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La guerra fría por la presidencia de la UDI y el rol clave de Andrés Chadwick PAÍS

La guerra fría por la presidencia de la UDI y el rol clave de Andrés Chadwick

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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El ministro del Interior es la figura política, después del Presidente Sebastián Piñera, de mayor peso político en el Gobierno, es el hombre clave de la actual administración, el brazo derecho del Primer Mandatario. Tener una buena relación con él, línea directa y su respaldo no solo es un golpe estratégico clave para el adversario, sino que es una contundente señal de la «llegada» que el próximo timonel de la UDI tendrá en La Moneda, para hacer oír las demandas, necesidades y visiones del gremialismo ante el Ejecutivo. La pugna por demostrar que cuentan con su venia está desatada.


El 22 de octubre, la Unión Demócrata Independiente (UDI) celebrará su aniversario número 35 y, a diferencia de años anteriores, esta celebración no solo está cruzada por las elecciones internas del partido, sino que además esta contienda está generando algo poco común en el gremialismo: la posibilidad del resquebrajamiento interno. Si bien existe un pacto (no firmado) de no agresión hasta después de la fiesta, por dentro los equipos que acompañan a los dos candidatos –el diputado Javier Macaya y la senadora Jacqueline Van Rysselberghe– han ido escalando en el despliegue y en la agresividad de la estrategia electoral, al punto que todos o la mayoría en la UDI tienen más o menos claro que, una vez que se conozca el resultado final, se van a develar diferencias insalvables entre las huestes de la colectividad.

Dado este clima de tensión por las internas, en la UDI aseguraron que los arreglos para festejar el nuevo aniversario están en pleno desarrollo y que una de las máximas preocupaciones es, precisamente, no contaminar esa instancia, “por lo menos no esa noche”, por lo que los esfuerzos están concentrados en hacer de aquella gala un cena lo más neutra posible. Un intento complejo, considerando que no pasa un día en que desde uno y otro comando no hagan gala pública de los nuevos respaldos que, a través de giras nacionales, han ido conquistando durante la campaña interna que, se juega hace bastante tiempo y en todos los frentes.

Presentar a quienes se “han dado vuelta la chaqueta” entre aquellos que respaldaron la primera elección de Van Rysselberghe, fue una de las primeras jugadas que se hicieron desde el entorno de Macaya, precisamente para instalar la imagen de una timonel que tenía cuesta arriba la posibilidad de su reelección. Nombres como el del ex presidente de la UDI, Patricio Melero, el fichaje como eventual secretario general del diputado e hijo del senador Juan Antonio Coloma –el único coronel realmente “activo”–, además de reflotar la cercanía del parlamentario con el ministro del Interior Andrés Cahdwick y el jefe del segundo piso de La Moneda, Cristián Larroulet, fue la manera de no solo mostrar apoyos relevantes, sino también dejar en claro que la candidatura de Macaya iba en serio.

[cita tipo=»destaque»]Obviamente que esa situación no es compartida por el equipo de Van Rysselberghe, donde destaca el apoyo recibido durante la semana pasada por el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, quien a través de un video institucional endosó su respaldo a la reelección de la timonel. El entorno de la senadora considera que el gesto del jefe comunal es una señal “brutal” de que cuentan con el apoyo de Chadwick, ya que Soto es conocido en el mundo UDI por ser el operador que tiene el ministro del Interior en la región, una donde se concentra la mayor cantidad de militantes gremialistas.[/cita]

Reconocen que la primera fase de la campaña no fue fácil, que “partimos muy abajo, pero hemos ido subiendo más rápido de lo que pensábamos, si bien aún estamos por debajo de la senadora, en pocas semanas podríamos hablar de empate, la tendencia al alza es sorprendente”.

El entorno de la timonel y senadora por la Octava Región puso sus fichas desde un inicio en los alcaldes, a quienes ya les han prometido tener un papel más relevante en la mesa de la directiva nacional en caso de salir reelectos. Una estrategia que –según el comando de Van Rysselberghe– estaría dando “positivos efectos”.

El mapeo interno de los apoyos en la UDI arroja que hasta esta hora “estarían bastante equilibrados”, a la luz de las estrategias de apostar por “los apoyos luminosos” del comando de Macaya, versus “el trabajo de hormiga” que estaría haciendo la timonel para reelegirse. Nadie duda de la fuerza electoral y manejo en campañas de Van Rysselberghe, pero también reconocen el despliegue que ha mostrado el equipo de Macaya.

El juego de las señales

El poder de los coroneles ha sido ampliamente debatido en esta elección, si están o no activos, si ponen o no sus redes a disposición y su real capacidad para operar bajo el sistema de un militante, un voto. Aún así el respaldo explícito de figuras claves de la UDI se ha transformado en una pugna sin cuartel entre ambos comandos, y el ministro Chadwick, la figura más codiciada.

