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Conectando a las personas por 276 años

Conectando a las personas por 276 años

CorreosChile ha cumplido por siglos el rol social y estratégico de conectar a las y los habitantes del país y a estos con el mundo. Actualmente existe el desafío de seguir con su misión en una era dominada por la masificación del comercio electrónico.


Entregar, unir y conectar son objetivos que permanecen inalterables para CorreosChile, empresa pública que ha sabido dar continuidad a un legado de 276 años al servicio de todos los habitantes del país.

Una historia llena de desafíos, si se consideran los cambios que hemos experimentado como sociedad y los retos que supone estar presentes en cada rincón de un país con una geografía tan extensa como compleja.

A lo largo de su historia, la institución está marcada por un atributo que la acompaña desde su creación: cumplir con el rol social y estratégico de conectar a los habitantes del país y a estos con el mundo en una era dominada por la masificación del comercio electrónico.

Sin ir más lejos, a través de esta labor, la empresa permite dar cumplimiento a las obligaciones asumidas por el Estado de proveer el Servicio Postal Universal en la mayor extensión posible de nuestro territorio nacional, a través de un servicio de calidad y –lo más importante– a precios accesibles.

Esta condición, que otorga a Correos una función única en el país, y un desempeño viene de la mano de otro importante desafío: financiar sus servicios directamente por su negocio, evitando cargas adicionales a un presupuesto nacional ya exigido por otras necesidades sociales.

En ese contexto, buscar un equilibrio entre el rol social y estratégico que cumple y su competitividad –en una industria altamente exigente y competitiva– ha sido un tema prioritario en el quehacer diario de Correos, que le ha valido auto sustentarse permanentemente.

Adaptándose a la sociedad actual

Precisamente con ese objetivo, CorreosChile ha llevado permanentemente un proceso de transformación que se ha profundizado los últimos ocho años, y que le ha permitido adaptarse y adelantarse –en muchos casos– a las necesidades de sus clientes y de toda la comunidad. El cambio más notable es el tránsito de un negocio que era netamente postal a uno donde la paquetería ocupa un lugar predominante; proceso que ha sabido estar por sobre las diferentes administraciones y gobiernos.

Y sin duda, las trabajadoras y trabajadores de la entidad son la muestra más fiel de esta transformación. Si hace una década, gran parte de sus labores se desarrollaban de forma manual, hoy cuentan con tecnologías digitales y elementos de apoyo sustentables –como móviles, carros y bicicletas eléctricas– que facilitan sus tareas diarias que apoya a la descontaminación y descongestión de las ciudades. A esto se suma el despliegue de nueva infraestructura operativa que plantean el desafío de renovarlas periódicamente.

Pese a esto, los últimos meses no han sido fáciles. La disminución del consumo, el incremento del IPC y una contracción general de la economía, a lo que se suma un ajuste importante de la industria, han impactado también a la empresa.

Para abordar esta coyuntura, la administración de CorreosChile ha realizado importantes esfuerzos con miras a no impactar significativamente en las personas y continuar desarrollando una serie de operaciones habituales de gran impacto en el país, como procesos eleccionarios, la distribución de material escolar, el apoyo a emprendedores y la asistencia en las siempre presentes catástrofes nacionales.

Es indudable que el futuro está lleno de desafíos estratégicos relevantes para su desarrollo. Y si bien, el escenario es exigente, no hay razones para no celebrar un nuevo año de vida de una institución nacida antes de la República que ha sido capaz de transformarse en el tiempo y que presta un servicio público a todos los chilenos con recursos que gestiona de manera autónoma, cuestión que la distingue entre las empresas públicas nacionales y la sitúa en un grupo selecto y reducido de Correos en el mundo.

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