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Felipe Sandoval: el señor de los salmones De ex subsecretario de Lagos a presidente de SalmonChile

Felipe Sandoval: el señor de los salmones

Su primer acercamiento al mundo pesquero fue como autoridad (subsecretario del rubro), tras lo cual tuvo un rol clave en la denominada Mesa del Salmón creada tras la debacle provocada por la llegada del virus ISA. El salto a la vereda privada lo dio luego, al aterrizar en una salmonera, lo que se vio coronado por su elección unánime como presidente del poderoso gremio. Dicho aterrizaje es cuestionado por algunos actores de la Nueva Mayoría, que ven un profundo cambio en el antiguo “chascón” de los 80, que hoy se siente más identificado con la nueva corriente conservadora de “Progresismo con Progreso”, de la que forma parte junto a Mariana Aylwin, Hugo Lavados, Eduardo Aninat y otros históricos democratacristianos.


“Progresismo con Progreso” es el grupo de WhatsApp en que el ingeniero civil y presidente de SalmonChile, Felipe Sandoval Precht, recibe diariamente mensajes de parte del lote de históricos democratacristianos que, como él, no comulgan con el rumbo tomado por el Gobierno de Michelle Bachelet.

En enero pasado, varios DC, entre los que se cuentan Mariana Aylwin, Hugo Lavados, Ernesto Tironi, Álvaro Clarke, Pedro García, Eduardo Aninat y Clemente Pérez, publicaron una carta dirigida a los dirigentes de la falange, titulada “Progresismo sin Progreso: ¿El Legado de la Nueva Mayoría en Chile?”, criticando duramente la forma en que se han abordados las reformas, mostrando su preocupación frente a la imposición de “una tendencia que privilegia expandir el rol del Estado sobre la solución efectiva de los problemas que se enfrenta y de gestionar solo desde la cúpula burocrática, sin reconocer el rol subsidiario del Estado”.

La declaración pública no estaba firmada por Sandoval, pese a que fue uno de los gestores de la misiva, porque –según explica– “por el cargo que tengo, no puedo vincular a los socios de SalmonChile”, gremio que agrupa a las principales empresas productoras de salmón y sus proveedores.

La industria salmonera ha estado en el ojo del huracán en medio de las masivas manifestaciones y paros protagonizados en Chiloé y la Región de los Lagos a causa de la crisis por la marea roja, debido a las acusaciones por parte de la ciudadanía que apuntan a históricas responsabilidades ambientales de las empresas acuícolas, sumadas al vertimiento de miles de toneladas de salmón muerto en el mar como consecuencia de un incontrolable florecimiento de algas nocivas.

Acusaciones que son rechazadas tajantemente por la industria.

No es la primera vez que el gremio enfrenta un escenario difícil: el virus de la anemia infecciosa del salmón (Isa, por sus siglas en inglés), ya había marcado a fuego a la industria hace casi diez años, tanto en pérdidas monetarias como de imagen, sobre todo luego de la publicación de un artículo del New York Times (NYT) sobre la propagación del virus, cuestionando seriamente los métodos de cultivo.

Sandoval también enfrenta reparos, que apuntan más bien a su aterrizaje en un sector que enfrenta acusaciones por diversas malas prácticas, luego de haber estado en la vereda de enfrente como subsecretario de Pesca y de haber tenido un rol clave en la Mesa del Salmón, que justamente se creó para sacar al millonario negocio del atolladero provocado por el ISA.

Lo que –asegura– “me tiene sin cuidado, porque he hecho muchas cosas que han sido muy criticadas toda mi vida. Partiendo por la época de los 70 en que peleábamos contra los milicos y éramos minoría”.

En esa época, Sandoval era un reconocido militante del ala de los “chascones” de la DC. Eran otros tiempos.

