CULTURA
Radicado en Punta Arenas, Francisco Sánchez Urra se ha dedicado, durante los últimos 18 años, a recopilar antecedentes y documentos para estudiar el conflicto que en 1978 estuvo ad portas de convertirse en una guerra contra Argentina.
Muy escaso es lo que se sabe de la crisis del Beagle, y lo poco que se conoce es que Chile y Argentina tuvieron un conflicto por tres islas (Picton, Nueva y Lennox) adyacentes a isla Navarino, en la comuna de Cabo de Hornos, y que el entonces Papa Juan Pablo II medió para que se solucionara pacíficamente, lo que fue una de las razones por las cuales visitó nuestro país en 1987.
Quizás eso es lo poco que se dice en los colegios, sin adentrarse en la real importancia que tuvo para la historia reciente de Chile.
Tal vez eso es lo que visualizó el historiador de Valparaíso y radicado en Punta Arenas, Francisco Sánchez Urra, por lo que se ha dedicado casi dos décadas a recopilar antecedentes y documentos, así como también testimonios de personas que fueron protagonistas de este “capítulo desconocido de nuestra historia”, como señala el propio investigador.
Consultado sobre por qué es importante hablar acerca de la crisis del Beagle después de casi medio siglo, Sánchez Urra indica que “es importante comprender que más de 1 millón 200 mil chilenos estuvieron movilizados en distintas labores de la Defensa Nacional, evitando de esta manera, a través de la disuasión, un conflicto del cual no iba a haber ganadores o vencidos, porque la guerra es una atrocidad y es fundamental evitarla, al igual que todo tipo de violencia”.
Junto a ello, el historiador agrega que “en aquel duro contexto se desarrolló un proceso de paz duradera con Argentina, siendo un punto de inflexión a pesar de los intereses contrapuestos de los Estados, en donde pese a las carencias materiales se defendió lo reconocido por el derecho internacional, no hipotecando en una carrera armamentista el futuro de Chile”.
Es en este contexto en que nacen las últimas dos obras de este autor, quien ha escrito más libros sobre el conflicto, uno de los cuales es Los Soldados del mar en acción: la infantería de marina y la defensa de la soberanía nacional, en donde se describe de qué manera, a través de las crisis limítrofes, se fue forjando el carácter y las capacidades de la infantería de marina chilena.
Dentro de su currículum de “libros que llaman a la paz y evitar la guerra”, como menciona él mismo, también están las obras 1978. Operación Lanceros: voces de los centinelas de Última Esperanza y 1978. Documentos secretos de la crisis del Beagle.
Pero si hablamos de los últimos dos libros, uno se titula 1978. Tempestad en el Beagle: voces de los soldados de la paz, recopilación de documentos y testimonios de diferentes hombres y mujeres desplegados no partícipes de la defensa en la crisis de 1978, en donde a través de sus propios testimonios y fotografías nos relatan aquellos difíciles momentos, desde ministros hasta soldados conscriptos, en cuyo marco también se incorporan discursos del homenaje realizado en el ex Congreso Nacional en septiembre de 2019, momento en que se entregó una medalla a todos los veteranos que pudieron asistir.
Por otro lado, está la obra 1978. Voces del Ejército de Chile en la crisis del Canal Beagle, la que –de acuerdo a su autor– es “una compilación de testimonios de miembros de la institución castrense, siendo un cuerpo documental para todo público interesado en la temática, en donde se plasman los sentimientos y dolores, temores y también valentía de aquellos que, sin saberlo, eran protagonistas de un proceso trascendente de nuestra historia”.
El historiador Francisco Sánchez Urra.
Un total de 18 años de trabajo de investigación en torno al conflicto han hecho que Sánchez Urra se encuentre con sorpresas, sobre todo considerando que ha podido conocer unos 4 mil veteranos del conflicto, de los cuales ha entrevistado a casi un millar en distintas extensiones y situaciones.
Entre tanta historia, el autor asegura que “hay dos que me han llamado profundamente la atención”.
Uno de ellos es Remigio Jiménez, quien estuvo desplegado en Casas Viejas, en el Frente Puerto Natales.
“Es un hombre silencioso que fue partícipe de varios incidentes limítrofes en un Puesto Avanzado de Combate, y el sufrimiento de aquellos momentos lo pudimos compartir recorriendo su trinchera en 2018”, asegura el historiador.
En ese momento, continúa, “de la nada tomó fuerzas y recorrió ágilmente aquellos sectores y las palabras brotaron al mismo tiempo que lágrimas recorrieron sus mejillas, y contó que en su puesto podía contar los vehículos y ver a los argentinos, y creo que de muchos de su temple dependió que Chile no entrara en un conflicto armado”.
Arturo Contreras en Pampa Guanaco, recorriendo la zona del despliegue.
Asimismo, el porteño radicado en Magallanes destaca el caso de Arturo Contreras, “un gran amigo que fue desplegado a Pampa Guanaco en Tierra del Fuego, con quien en 2019, en un magnífico viaje, pudimos recorrer parte de aquellos momentos tensos de 1978”.
¿Por qué leer las obras?
Francisco Sánchez Urra indica que estos libros “son de sentimientos y pasiones, siendo un punto de encuentro con nuestra historia, en donde miles de veteranos en un colectivo o en las ferias trabajan en forma silenciosa, sin muchas veces saber que fueron parte de esta crisis”.
Francisco Sánchez (al centro) con dos veteranos de caballería montada en 1978, en la frontera de Puerto Natales.
Por lo mismo, el historiador sostiene que “hago la invitación a un punto de encuentro, donde nuestros abuelos y padres fueron marcados para toda la vida”.
Los textos, recalca, no están orientados al mundo académico, “sino a todos quienes tengan curiosidad, interés o hayan vivido la crisis, y son libros de aquellos que no han tenido voz, personas comunes y corrientes, los cuales nos transmiten sus vivencias, siendo de fácil lectura y que, sin lugar a dudas, los transportarán a aquellos vientos de guerra de 1978”.
Foto desconocida del conflicto de 1978.
