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Las razones de los alumnos de la U. del Mar para respaldar la acusación constitucional contra Beyer Libelo se vota hoy en la Cámara de Diputados

Las razones de los alumnos de la U. del Mar para respaldar la acusación constitucional contra Beyer

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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El principal argumento comunicacional del secretario de Estado para su defensa, es que puso punto final a la cuestionada institución privada de educación que se transformó en el ícono de los males del sistema. Sin embargo, tres estudiantes echan por tierra el discurso del ministro. “No ha hecho bien su pega… El mentir a todo un país con un plan de contingencia que no existe, esconder antecedentes de lucro y no entregarlos a las autoridades cuando correspondía…”, son algunos de los argumentos entregados por los estudiantes de la cuestionada universidad ante la comisión que el martes rechazó la acusación contra el ministro de Educación.


El 28 de marzo pasado las asesoras del Ministerio de Educación, Loreto Cox y Silvia Eyzaguirre, defendían la labor del ministro de Educación, Harald Beyer, sumando argumentos como el cierre de la Universidad del Mar, uno de los hitos que ha marcado la gestión del secretario de Estado. “Producto de una de las investigaciones realizadas por el Ministerio de Educación, dicha cartera solicitó en octubre de 2012 al Consejo Nacional de Educación (CNED) la aprobación para revocar el reconocimiento oficial a la Universidad del Mar, debido a los graves incumplimientos cometidos a sus estatutos. El CNED ratificó los cargos, luego de lo cual el ministerio decretó el cierre de la Universidad del Mar. Así, fue bajo la administración del ministro Beyer que por primera vez en la historia de Chile se decretó el cierre de una universidad autónoma”, decía el texto.

Aunque el oficialismo ha levantado el caso de la Universidad del Mar como el emblema antilucro, los estudiantes de esa casa de estudios no tienen la misma percepción sobre la gestión del ministro Beyer. Ello, por cuanto los antecedentes que recibió el secretario de Estado le permitían haber tomado medidas mucho antes.

El mismo jueves que las asesoras del ministro publicaban sus argumentos, tres alumnos de la Universidad del Mar entregaban su testimonio ante la comisión que estudiaba el libelo contra Beyer, el cual fue rechazado el martes por la instancia. Ese día, los diputados escucharon las versiones de Raúl Soto, Paola Zapata y Marta Molina.

“Sé que la acusación constitucional no es nuestro objetivo principal, pero debo señalar con mucha fuerza que necesitamos un interlocutor, un ministro de Educación que se siente a trabajar con los estudiantes y que no nos dé soluciones que vulneran nuestra vida, precarizan nuestra condición de estudiantes y dejan a miles de personas sin trabajo”, afirmó esa tarde Soto, presidente de la Federación de Estudiantes de la casa central la U. del Mar, una instancia que representa –según cifras de 2012– a 3 mil 34 estudiantes de los 18 mil que tiene esa casa de estudios.

[cita]“Beyer tenía un rol fiscalizador que no llevó a cabo hasta que el ex rector hace las denuncias a pesar de tener bastante información al respecto. El cierre de la Universidad del Mar no soluciona nada ni tampoco sienta precedentes de cómo tendría que darse el proceso de investigación. Ni siquiera ataca al lucro porque, a pesar que el informe del CNED habla de lucro, el decreto de cierre no habla de eso por ninguna parte. No existe voluntad política porque defienden el modelo privado y le temen a aumentar el rol del Estado”, dice Soto.[/cita]