Hoy se identifica mucho más con el grupo del Progresismo con Progreso –una suerte de nueva corriente interna dentro del partido, calificada por los propios militantes como conservadora– con los que se conecta diariamente. “Es un grupo de 30 a 40 personas (…) Hugo Lavados, Milenko Mihovilovic, son buenos para escribir, la Mariana…Yo no escribo nunca, hablan todos los días. Es gente más intelectual, profesionales”, explica el ingeniero, que vio marcado su paso como presidente de la Juventud Demócrata Cristiana en los 80 por el ala de los “chascones”.

El ex senador Mariano Ruiz-Esquide, eterno chascón, considera que Sandoval “es un hombre que ha sido leal siempre a la DC, técnicamente muy valioso. Al comienzo de su carrera representó mucho lo que es el planteamiento más progresista dentro del partido, perteneció tiempo largo a los chascones. Después se apartó y en los últimos años no hemos tenido mayor cercanía con él”.

Su alejamiento con el mundo chascón –explica el propio Sandoval– se inició cuando Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue candidato a presidente del partido y contó con el apoyo de esta facción, pero no con el suyo. “Después vino la elección entre Frei y Zaldívar. “Yo apoyaba a Andrés Zaldívar, porque consideraba en ese minuto que Andrés representaba mejor la posición del partido frente a la Concertación, también había trabajado con él y tenía una relación personal más estrecha”.

Encargado reo

La tupida barba que lo caracteriza no ha abandonado en treinta años a Sandoval, quien salvo algunas canas y el obvio paso del tiempo, mantiene una imagen muy similar a la que tenía en los 80, cuando era presidente de la JDC y un asiduo asistente a marchas y movilizaciones.

También daba entrevistas en distintos formatos. Una de ellas, en Canal 11, le valió ser encargado reo tras una querella por parte de carabineros y militares por injurias, porque al preguntarle por el Caso Degollados dijo que todo el mundo sabía que los carabineros habían degollado a los profesores comunistas. Así lo recuerda su amigo y ex diputado Andrés Palma (DC), que asegura que por este motivo, y pese a que Sandoval había ganado internamente en el partido para ser candidato a diputado, fue él quien terminó compitiendo y ganando el escaño en representación de Macul, San Joaquín y La Granja.

En otra entrevista, esta vez a la revista Apsi en octubre de 1987, Sandoval señalaba que “el mundo político se ha renovado poco y no ha entendido que hoy día la acción política tiene que estar mucho más ligada a lo que sucede en la base social. Esto le es difícil de entender a los políticos más tradicionales. Además, este hecho es peligroso a futuro, porque la democracia que tenemos que construir va a ser una democracia muy similar a la forma en que terminemos con la dictadura. Y para terminar con la dictadura vamos a necesitar a las organizaciones sociales movilizándose”.

Revisando sus dichos, hoy Sandoval opina que “en la renovación creo que hubo un gran cambio y que me afectó a mí también en lo que pensaba en esa época y que creo fue parte del éxito que hemos tenido como país. Nosotros aprendimos que gran parte del fracaso que tuvimos, fue que teníamos una cultura del enfrentamiento y lo que se construyó en la democracia fue una cultura del entendimiento. Pinochet fue la expresión máxima del enfrentamiento y al final la salida de la dictadura permitió cambiar ese estilo por el del entendimiento y eso creo que nos llevó a todos los éxitos que hemos tenido como país en los últimos 25 años. Efectivamente creo que hubo un cambio, pero cuando yo dije eso, no estaba pensando en ese cambio de estilo, porque en esa época estábamos enfrascados todavía en la confrontación”.

Mucho antes de ocupar el sillón de SalmonChile, el ingeniero jugó un rol importante en la DC, ejerciendo diversos cargos internamente y también en el sector público. Tras su paso por la Juventud Demócrata Cristiana, fue secretario general del partido, dos veces vicepresidente y también presidente comunal en La Reina.

