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Los documentales se imponen a la ficción en la competencia chilena de Ficvaldivia 2014 La ceremonia de premiación se realizó ayer en la capital de la Región de Los Ríos

Los documentales se imponen a la ficción en la competencia chilena de Ficvaldivia 2014

“Los castores”, la ópera prima de los jóvenes cineastas nacionales Antonio Luco y Nicolás Molina, se llevaron el Pudú de oro a la mejor película chilena del festival. “Respirar helado”, de la escultora y documentalista santiaguina, Carolina García-Bloj, en tanto, obtuvo el nombramiento especial de los veedores en la categoría. La película belga-rumana “Waiting for August”, de la directora Teodora Ana Mihai, asimismo, se impuso en la selección oficial internacional.


Ni siquiera portaba un teléfono celular Antonio Luco Busto (27), cuando se enteró, en la carpa de la calle Lord Cochrane, al interior del meeting point de este vigésimo primer Festival de Cine Internacional de Valdivia, que era el ganador de la competencia de largometrajes chilenos del más importante festival de cine nacional. El premio consistió en tres millones de pesos entregados por Chilevision y USD 3.000, aportados por la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC).

“Los castores” (2014), un documental que se inspira en la plaga de esos roedores que afecta a la Tierra del Fuego, y su combate por un par de científicos, se quedó con el anhelado Pudú de oro. El otro autor del filme vencedor, Nicolás Molina (28), se encuentra en Tokio, viajando alrededor del mundo, en un trayecto de iniciación y de año sabático. Antonio Luco, por su parte, llegó a la capital de Los Ríos, especialmente desde Nueva York, en donde cursa un master de Dirección Cinematográfica en la Universidad de Columbia, para repetir el rito anual de peregrinar a la muestra Valdivia, tal como lo hacía cuando era un estudiante de pregrado en la  Pontificia Universidad Católica.

“Esto es un sueño hecho realidad”, parte diciendo Luco a El Mostrador Cultura+Ciudad, en un café del centro de la ciudad. “Venía con una recóndita ilusión, pero de ahí a pensar que podía ganar…”.

El realizador cuenta que el proyecto partió cuando estaba en la universidad y el profesor Francisco Hervé, ahora su productor, les compartió junto a su compañero, la idea de esta investigación: la de registrar la lucha de dos científicos independientes, por controlar la plaga de castores que inutiliza, con sus represas artificiales, la Patagonia del Sur de Chile.

“Esto nos interesó porque se trata de un problema grave, nadie está muy informado, pero los castores canadienses, que fueron introducidos en 1949 para fomentar el comercio de pieles, se transformaron en un mal al ecosistema de la región: sus refugios naturales –al medio de los lagos artificiales formados por ellos- que levantan con el fin de defenderse de sus depredadores (que en esta zona no existen) destruyen, para siempre, terrenos que superan diez veces el número de hectáreas a las que podría afectar, por ejemplo, la construcción de la central energética HidroAysén”, revela Luco.

“Las 25 parejas que llegaron originalmente a la Tierra del Fuego, ya van por los 150 mil especímenes, y ya cruzaron al continente. Se podría afirmar que ‘los castores’ avanzan por el sur de Chile”, agrega el cineasta.

Continúa: “Lo que nosotros hicimos fue intentar retratar esa problemática, y transformarla en una obra cinematográfica que mezclara el género documental y la ficción, con ideas que si bien no elaboramos sobre un guión muy estructurado, sí lo hicimos en una escaleta que llenamos de ideas argumentales, durante todos los días de la filmación”, confidencia.

Antonio Luco, cree que los encuadres de su largometraje documental “se hayan cuidadosamente elaborados en su composición fotográfica y que ese es el principal tributo estético que rendimos aquí a la ficción cinematográfica.

“Existe una especial atención a ese factor en nuestro trabajo”, opina. “Los ángulos de los planos son los propios de una obra documental”.

Acerca de los triunfos que tuvieron los documentales chilenos, por sobre los largos de ficción nacionales en esta versión de Ficvaldivia, piensa que aquello se debe “a que en un documental se nota menos cuando no tienes un libreto muy detallado o escrito en sus más mínimas descripciones, porque despliegas tu obra con la materia prima que te entrega la realidad, puedes ir variando, improvisando, quizás, en el mejor sentido del término. Mientras que sí haces eso en una obra esencialmente dramática, estás liquidado, y las fallas de continuidad y otras por el estilo, se toman los minutos de la película”, observa.

Luco dice que se fue a estudiar a Nueva York, precisamente con ese objetivo, para estudiar y aprender las técnicas que le permitan redactar un buen guión y así poder dirigir su segunda pieza, la que sería su primera producción audiovisual, en el campo de la ficción.