En la presentación ante la comisión, Soto se refiere a las primeras intervenciones del ministro Beyer tras la renuncia del ex rector Raúl Urrutia, quien denunció públicamente una serie de irregularidades: “El ministro cuando habla en su primera intervención dice que la Universidad del Mar debiera cerrarse. Entenderán que ése es el primer gran embate que sufre nuestra casa de estudios. Más que la casa de estudios, la comunidad triestamental, porque se genera una alarma en las familias que están depositando la inversión mensual por concepto de arancel –incluso anual– con carreras que son de un costo muy elevado”, dice Soto. Además da cuenta de sus primeras desavenencias con la forma de proceder de Beyer: “Nosotros, a esa fecha, en mayo de 2012, considerábamos irresponsable esa postura, sin antes haber hecho la investigación que se tenía que hacer. Muchas veces se ha dicho que no hay facultades para investigar y fiscalizar, pero el ministerio desarrolló una investigación. Recuerdo haberme entrevistado con ellos en una asamblea sobre temas académicos, y nos preguntaban cómo se desarrollaban los procesos internos de la Universidad del Mar a nivel académico, no financiero ni administrativo, que era lo que nos competía a nosotros… Ahora bien, cuando hicimos el análisis de cuáles eran los posibles escenarios que enfrentaría la Universidad del Mar, estaba la intervención y la posibilidad de cierre, que perjudicaba a más de 18 mil estudiantes y 5 mil trabajadores a nivel nacional, involucrando a los funcionarios con contrato más vulnerable, como son los honorarios. Desgraciadamente, nos encontramos con que el ministro siguió insistiendo en el tema del cierre de la universidad…”.

Soto también mencionó lo difícil que resultó que el ministro los escuchara: “Recuerdo muy bien que en 2012 –voy a retroceder un poco–, cuando estuve en huelga de hambre por el tema de la Universidad del Mar, Santiago Ladislao Larraín, asesor del ministro Beyer, nos dijo que había dos opciones: la multa o el cierre, pero que ellos querían buscar e imponer una solución intermedia que nos beneficiara a nosotros, pero que necesitaba que depusiéramos la huelga de hambre, porque el ministro no iba a negociar bajo presiones. Depusimos la huelga de hambre y todavía no nos podemos reunir con el ministro, a pesar de que me he encontrado personalmente con él y le he solicitado una reunión. Me dijo, el 16 de diciembre, en diez días más nos reunimos. Cuando llegó la fecha me comuniqué con su asesor, quien me contestó: seguramente el ministro está esperando tener algo nuevo para contarles, de lo contrario, va a ser una reunión infértil. Parece que todavía no tiene mucho nuevo que contarnos, porque aún no tenemos una reunión formal con el ministro ni hemos trabajado en conjunto”.

Soto comenta a El Mostrador que la acusación constitucional contra Beyer procede por abandono de deberes. “Él tenía un rol fiscalizador que no llevó a cabo hasta que el ex rector hace las denuncias a pesar de tener bastante información al respecto. El cierre de la Universidad del Mar no soluciona nada ni tampoco sienta precedentes de cómo tendría que darse el proceso de investigación. Ni siquiera ataca al lucro porque, a pesar que el informe del CNED habla de lucro, el decreto de cierre no habla de eso por ninguna parte. No existe voluntad política porque defienden el modelo privado y le temen a aumentar el rol del Estado”, enfatiza Soto.

La comisión que estudiaba la acusación constitucional votó en contra del libelo. Sin embargo, el tema será visto por la sala de la Cámara de Diputados el jueves. Los diputados de la UDI Gastón von Mühlenbrock, Cristián Letelier y Mónica Zalaquett rechazaron la acusación, mientras que el único voto de apoyo a la medida fue del DC, Fuad Chahín.

Un plan inexistente

Marta Molina es estudiante de quinto año de la carrera de Kinesiología de la Universidad del Mar. Dice que los primeros tres años fueron relativamente “buenos”, aunque siempre “hubo falencias”. Sin embargo, concuerda con Raúl Soto de que todo el problema se hizo mayor –más mediático y tomado en cuenta por las autoridades– después de la renuncia de Raúl Urrutia. “Si tengo que resumir mi experiencia dentro de la U. sería la peor de mi vida, no por la parte académica o humana dentro de esta casa de estudios, sino por todo lo que nos ha costado que las personas encargadas de proteger un derecho tan básico como es la educación se hagan cargo de su responsabilidad”, declara Marta a El Mostrador. “Mala porque te das cuenta que en este país que tu tanto amas, las instituciones están por sobre el Estado y nosotros, los simples mortales que hipotecamos nuestro patrimonio familiar para educarnos, no importamos para nada”.