Antes de asumir su primer cargo público durante el gobierno de Frei, el sobrino del sacerdote Cristián Precht –además su padrino, con quien mantiene una estrecha relación y a quien dice admirar mucho– trabajó en una oficina de ingeniería que prestaba servicios a una planta de la celulosa Arauco y luego en una empresa de sondajes mineros. Al finalizar el período de Patricio Aylwin, fue asesor del director del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis).

Luego vino su salto a la administración pública, donde llegó con el apoyo de distintos actores, como Andrés Zaldívar y Mariano Ruiz-Esquide, quien relata que “cuando llegó el momento de lograr que tuviera un cargo en el gobierno de ese entonces, hicimos un esfuerzo para que participara… mantuvimos conversaciones con quien correspondía para que asumiera en Corfo”.

También contaba con el respaldo del propio Frei, con el que formó parte de la directiva en el partido como vicepresidente. “Se suponía que iba a ser una directiva súper complicada con Adolfo Zaldívar y yo de oposición a Frei, que era el presidente del partido. Pero tuvimos una buena relación”, señala el ex subsecretario. “Creo que confiaba en mí y pensaba que podía sacar adelante la tarea que él tenía pensada para Corfo, a pesar de todas las opiniones en contra y las presiones que se ejercieran para que se llevara a cabo lo que teníamos que hacer”.

Entre las tareas que sacaron ronchas, estuvo el proyecto de la privatización de las sanitarias, así como la separación de la administración de empresas del fomento productivo, lo que se concretó en parte con la creación del Sistema de Empresas Públicas (SEP). En 1997 se terminó con el rango ministerial de Corfo. “Fue una pega difícil pero súper bonita, porque le dimos una nueva dimensión a la Corfo”, recuerda Sandoval, que tras renunciar a la institución pasó a liderar el SEP.

Asimismo, el ingeniero tuvo un rol clave en Océanos Azules, el equipo programático de Frei Ruiz-Tagle cuando fue candidato presidencial en 2009, ya que junto al ex subsecretario Guillermo Pickering y el ex ministro Sergio Henríquez –todos democratacristianos– se encargaron de agendar los encuentros y liderar el trabajo grueso.

En 2001, asumió en el cargo que dio un giro a su carrera: la Subsecretaría de Pesca, donde llegó tras ser llamado por el entonces ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro García. Una de las tareas más importantes que le tocó llevar fue ampliar la Ley de Pesca transitoria que regía en aquel minuto, prorrogando en 10 años, hasta el 31 de diciembre de 2012, las cuotas de pesca de la industria, tras lo cual fue necesario impulsar una nueva normativa que se convirtió en la hoy cuestionada Ley Longueira.

[cita tipo= «destaque»]Hoy se identifica mucho más con el grupo del Progresismo con Progreso –una suerte de nueva corriente interna dentro del partido, calificada por los propios militantes como conservadora– con los que se conecta diariamente. “Es un grupo de 30 a 40 personas (…) Hugo Lavados, Milenko Mihovilovic, son buenos para escribir, la Mariana…Yo no escribo nunca, hablan todos los días. Es gente más intelectual, profesionales”, explica el ingeniero, que vio marcado su paso como presidente de la Juventud Demócrata Cristiana en los 80 por el ala de los “chascones”.[/cita]

Desde entonces, es reconocido como “un asesor del partido en temas pesqueros”.

Su cercanía al mundo salmonero se vio coronada durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, por su rol clave como secretario ejecutivo de la Mesa del Salmón y en el cluster de acuicultura –creados tras la debacle por el virus ISA–, donde aterrizó luego del llamado del entonces ministro de Economía, Hugo Lavados.

Fue el propio Lavados quien lo absolvió en julio de 2009 de los cargos propuestos por la Contraloría General de la República –tras lo cual tuvo que renunciar a Océanos Azules, aunque no a la Mesa del Salmón– por “haber infringido el principio de probidad administrativa” mientras era subsecretario, por unos beneficios que no correspondían, entregados a pescadores. El documento, firmado por el ministro y Bachelet, establecía que la responsabilidad estaba extinguida, porque cuando los cargos le fueron notificados ya no era subsecretario de Pesca.

