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Renuncian directores de la SECH acusando irregularidades administrativas

Supuesto mal uso de documentos y dineros, además de acciones realizadas »a espaldas del directorio» abren nuevo debate al interior de la Sociedad de Escritores de Chile. Dos directores dejaron el cargo y ya se anunció una tercera dimisión. Presiente de la entidad, Reynaldo Lacámara, estima que denuncias están relacionadas con las próximas elecciones internas.


El historial de polémicas por falta de claridad en el uso de recursos económicos y administrativos en la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) vuelve a engrosarse. Este viernes, Ricardo Gómez López y Estela Socías Muñoz anunciaron su renuncia indeclinable al directorio de la institución.



Según Gómez, en la entidad que reúne a los escritores nacionales existirían "bastantes anomalías e irregularidades en el funcionamiento de la administración, en la contabilidad y en la gestión de la SECH de las cuales no tengo ninguna responsabilidad".



«Estas cosas no pueden suceder en una institución que tiene 75 años de prestigio, donde han estado los mejores escritores de este país. Y que se estén cometiendo estas atrocidades, que ya no son elucubraciones, son probadas, provocó que presentara mi renuncia", dijo Gómez a El Mostrador.cl.



Según el dirigente, ya en el informe de la Comisión Revisora de Cuentas 2006 -integrada por Jorge Navarro, José Chapochnik, Rolando Carrasco y Santiago Cavieres- se advertía la presencia de irregularidades que se arrastraban desde el 2005. "Subrayamos que, en lo principal, son las mismas que nosotros señalamos en este trabajo", señala el informe.



Las anomalías detectadas por la Comisión señalan un "evidente desorden administrativo en el manejo de las finanzas", las que coinciden con operaciones "que se han hecho a espaldas del directorio", dice Gómez.



Entre ellas, la entrega -de parte de la vicepresidenta del directorio, Cecilia Palma- de seis facturas al miembro de la institución Gonzalo Contreras, "para que él las trabajara de manera particular, sin consultarse al directorio. Eso es delicado, pasa a ser una especie de lavado de dinero, son 20 millones de pesos", asegura.



"El ejecutivo ha cometido anomalías pagando dineros, recibos, comprando cosas a socios sin factura ni boletas. Los cheques son firmados por el presidente Reynaldo Lacámara y el tesorero, Óscar Aguilera", acusa Gómez.



Aguilera presentó su renuncia a la tesorería hace tres meses por enfermedad, situación que el presidente de la SECH no aceptó, otorgándole un permiso hasta su recuperación. "No ha vuelto a la institución, pero continúa firmando cheques", dice Gómez.



Además, reclama el incumplimiento del Artículo Vigésimo Segundo que rige a la Sociedad de Escritores de Chile, el que reza textual: "Â…de las deliberaciones y acuerdos del Directorio se dejará constancia en un libro especial de actas que serán firmadas por todos los directores que hubieren concurrido a la sesiónÂ…".



Esto, según el dirigente, nunca se ha hecho efectivo y las actas son firmadas por el presidente Lacámara y la secretaria general, Magdalena Fuentes, dejando libre la posibilidad de realizar modificaciones posteriores a los escritos. "Desde que asumí como director jamás he firmado un acta y el resto del directorio tampoco", asegura. Al respecto, Reynaldo Lacámara se defiende en conversación con este medio, asegurando que el procedimiento "es lo normal que se ha hecho siempre, eso es como corresponde. Gómez está equivocado".



Ricardo Gómez se rehúsa a entrar en más detalles: "eso corresponderá a los socios, que son los verdaderos dueños, juzgar y pedir las cuentas o pedir también una auditoría externa para descubrir los responsables verdaderos de estas anomalías cometidas". Asegura que "hay muchas otras personas que están al tanto de esta situación" y que el próximo 10 de diciembre la secretaria general, Magdalena Fuentes, presentará también su renuncia.



"No hay ningún robo"



Inevitablemente, las nuevas acusaciones remiten a la evocación del episodio de comienzos de 2006, cuando el directorio de la SECH solicitó la renuncia de su presidente, Reinaldo Marchant, por la supuesta falsificación de una carta de un abogado que certificaba una factura -también falsa- y la justificación de gastos con facturas ilícitas.



Sin embargo, Lacámara asegura que las denuncias que hoy se cursan son falsas -"No hay nada de eso, no hay ningún robo", dice y asegura que la SECH ha mantenido la transparencia en cuanto a los aportes que reciben de parte de empresas privadas y estatales.



Afirma que los dos últimos años de la institución han sido "muy provechosos y buenos, de reposicionamiento. Hemos hecho cosas hermosísimas y bellas que hablan de recuperar la fraternidad". Y por ello estima que esta polémica está relacionada con el período preeleccionario en que se encuentra la entidad: "hay gente que se trata de posicionar", con miras a los escrutinios de marzo próximo.



"Hubo directores que se portaron a la altura de las circunstancias y otros que no se la pudieron, no fueron capaces. Creo que Gómez se está equivocando en hacer esto, pero tampoco ha hecho mucho por el directorio. Si a alguien no le gusta tiene las elecciones para decirlo y manifestar la voluntad democrática", asegura.



Para Lacámara, los supuestos problemas de la SECH son "parte de cierta bajeza de ciertas personas. La Sociedad de Escritores de Chile está muy bien, no hay ningún problema administrativo profundo, no hay nada en lo que nosotros estemos desviados de nuestras labores".



«Es un grupito de dos o tres directores -de un total de 12- que forman una oposición, pero no han podido hacerla porque todo lo que se ha hecho ha sido magnífico, hemos contado con un respaldo masivo. No pueden hacer una oposición constructiva, entonces hacen una destructiva", sentencia.

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