El pasado 28 de marzo y en el momento que debió hablar ante los parlamentarios, Molina dijo que el ministro se merece la acusación constitucional porque “él nos ha mentido en la cara, le ha mentido a la opinión pública y a los medios de comunicación diciendo que tiene soluciones para los alumnos. Dijo en un primer momento, en una sesión especial de la Comisión de Educación, donde nosotros estuvimos presente, que luego de decretado el cierre tenía un plan para los alumnos; que tenía trabajado el proceso de cómo se haría la reubicación y la continuidad para los que queríamos quedarnos en la Universidad del Mar, porque como bien dice la profesora, el ministro cree que todos nos queremos ir de la universidad, asume que todos queremos arrancar de la institución, y no es así”.

Para Marta el problema no pasa solamente por si la Concertación fiscalizó o no en 20 años. “El ministro no ha hecho bien su pega. Primero, al acreditar la universidad si ya tenía antecedentes previos de mal funcionamiento y para eso, hubo un personaje vinculado directamente del ministerio en esta acreditación: el jefe de la división de educación superior, Juan José Ugarte, así que no puede librarse de la responsabilidad. Por otro lado, la forma tan deficiente con la que ha manejado la crisis U. del Mar es una vergüenza nacional, para una cartera tan sensible como lo es la de Educación. El mentir a todo un país con un plan de contingencia que no existe, esconder antecedentes de lucro y no entregarlos a las autoridades cuando correspondía… Todo esto creo que hace a Beyer merecedor de la acusación y espero que la clase política no siga decepcionando al pueblo y la apruebe o tendrán que pagar el costo político que significa votar en contra de los estudiantes y las familias de los estudiantes en todo Chile”, dice Marta desde San Fernando, ciudad en que se encuentra la sede donde ella ingresó a estudiar Kinesiología y donde es presidenta de la federación de estudiantes que representa a 900 estudiantes.

El abandono

“A nuestro entender y el de varios académicos –hay uno que sostiene una tesis contraria–, el principio de probidad incluye el deber de veracidad de la autoridad pública, es decir, actuar con la verdad y con honestidad, tal cual se establece en la Ley General de Bases de la Administración del Estado y en el artículo 8º de nuestra Constitución Política… Desde ese punto de vista, del deber de probidad que incluye la honestidad y la veracidad, en el episodio Universidad del Mar, ¿consideran que el ministro de Educación se ha ajustado al principio de probidad actuando de manera honesta, veraz y transparente?”, preguntó el 28 de marzo el diputado Fuad Chaín, uno de los integrantes de la comisión.

Paola Zapata, estudiante de cuarto año de Enfermería vespertina, escuchaba entre los asistentes y también entregó su versión. Cree que el ministro Beyer debiera ser acusado constitucionalmente no solo por “abandono de deberes”, sino porque si le faltaban herramientas para fiscalizar las pudo “haber creado ante toda la información que existía”.

El día 28 de marzo, ante los diputados que la escuchaban relató lo siguiente: “Ayer estuve conversando con uno de los asesores, Juan Pablo Escobar. Cuando le pregunté por soluciones para los vespertinos –me hago cargo de eso, porque, incluso, estaba presente una compañera-, me contestó que no hay solución. Entonces, si estamos hablando de que el ministerio no ha cumplido, hay que decir que no lo ha hecho no solo en el tema de sus compromisos. Estuve en una de las comisiones cuando el ministro Harald Beyer dijo: ‘En el minuto en que se decrete el cierre, nosotros, como Ministerio, nos hacemos responsables del alumnado, del profesorado y de los trabajadores, y hasta del último alumno que egrese de la universidad hasta la reinserción laboral’, lo que hoy es una falacia y una falsedad. Tenemos compañeros que no encuentran fuente laboral, porque son discriminados por el solo hecho de provenir de la Universidad del Mar; no les dicen que no los van a aceptar, simplemente, no los llaman nunca”.

Mientras espera desde su casa los resultados de la acusación constitucional, Paola comenta a El Mostrador que está molesta porque cree que el ministro faltó a la verdad. “Mintió descaradamente ante una comisión y como garante de la educación en Chile no está haciendo su pega. Si hubiesen investigado, si hubiesen hecho auditorías la situación sería muy distinta para mí y todos en la U. del Mar”.

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