En la otra vereda

Por unanimidad, y durante una sesión extraordinaria del directorio de SalmonChile, el 26 de diciembre de 2013, Felipe Sandoval fue elegido el nuevo presidente del gremio, en reemplazo de la también DC y ex subsecretaria de Hacienda de Lagos, María Eugenia Wagner.

Su decisión de encabezar el gremio del sector, causó sorpresa entre algunos actores del mundo político que trabajaron con él en el sector público. “Mi experiencia de trabajo con él fue súper buena: es muy colaborativo, serio. Pero me extrañó mucho que se transformara en empleado de las pesqueras. Nos dejó desconcertados”, señalan.

Las mismas fuentes agregan que “Sandoval es un tipo con competencia. El tema pesquero no lo conocía, pero aprendió rápido. La prueba está en que los propios pesqueros lo contrataron después”.

Antes de su aterrizaje en SalmonChile, el salto a la otra vereda del mundo salmonero lo dio al asumir como director de Asuntos Internacionales de AquaChile, en mayo de 2010. También fue asesor de la Federación de Industrias Pesqueras Sur Austral (Fipes), agrupación de las empresas pesqueras más importante del sur austral de Chile.

Desde la mesa del Salmón se impulsó una propuesta legal que abordaba temas sanitarios, laborales y económicos. Entre las medidas de rescate se incluyó el apoyo del gobierno para la obtención de recursos financieros por unos US$ 450 millones, a través de créditos bancarios garantizados por Corfo, hasta por el 60% de los montos solicitados por los privados.

Uno de los puntos más polémicos, fue la modificación a la Ley General de Pesca y Acuicultura (LGPA), que permitió a las salmoneras entregar las concesiones acuícolas como garantía, una suerte de hipoteca, para obtener créditos bancarios. Medida que fue conocida como “la privatización del mar”, y que tuvo diversos detractores desde el propio Parlamento, el mundo ambientalista y la ciudadanía. Pese a ello, la modificación que contenía este artículo fue aprobada el último día del primer gobierno de Michelle Bachelet y publicada el 8 de abril de 2010.

En total, existen poco más de 1.300 concesiones acuícolas de la industria salmonera. Y en la práctica –según explica Sandoval–, actualmente “la mayor parte de las empresas tiene sus concesiones dadas en garantía (…). Pienso que la mayoría debe estar dada en prenda”, explica Sandoval.

Con respecto al fuerte rechazo que provoca actualmente la industria, especialmente tras la reciente crisis ambiental en el sur, el presidente de los salmoneros separa aguas y asegura que no tienen responsabilidad alguna.

Nuestro desafío hoy es tener un esquema de producción que evite los riesgos de problemas sanitarios y ambientales futuros. Lo que tenemos es un sistema que nos dice ‘estás mal, arréglate’, pero ya estás mal. Porque permite que, si te va bien, puedas crecer mucho en producción y cuando creces mucho en producción puedes tener un riesgo sanitario. Y eso genera problemas ambientales, además de empleo. Lo que hemos planteado y tenemos acuerdo con el gobierno es que necesitamos una norma, pero nos hemos demorado mucho en hacerlo y no podemos hacerlo solos, porque si nos pusiéramos de acuerdo los propios productores estaríamos vulnerando la ley de libre competencia”, manifiesta.

Con respecto a la mala evaluación que se tiene del sector por parte de la ciudadanía, Sandoval afirma que todo se remite a un “problema de comunicación, que tenemos que mejorar más, y nuestra relación con la gente para comunicar bien lo que hacemos y lo que se ha cambiado y lo que es distinto hoy. Y la relación con la propia comunidad, que es un trabajo que venimos haciendo, pero que hay que reforzar hacia adelante”.

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