El ministro del Interior es la figura política, después del Presidente Sebastián Piñera, de mayor peso político en el Gobierno, es el hombre clave de la actual administración, el brazo derecho del Primer Mandatario. Tener una buena relación con él, línea directa y su respaldo no solo es un golpe estratégico clave para el adversario, sino que es una contundente señal de la «llegada» que el próximo timonel  de la UDI tendrá en La Moneda, para hacer oír las demandas, necesidades y visiones del gremialismo ante el Ejecutivo.

Hace menes que es tema en la UDI si el ministro se inclina por Macaya o vuelve a respaldar a Van Rysselberghe. Ya en junio se señalaba en el gremialismo que el diputado contaba con la venia de La Moneda para su candidatura, porque era mucho más dócil que la actual timonel, que puso contra las cuerdas al Gobierno en algunos episodios vinculados a la agenda valórica.

Así, la figura de Chadwick y a quien apoya en las internas ha desatado una verdadera guerra fría en el gremialismo, al punto que las últimas semanas rondó la versión de que el respaldo del ministro a Macaya ya no era tal, lo que desató una pugna por mostrar gestos y señales respecto a dónde realmente están los apoyos del hombre fuerte de La Moneda.

A fines de la semana pasada y tras conocerse del fichaje de su hijo, Andrés Chadwick Costa, en el comando de Macaya, el ministro del Interior rápidamente salió a marcar posición y a través de las redes sociales sentenció que “ante consultas periodísticas, reitero que los ministros y autoridades de Gobierno tendrán tal prescindencia en las elecciones internas de los partidos de nuestra coalición. El Gobierno no intervendrá en ellas y mantendrá su neutralidad entre las listas en competencia”.

Era necesario, considerando que es conocida por todos la cercanía de Chadwick con el diputado Macaya, una relación que ha perdurado hasta el día de hoy y que mantiene líneas abiertas entre ambos. Fue gracias a el ministro que el parlamentario obtuvo su cupo para postularse por el distrito 34 en la Sexta Región en las elecciones del año 2009, la zona donde el actual secretario de Estado fue diputado, senador y ostenta hasta hoy un fuerte poder político y electoral.

El fichaje de Chadwick Costa como encargado de las comunicaciones, la estética y el trabajo audiovisual del comando de Macaya, constituyen para miembros de comando una señal inequívoca y sin dos lecturas acerca del respaldo de La Moneda: “Se siente el espaldarazo, no va a estar trabajando en contra de su padre”. No solo eso, aseguran sin empacho que están “100 por ciento seguros que está con nosotros, tenemos la certeza”.

Obviamente que esa situación no es compartida por el equipo de Van Rysselberghe, donde destaca el apoyo recibido durante la semana pasada por el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, quien a través de un video institucional endosó su respaldo a la reelección de la timonel. El entorno de la senadora considera que el gesto del jefe comunal es una señal “brutal” de que cuentan con el apoyo de Chadwick, ya que Soto es conocido en el mundo UDI por ser el operador que tiene el ministro del Interior en la región, una donde se concentra la mayor cantidad de militantes gremialistas.

Al del alcalde, se suma el apoyo a Van Rysselberghe del senador por la zona, Alejandro García-Huidobro, señales que demuestran que, si el ministro estuviese operando en su zona, “al menos estos apoyos no se habrían hecho efectivos”.

Un último «detalle» en el juego de ajedrez de la interna UDI: el entorno de la timonel destaca que hace varias semanas, el ministro Chadwick ha estado en dos actos de partido que ha liderado la timonel, uno en Concepción y el otro en Santiago.

La guerra interna en el gremialismo es tal, que hasta se disputan la interpretación de las señales.

Desde el comando de Macaya aseguran que esos dos actos fueron del partido y que el diputado también estuvo presente y hasta conversando con el ministro, mientras que desde el equipo de la senadora entienden que el jefe de Interior se pudo haber restado si así lo hubiese querido. En ambas ocasiones, el ministro habría pedido garantías “para evitar conclusiones apresuradas”.

En el caso del senador Coloma, pocos ponen en duda el apoyo a la candidatura de Macaya, no solo por el papel de su hijo en esa lista, sino porque ya habría notificado su posición por interno a Van Rysselberghe y porque afirmaron que “ya puso en marcha la operación de todas sus redes en la Región del Maule”. El que aún no haya querido pronunciarse públicamente –explicaron en el partido– guardaría directa relación con la estrategia de campaña que aún no se encuentra en la recta final y que, por lo mismo, se estaría a la espera del momento más rentable para hacer el anuncio.

El ex presidente del gremialismo, Pablo Longueira, se encuentra ad portas del inicio del juicio oral del caso SQM, donde esta formalizado por cohecho y delitos tributarios, por lo tanto, está retirado de la primera fila de la coyuntura política, pero a pesar de eso igual seguiría operando bajo cuerda y con su influencia en las huestes gremialistas casi intactas. Tiene cercanía histórica con Van Rysselberghe, junto con el antecedente de que su esposa, Cecilia Brinkmann, ya trabajó con la “Coca” en su última campaña electoral, razones por las que el comando de Macaya da por perdido cualquier respaldo del ex ministro de Economía a su candidato.

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