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Red Mujer Impacta: «Por cada punto de aumento en violencia escolar, el rendimiento en matemática cae seis» BRAGA Créditos: Foto de Pixabay

Red Mujer Impacta: «Por cada punto de aumento en violencia escolar, el rendimiento en matemática cae seis»

Mujeres premiadas y pertenecientes a la Red Mujer Impacta, del área de educación, trabajan por el tema desde distintos puntos de vista con el fin de lograr un diagnóstico y posibles soluciones a esta grave problemática.


Según cifras del Ministerio de Educación, el 30% de las denuncias que ha recibido la Superintendencia en el último tiempo, se deben a casos relacionados con peleas violentas y conflictos entre estudiantes.

Es por eso que mujeres premiadas y pertenecientes a la Red Mujer Impacta, del área de educación, trabajan por el tema desde distintos puntos de vista con el fin de lograr un diagnóstico y posibles soluciones a esta grave problemática.

Desde la Fundación Familias Power, Anne Traub, analiza que en el caso de agresores como de agredidos, cuanto mayor es el clima de violencia en las escuelas, peor es el rendimiento académico, según un estudio del Observatorio en Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar (OCCBE) de la Universidad de La Frontera.

Los investigadores analizaron cómo la violencia directa, la discriminación y el ciberacoso afectaron el desempeño académico de 182 mil jóvenes que rindieron el Simce 2015. Así, determinaron que por cada punto que aumenta la violencia directa, el rendimiento en matemática cae en seis puntos. «Para el caso de lectura, la disminución es aún mayor, con una baja de hasta ocho puntos”, puntualiza.

Por otro lado, mirando la situación desde el acoso escolar o bullying, en Fundación Summer, Evangely Zamorano, se suma la violencia que se ejerce a través de las pantallas. Según el Estudio de Ciberacoso realizado el 2021 por la fundación, junto al apoyo de la Segegob, relativo a jóvenes de 15 a 29 años a nivel nacional, un 47% afirmó haber sido víctima de esta práctica al menos una vez en los últimos tres meses.

De esos jóvenes ciberacosados, un 38% declaró presentar síntomas que son compatibles con depresión mayor; un 25% que ante episodios de ciberacoso su reacción fue hacerse daño, y un 69% señaló que el ciberacoso del que son víctimas consiste en comentarios hirientes o malintencionados en línea.

Un 64% de los jóvenes en Chile fue testigo del ciberacoso al menos una vez durante los últimos tres meses. De esos testigos, «un 58% señaló no haber hecho nada para enfrentar esta práctica. El 52% de los testigos declaró haber sido también víctima de acoso por medios digitales en los últimos 3 meses”.

En medio de este panorama no hay que olvidarse también de las personas neurodivergentes, desde el lado del espectro autista, Maritza Bustos,  quien trajo la Terapia Aba a Chile, resaltó que la prevención es fundamental. “La violencia en el individuo va desarrollándose a lo largo de su vida, es decir, desde su niñez, hasta convertirse en un adulto. Por eso es necesario preocuparse en la primera infancia de la educación y sus relaciones emocionales”.

En tanto, una visión aún más crítica es la representada por Elizabeth Escobedo, quien representa a Fundación Autismo Rancagua, quien reflexionó sobre el estrés que viven los niños dentro del aula y que, según su visión, es otro de los elementos que contribuye a la generación de violencia. “La jornada escolar completa equivale un día laboral, lo que frustra y estresa a los niños. Más que todo, lo que influye es lo que pasa dentro de las salas de clase durante esas horas”, puntualiza.

Del problema a la solución

El panorama visto desde distintos puntos no parece alentador, sin embargo, este grupo de mujeres tiene esperanza y ganas de aportar, es por esta razón que trabajan incansablemente a diario para colaborar en la tarea educativa de nuestros niños y jóvenes.  Ellas creen en la flexibilidad y buscar espacios de conversación para lograr revertir la situación.

Algunas de las soluciones consisten en facilitar el acceso al aprendizaje desde la etapa pre escolar más allá de solo conocimientos, si no que también a desarrollar habilidades, valores, hábitos y las diferentes destrezas que posee cada estudiante. 

Otro eje para hacerse cargo de la violencia dentro de los establecimientos educativos es trabajar con fuerza en la promoción y protección de las familias. «Un niño o niña actúa de modo violento porque probablemente en su entorno existen malos tratos, falta de cuidado o simplemente invisibilidad. Es urgente trabajar de manera preventiva, haciéndonos cargo del desarrollo social y emocional, desde la primera infancia. Reparar es caro y, sobre todo, doloroso”, desarrolla Traub.

 

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