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El piñerismo en el muro de los lamentos

El ímpetu con que la derecha asumió la campaña presidencial unida, tras el apoyo de la UDI a Sebastián Piñera, ha ido decayendo con el paso del tiempo. Con ello comenzaron a surgir las críticas tanto desde el gremialismo como de RN a la forma como se están haciendo las cosas desde el comando. Nadie está del todo conforme. Para rematar, algunas decisiones de campaña le están provocando conflictos internos a Juan Antonio Coloma.


Hasta hace sólo unos días había que reconocer que la derecha parecía haber aprendido la lección: mantener la disciplina, pese a las críticas internas, con el objeto de mostrar gobernabilidad. Todo en pro de una meta superior, que es simplemente llegar a La Moneda, después de 20 años de supremacía de la Concertación. Pero esta actitud no podía durar mucho tiempo dadas las enormes diferencias existentes entre Renovación Nacional y la UDI, e incluso al interior de ambos partidos, en orden a cómo enfrentar la campaña presidencial. Por lo pronto, los aspectos más problemáticos, desde el punto de vista del gremialismo, dicen relación con la elección parlamentaria y el inminente acuerdo con ChilePrimero para oficializar la «Coalición por el Cambio».

Las que en un comienzo eran pequeñas diferencias, tal vez debido al regocijo que producía la inigualable posición de su abanderado en las encuestas, han ido in crescendo con el paso de los días. Paralelamente, tal vez por coincidencia, al estancamiento de Piñera según los últimos sondeos conocidos. Pero lo peor de todo es que las críticas hacia el candidato y a la labor realizada por el comando no sólo vienen de un sector de la UDI -puesto que la estructura formal del partido se cuida muy bien de no hacerlas-, sino también de un grupo de militantes de RN que se muestra disconforme con la forma como se están haciendo las cosas en la campaña y con la escasa organización que ven en el comando.

La situación comenzó a explotar a partir del caso FASA. En el propio partido del empresario causó profunda molestia la forma como se enfrentó el tema y el hecho de que se haya reaccionado en vez de haber previsto la situación. A partir de allí las críticas fueron tomando otro cariz. Comenzó a salir a la luz la molestia de RN debido a que «la UDI se tomó la campaña de Piñera en terreno». En el gremialismo admiten que eso es así, pero lo atribuyen a que Renovación no tiene una estructura que se haga cargo de las visitas a terreno a nivel nacional, simplemente porque a estas alturas ya no tiene estructura partidaria, cosa que reconocen en la tienda de Antonio Varas, donde dicen que «hace mucho tiempo que el partido no tiene estructura territorial».

Mientras que una alta fuente de la UDI asume que la labor del partido será poner toda su energía en sacarle partido a su estructura territorial en beneficio de la campaña presidencial, para que si en el peor de los casos Piñera no ganara las presidenciales, no se le pueda achacar al gremialismo que no hizo la tarea. Y dado que el comando del empresario «no tiene una organización definida, nos vamos a evitar la burocracia y vamos a hacer la pega que sabemos hacer sin preguntarle a nadie».

La personalidad de Piñera

Por otra parte, si bien emblemáticas figuras gremialistas se cuadraron con sus aliados en la defensa del candidato en el caso FASA, lo cierto que en privado mantienen sus objeciones a que Piñera se haya tomado tanto tiempo para aclarar la ambigua situación que le genera el no separar los negocios de la política, concientes de que ese continúa siendo un flanco difícil de enfrentar. Una fuente de la UDI decía molesta que en este tema «se cometió un tremendo error y Piñera no ha aquilatado bien sus efectos». Al punto que la presión sobre el candidato provocó que éste comenzara a definir el tema, anunciando que este mes comenzará a entregar a terceros la administración de sus inversiones.

Otro elemento que preocupa tanto en RN como en la UDI es que Piñera «no escucha a nadie» y sigue siendo un «candidato omnipresente», no obstante, quienes reciben las críticas y ponen en juego su imagen frente a los errores  son las figuras que se encuentran en su entorno. «La personalidad de Piñera es un tema que afecta el curso de la campaña», dice una fuente gremialista.

Las vocerías también han sido tema de crítica. Aunque todavía nadie sabe explicar la orgánica del comando, la mayoría coincide en que el brazo derecho del empresario, el abogado Rodrigo Hinzpeter, es quien hace las veces de coordinador de los diferentes estamentos. Por increíble que parezca su labor es mucho mejor evaluada desde la UDI que desde RN, pero las peores críticas van dirigidas al desempeño de la diputada gremialista Marcela Cubillos. En Antonio Varas han sido drásticos en sostener que «no lo ha hecho bien». Y aunque no faltan quienes en calle Suecia estiman que Joaquín Lavín sería un gran jefe de campaña para Piñera, otros descartan tal posibilidad con el argumento de que quien realice esa tarea debe «ser alguien cuyos costos políticos sean bajos, como en el caso de Hinzpeter».

Cuestionamientos a Coloma

Un tema que se venía arrastrando desde hace semanas y que explotó inesperadamente en la reunión de la bancada gremialista del pasado martes, es el que dice relación con las campañas parlamentarias. Los diputados de la UDI no están para nada conformes con la labor realizada por su timonel en la negociación para apoyar al empresario. Lo irónico de la situación es que la molestia viene incluso de algunos parlamentarios que no dudaron en ser los primeros en abogar porque su partido se sumara a la campaña de Piñera.

Si bien esto comenzó el martes, ayer miércoles tuvo un segundo capítulo, pues la bancada invitó al presidente de la UDI, senador Juan Antonio Coloma, a una reunión justamente para hacerle ver las críticas que sobre la materia se venían acumulando soterradamente. Coloma llegó a la cita, en el comedor de la bancada de la UDI en el Congreso, acompañado de su secretario general, Víctor Pérez, en lo que algunos colomistas definieron como una encerrona de la bancada, pues las críticas hacia su gestión lo tomaron absolutamente por sorpresa.

Aunque en la reunión se tomó el compromiso de que no se filtraran los contenidos de la misma, como había sucedido el día anterior, uno de los presentes explicó que se le planteó a Coloma que «la directiva no ha hecho todos los esfuerzos necesarios para negociar lo mejor posible el apoyo de la UDI a Piñera, en el marco de las elecciones parlamentarias».  Ello, porque «figuras emblemáticas», según los términos utilizados por la misma fuente, «terminaron siendo objeto de una competencia hostil». Algunos de quienes están en dicha situación serían el presidente de la Cámara, Rodrigo Álvarez, quien podría ser enfrentado en Providencia por el RN Nicolás Monckeberg y Marcelo Forni -tal vez el primer UDI en cuadrarse con Piñera-, quien tendrá una dura confrontación con Lily Pérez.

Pero ese no es ni por lejos el único problema que enfrenta Coloma. También está el hecho de que cuando Piñera y RN invitaron a ChilePrimero a sumarse a la candidatura del empresario y formar en conjunto la famosa «Coalición por el Cambio», la UDI -al menos la militancia UDI- no fue consultada y menos se le explicaron los reales alcances de esta nueva orgánica. De hecho, un diputado grafica claramente lo que para muchos significa este nuevo conglomerado: «Uno de los temores que implica la nueva coalición es que la UDI pase a ser un sexto de la Alianza, después de haber sido un medio. Y eso no lo vamos a aceptar».

 

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