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SACO5: El artista que transformó las sábanas de los emigrantes en una obra de arte ‘Destino soñado’ es el nombre de la obra que narra los sueños de los emigrantes

SACO5: El artista que transformó las sábanas de los emigrantes en una obra de arte

Ángel Delgado es cubano y emigró a Estados Unidos. Al llegar a Antofagasta, decidió que su obra tendría un contacto directo con los emigrantes, así que fue a conocer los campamentos más pobres, muchos de ellos en plena Cordillera de la Costa. Tras entrevistarse con 12 familias, les pidió sus sábanas viejas y pintó sobre ellas una palabra, “la palabra más importante en su vida como emigrantes”, dice.


Actualmente, uno de cada diez habitantes del norte de Chile es emigrante. En Antofagasta, donde se realiza la Semana de Arte Contemporáneo SACO5, existe una amplia presencia de colombianos, descritos por la gente como “personas amables, esforzadas y preocupadas por atender muy bien a sus clientes”. Trabajan en call centers, bencineras y vendiendo jugos naturales. Si están aquí y no en su país de origen es porque Antofagasta, el centro urbano y económico más grande del desierto de Atacama, tiene una considerable oferta laboral que, para algunos colombianos, significa ganar el doble de lo que ganarían en otro lugar.

El problema, sin embargo, es que para ahorrar dinero deciden vivir diez o más personas en una misma casa. Muchos de ellos no encuentran un lugar en el centro, de modo que hacen sus propias construcciones (conocidas como “las tomas”) en las laderas de la Cordillera de la Costa, donde no solo tiemblan por la inestabilidad del terreno, sino también por la precariedad de servicios básicos.

Ángel Delgado, cubano que emigró a Estados Unidos, es uno de los seis artistas de SAC05. Tras enterarse que el tema central de este año sería la emigración, decidió que su obra tendría una directa relación con los emigrantes de Antofagasta. “No quería llegar aquí y hacer una obra desde la distancia, desde lejos. Quería involucrarme directamente con la gente y para eso decidí ir al lugar donde viven e intercambiar sábanas, que es un elemento que tenemos a diario y, al mismo tiempo, es el lugar donde salen los sueños de los emigrantes y de todos en general”.

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Ángel Delgado, en el intercambio de sábanas

Los emigrantes recibían un juego de sábanas nuevas y Delgado se llevaba las viejas, de uso diario, que reflejaban la huella del tiempo. ¿Qué hacer con ellas? Tras conocer en profundidad las historias de las 12 familias que entrevistó, Delgado decidió preguntarles cuál era la palabra más importante en sus vidas como emigrantes. “Fraccionarse, comprensión, progreso, sueños, solidaridad, luchar”, son el testimonio de familias que, según el artista, “viven en casitas muy pobres en las que, en su interior, te empapas de historias muy tristes, la verdad es que no hay otra palabra para describirlo”.

Las palabras fueron pintadas a mano, con tierra de Antofagasta, guardando una similitud –en su diseño– con los timbres que son utilizados en los documentos migratorios, “esos sellos que dicen aprobado o cancelado”, comenta Ángel. El proceso, según el artista, es mucho más importante que la obra como tal. De hecho, si se observa sin conocer la historia que hay detrás, las palabras difícilmente adquieren la fuerza y la altura que, una vez conocida dicha historia, caracterizan el trabajo de Ángel.

“Lo que importa es lo que está detrás, las familias que representan cada una de esas palabras. En cualquier obra conceptual el proceso creativo y la historia son mucho más importantes que el resultado final”, destaca. Por lo mismo, Delgado hace hincapié en la importancia de los guías durante el desarrollo de la Semana.

La directora de SACO5, Dagmara Wyskiel, reconoce en la obra de Delgado la conjugación ideal del factor visual y estético, los cuales son considerados requisitos para ser un verdadero arte contemporáneo. “Como colectivo, nuestra estrategia es tener obras de arte que se inscriban desde la línea de la conceptualización, es decir, que estén abiertas a la interpretación, la lectura jamás será literal: cada uno puede encontrar su propio mensaje. Pero, al mismo tiempo, sentimos una urgencia por devolverle la visualidad, la belleza estética a cada una de estas obras, de modo que no se reduzca a lo meramente conceptual”, dice.

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Wyskiel, quien ha trabajado íntimamente con cada uno de los artistas de la Semana, también conoció la realidad que vio Delgado en los campamentos de emigrantes que, colgados en plena Cordillera de la Costa y vistos desde el mar como pequeñas construcciones de madera, son un motivo de vergüenza para todo aquel que alce su vista hacia el este.

“El derecho de elegir, en el siglo XXI, dónde quiero vivir o trabajar parece incuestionable, pero no lo es, ni aquí ni en el mundo. Las olas de lo ajeno provocan miedo, xenofobia y nacionalismos, en un segmento, y empatía y solidaridad en el otro. Formando nuestros juicios no deberíamos olvidar nunca que cada decisión de esa naturaleza madura en la intimidad de una familia y conlleva un sacrificio que va mucho más allá de lo material”, reflexiona.

En las tomas, la gente pone cuatro tablas, un techo y ya tienen una “casa”. Delgado, que conoció lugares muy pobres en Cuba, reconoce que la realidad en Antofagasta es “otra cosa, mucho más cruda. Las historias que me contaban eran sumamente tristes, pero ellos están ahí, trabajando y no sé por cuánto tiempo, es una especie de contradicción desde mi mirada, pues emigran acá porque creen que van a mejorar, pero se demoran muchísimo tiempo en hacerlo y permanecen en condiciones indignas que, de ninguna manera, son las que soñaron cuando viajaron hasta acá”, expresa.

La exposición, que cuenta con otros cinco artistas que también exploran la temática de la emigración, se está realizando en el Muelle Histórico Melbourne Clark, una zona patrimonial que es considerada uno de los lugares fundacionales de la ciudad y que, en directa relación con la temática de SACO, fue construida por emigrantes de distintos países, como Bolivia y Perú (países que, sin duda, son parte de la identidad antofagastina).

Durante la inauguración, Wyskiel se refirió a Chile como “Suiza de Latinoamérica”, convertido en un lugar de deseo, peregrinaje, con pasajes solamente de ida o con caminos clandestinos que se escabullen por el norte. En la audiencia, destacaba la presencia de cientos de niños provenientes de colegios públicos, donde por lo menos seis alumnos por curso son emigrantes.

“Antofagasta surge como lugar coherente y oportuno para hablar sobre la emigración, no como fenómeno sociopolítico, sino comprendiéndola como una experiencia trascendental humana compartida por millones”, dijo Wyskiel en el discurso que pronunció durante la inauguración.

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