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Puccini en estado puro CULTURA|OPINIÓN

Puccini en estado puro

La orquesta Filarmónica, dirigida por el maestro Roberto Rizzi Brignoli, tuvo un comienzo con algo de incertidumbre, característica que tuvo la orquesta a lo largo de la ópera en los tempos más adagios, no así, en los momentos más allegro y vivace, donde la orquesta se mostró con total autoridad, poniendo atención al cuidado de la paleta de colores orquestales que presenta una ópera post-romántica como “La Bohème”.


Giacomo Puccini (Lucca 1858 – Bruselas 1924) considerado uno de los mayores compositores de la historia de la ópera italiana.

Heredó la tradición lírica italiana, pero lo relevante como músico fue su apertura a los nuevos estilos y corrientes musicales, dentro de su postura ecléctica frente al arte. Es un músico totalmente distinto a sus antecesores Rossini, Donizetti, Bellini, o Verdi, da énfasis a lo teatral, su relación con la palabra, el sonido y la dramaturgia establecen una nueva dimensión con los medios operísticos. Su música siempre continúa con la línea dramática y con el movimiento en la escena.

La Opera La Bohème se estrena en 1896 en el Teatro Regio de Turín dirigida por Arturo Toscanini. Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basada en episodios de la novela “Escenas de la Vida Bohemia” de Henri Murger. Ópera en cuatro actos, retrata a jóvenes bohemios que viven en el Barrio Latino de Paris, década de 1840, los protagonistas principales son Rodolfo, el poeta y Mimí, la costurera.

En el primer acto se encuentran y se enamoran.

Rodolfo le dice a Mimí: ¿Quién soy?, soy un poeta, ¿a qué me dedico?, escribo, y ¿Cómo vivo?, ¡Vivo! ¡Así viven cada momento, amor intenso! De pasión y junto a la gran pobreza y adversidad de este destino. En la última escena vuelve Mimí muy enferma a la buhardilla a reencontrarse y a morir junto a Rodolfo.

¡Puccini retrata las pequeñas y las tremendas cosas de la vida!

Hablando de esta nueva Temporada Lírica en el Municipal…

Primero concurrir a una ópera versión concierto desde ya es romper con la tradicionalidad de ver una ópera, porque esta como género operático consiste en la interacción de múltiples disciplinas artísticas. En esta oportunidad, presenciando la ópera La Bohème se invita al espectador a concentrarse en “Puccini en estado puro”.

Primero que nada, vayamos a la “performance”, para empezar la orquesta salió del foso adquiriendo una gran presencia visual ocupando media platea, de esta manera, la sonoridad de la orquesta aparece en todo su esplendor, generando así la complejidad de equilibrar la proyección sonora de los solistas.

Se presentan los personajes en este escenario vacío, con trajes “uniformes de negro” opuesto a lo ¡bohemio!, solamente su canto y actitud nos van a ubicar en cada uno de los personajes de la trama.

En el primer acto se logran dos escenas de mucho carácter, a pesar de los pocos recursos, primero la escena cuando llega Schaunard canta el aria del “lorito,” buena la interpretación del barítono Eleomar Cuello. Luego la escena de Benoit con todos los bohemios, hace un solo muy gracioso con buen registro el bajo Francisco Salgado.

En el último acto cuando vuelve Mimí tan enferma al reencuentro con Rodolfo se produce la escena dramática más al límite, quedando ¡abrazados!, ella sostenida solo por Rodolfo en los últimos instantes de su vida. ¡El dúo de amor!, el recuerdo que hacen de todos sus bellos momentos … Finalmente se logra una gran teatralidad, plena de expresión del alma a través del “solo cuerpo de Mimí” desfalleciendo. ¡La interpretación de los solistas Razskazoff y Ayon-Rivas fue magnífica! Muy adecuada la resolución dramática de Fabiola Matte.

Marcello, barítono Javier Weibel: buen registro de barítono y buena expresión en su rol.

Rodolfo, tenor Iván Ayón-Rivas: posee un buen registro de tenor, expresivo, poco incisivo su timbre al comienzo, para luego tornarse más melódico.

Mimí, soprano Alexandra Razskazoff: amplio registro, timbre muy interesante de soprano algo dramática, expresiva, con línea musical. A pesar de este timbre más oscuro mantiene la frescura en el rol. Para mi gusto la mejor intérprete de todo el elenco.

Musetta, soprano Annya Pinto: buen timbre, mejor si contara con más volumen, pero buena expresión, graciosa en su rol.

Colline, bajo Jaime Mondaca: buen registro, buena interpretación del aria “Vecchia Zimarra”.

Schaunard, barítono Eleomar Cuello: buen registro, expresivo y buena actuación.

Benoit, bajo Francisco Salgado: buen timbre, muy bueno en el rol.

El coro en su expresión máxima musical de alegría y algarabía en el 2° acto, y en otro tono también, del tercer acto; incluyendo, además, el coro infantil de Mawünko, dirigido por Cecilia Barrientos Covacich.

La orquesta Filarmónica, dirigida por el maestro Roberto Rizzi Brignoli, tuvo un comienzo con algo de incertidumbre, característica que tuvo la orquesta a lo largo de la ópera en los tempos más adagios, no así, en los momentos más allegro y vivace, donde la orquesta se mostró con total autoridad, poniendo atención al cuidado de la paleta de colores orquestales que presenta una ópera post-romántica como “La Bohème”.

Ficha técnica:

Título: La Bohème.
Autor: Giacomo Puccini (Lucca, Italia 1858 – 1924 Bruselas Bélgica)
Fecha de Estreno de la ópera: 1 febrero 1896 Teatro Regio, Turín, Italia
Duración: 1 hora 45 min.
Dirección Musical: Roberto Rizzi Brignoli / Pedro-Pablo Prudencio.
Dirección Dramática: Fabiola Matte.
Iluminación: Ricardo Castro.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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