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Sabina recibió estruendosa ovación durante su primer concierto en Chile

El cantante, que llegó con una maleta al escenario, fue aplaudido largamente durante varios momentos del encuentro, que se extendió por más de dos horas.


El cantautor español Joaquín Sabina renovó anoche su «idilio» con los chilenos, que lo recibieron con una ovación de pie, que se extendió por varios minutos, apenas apareció en el escenario del Teatro Caupolicán de Santiago.



Tras ocho años de ausencia, en un concierto de más de dos horas cargado de guiños y complicidades con el público, Sabina dio un recital de antología.



Al frente tenía un público exultante repartido entre viejos fanáticos y jóvenes devotos, que corearon cada frase de cada canción que el artista interpretó y celebraron sus ironías, poemas e historias.



En el primer guiño, el cantautor de voz rasgada apareció en el escenario con bastón y sombrero para interpretar «Amo el amor de los marineros», basado en el poema «Farewell» del poeta chileno Pablo Neruda, con el que dio comienzo al espectáculo.



«Una Canción para Magdalena», «Siete crisantemos», «Calle melancolía», «Peor para el sol», «Princesa» y «Quién me ha robado el mes de abril?», fueron recibidas con vítores y emoción por los varios miles de asistentes.



«Sé que quizás no me lo van a creer. Pero no saben cuántas noches soñé con estar en Chile», dijo el cantautor y el teatro casi se vino abajo.



Durante las dos horas 20 minutos que duró el concierto, en el que también presentó algunos temas de su último álbum «Alivio de luto», Sabina cumplió con la prometido al llegar a Santiago: un concierto «caliente», con sorpresas chilenas.



Entre éstas últimas, aparte de leer versos de Neruda, rindió un homenaje a la folclorista Violeta Parra con una impecable versión de «Maldigo el alto cielo», acompañado de su banda integrada por cuatro músicos.



Entre canto y canto, también menciones a algunos iconos chilenos como Gabriela Mistral, Nicanor Parra, los grupos Intillimani y Quilapayún, el Colo Colo, Zamorano, el Chicho» (Salvador Allende) e incluso al caldillo de congrio.



El tema «19 días y 500 noches» fue el preludio del final del concierto del cantante, que pronto se vio obligado a regresar a petición de los asistentes que no se movieron de sus asientos y que le regalaron múltiples objetos.



Con «Noches de boda» y «Y nos dieron las diez» Sabina cerró conmovido el encuentro.



Chile es la última escala de «Ultramarina», que culmina este viernes con su última presentación en el Caupolicán, gira con la que Sabina ha retornado a los escenarios tras una crisis física y anímica, que logró superar.



EFE

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