“Mi idea es adquirir las herramientas que me posibiliten escribir un libreto acorde a las exigencias de una experiencia cinematográfica dramática, y además mejorar mi formación como director”, concluye con amabilidad y humildad. “Estoy viviendo en Manhattan, al lado de la Universidad de Columbia, y la experiencia ha sido increíble”, cierra.

Mejor cinta internacional

Aunque Matar un hombre, la película de Alejandro Fernández que representará a Chile en los Premios Goya y los Oscar, era la cinta chilena preferida para quedarse con el mayor trofeo de este festival, lo cierto que en esta categoría Largometraje internacional, fue otro documental el que logró quedarse con el Pudú de oro: Waiting for August, de Teodora Ana Mihai (Bélgica-Rumania).

Esta película cuenta la historia de Georgiana, una chica que durante el invierno que se avecina cumplirá 15 años. La joven vive con sus seis hermanos en una vivienda social en las afueras de Bacau, en Rumania, y debe quedarse sola con ellos a la espera que su madre Liliana regrese en el verano. De esta manera su adolescencia es brutalmente interrumpida, quedando atrapada entre la pubertad y las responsabilidades que asume como jefa de familia. Una película estremecedora.

Ceremonia de premiación

La entrega del Pudú de oro a Los Castores y a Waiting for August fue uno de los puntos más altos de la Ceremonia de Premiación del 21º Festival Internacional de Cine de Valdivia.

Con la sala llena, se dieron a conocer los 22 premios que este año trajo el Festival, entre categorías oficiales y no oficiales. Esto tras la exhibición de “II Luga”, cortometraje del realizador local Iñaki Moulian, que se presentó con audiodescripción, un sistema para no videntes implementado por el Club de Leones de Chile. Al vendarse los ojos, los asistentes a la premiación pudieron experimentar otra forma de ver cine.

Un momento emotivo lo marcó el homenaje a Manuel Martínez, una leyenda de la proyección en celuloide, que a sus 85 años -70 dedicados al cine- sigue proyectando películas junto a su hijo, en plazas públicas.

Durante la actividad, la comunidad Koliñir Lof Mapu y la coordinadora de apoyo al pueblo mapuche se hicieron presente en la ceremonia para expresar libremente sus demandas, con total aceptación del equipo organizador del Festival.

Ganadores

Premio Especial de Jurado Largometraje Internacional: “El Resto del Mundo”, de Pablo Chavarría (México-España).

Mención Especial del Jurado Largometraje Internacional “Mercuriales”, de Virgil Vernier (Francia).

Mención Especial del Jurado Largometraje Internacional: “The Iron Ministry”, de J.P. Sniadecki (China-EEUU).

Premio del Público Largometraje Internacional: “Matar A Un Hombre” (Chile-Francia).

Mención Especial del Jurado Largometraje Chileno: “Respirar Helado”, de Carolina García Bloj. Obtiene 2.000 USD (dos mil dólares), aportados por la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC).

Mejor Cortometraje Estudiantes de Cine Latinoamericanos: “Niños Caminantes del Chocó”, de Rolando Vargas (Colombia). El ganador obtuvo USD 500 (quinientos dólares) otorgado por la Universidad Austral de Chile.

Mención Especial Estudiantes de Cine Latinoamericanos: “Caracoles y Diamantes”, de Paola Michels (Argentina).

Mejor Cortometraje Austral Chileno-Argentino: “Los Trapos al Sol”, de Ramiro Zamorano (Chile). El ganador obtuvo USD 500 (quinientos dólares) otorgado por la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC).

Mención Especial Cortometraje Austral Chileno-Argentino: “Los Tres Idiotas”, de Francisco González (Chile).

Mejor Cortometraje Infantil: “Un Viaje A La Luna”, del Taller De Cine De La Escuela Pehuén De Lebu (Chile). El ganador obtuvo USD 1.000 (mil dólares) otorgado por la Universidad Austral de Chile.

Premio VTR Sundance Channel: “Santiago Violenta”, de Ernesto Díaz (Chile). El ganador obtuvo USD 5.000 (cinco mil dólares) otorgado por VTR Sundance Channel.

Ganador Concurso de Cortometrajes en Alta Definición de Escuela de Cine y Audiovisuales: «Aun Tenemos Patria”, de Horacio Santander de la Universidad de Chile. El ganador obtuvo $500.000 (quinientos mil pesos) y una cámara Sony Action Cam otorgados por VTR y Video Corp.

Mención Concurso de Cortometrajes en Alta Definición de Escuela de Cine y Audiovisuales: “Sobre la Marcha”, de Fabián Ulloa del Instituto Arcos.

Premio Moviecity “La Voz en Off”, de Cristián Jiménez (Chile-Francia-Canadá). El ganador obtuvo USD 25.000 (veinticinco mil dólares), otorgados por Moviecity.

Premio Concurso ARCOS: Proyecto “Ferrocarriles”, de Carlos Leiva. El ganador obtuvo $2.000.000 (dos millones) para escritura de guión.

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