio de Defensa para pagar recompensas y hoy precisó que las gratificaciones se pagarán según la importancia de la colaboración.



Además, el mandatario recordó que el mes pasado el Ejército detuvo a tres presuntos milicianos urbanos de las FARC que tenían en su poder pruebas de supervivencia de 16 de los 45 secuestrados, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que también tienen nacionalidad francesa.



Sin embargo, Uribe reclamó las pruebas de supervivencia del resto de los 45 rehenes.



Además, apoyó los pedidos para que una comisión del Comité Internacional de la Cruz Roja pueda llegar a los sitios en los que están varios de los secuestrados en precarias condiciones de salud y «evitar que continúe el deterioro síquico y físico».



El presidente colombiano dijo hoy que para calmar las «preocupaciones de algunos colombianos» sobre la «zona de encuentro», ésta «debe ser una zona rural, en sitio no poblado, área aproximada de 150 kilómetros cuadrados, donde no haya instalaciones y presencia militar y policiva que remover o desplazar».



Agregó que el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, le pidió que esa zona dure treinta días y subrayó que la oferta de esa «zona de encuentro» será manejada exclusivamente por dignatarios de la Iglesia Católica.



«También es importante que el mundo sepa que esta tragedia la ha vivido Colombia durante 50 años, que así como han torturado a estos compatriotas, han torturado a miles», expresó Uribe.



«Debo repetir que las decisiones del gobierno fueron dos: aceptar la zona de encuentro propuesta por la Iglesia católica, para que haya tranquilidad de la ciudadanía, y segundo, la creación del fondo de 100 millones de dólares en el Ministerio de Defensa para estimular a los guerrilleros que están custodiando secuestrados para que desmovilicen y traigan consigo a los secuestrados», dijo.



En cuanto a las recompensas, Uribe señaló que los rebeldes rasos tienen «menos cinismo» que los miembros de la cúpula, entre los que citó al fundador y jefe máximo, Pedro Antonio Marín, conocido como «Manuel Marulanda» o «Tirofijo».



El mandatario colombiano insistió a los rebeldes a que «en lugar de seguir causando ellos ese dolor a los secuestrados, a las familias, al mundo entero, inmediatamente recobren la libertad para los secuestrados y para ellos mismos y el gobierno les ofrece todos los beneficios jurídicos, toda la protección, todo el apoyo».



Las FARC no han contestado todavía a la propuesta hecha el viernes por Uribe.



Esta guerrilla exige desde hace cinco años la desmilitarización de dos municipios del departamento del Valle del Cauca (suroeste), que el Ejecutivo no acepta por cuestiones de soberanía y protección a 100.000 habitantes de esa región y para no arruinar la «seguridad democrática», política eje de su administración.



EFE

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