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Rebecca Solnit: “La escritura se siente como mi venganza contra la falta de voz y el patriarcado” CULTURA

Rebecca Solnit: “La escritura se siente como mi venganza contra la falta de voz y el patriarcado”

Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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La destacada escritora estadounidense Rebecca Solnit visitó Chile como invitada a la Cátedra Roberto Bolaño de la Universidad Diego Portales. “El mansplaining, es tratar a las mujeres como incompetentes en cualquier ámbito”, expresó a El Mostrador.


La destacada escritora estadounidense Rebecca Solnit visitó por primera vez Chile como invitada a la Cátedra Roberto Bolaño de la Universidad Diego Portales. El primer día que estuvo en Santiago, conoció La Moneda y la estatua de Salvador Allende, luego quería ir al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, la autora relata que estos espacios le parecen importantes y cuenta que en Estados Unidos recién se están abriendo los debates para contar con museos relacionados a la historia de la esclavitud y los pueblos originarios.

A lo largo de su carrera, la autora ha escrito importantes ensayos sobre los derechos de las mujeres, el patriarcado, el arte, los movimientos sociales y también ha sido activista por el medioambiente. Entre sus publicaciones están ¿De quién es esta historia?, Recuerdos de mi inexistencia y Los hombres me explican las cosas, libro que se publicó en 2008 y luego una versión más extensa en 2014. El ensayo se convirtió en un fenómeno editorial y posicionó el concepto de mansplaining en el mundo occidental.

El libro explicó la autora surgió como una broma entre su compañera de departamento y ella, a altas horas de la madrugada se le ocurrió el título y rápidamente lo empezó a escribir.

“Es importante decir que no creé la palabra mansplaining. Ojalá la persona, probablemente una mujer, que lo hizo, se presentara para poder agradecerle, pero creo que el ensayo la inspiró”, expresó a El Mostrador.

“Entendí que en algún nivel, era una experiencia universal”, sostuvo Solnit.

En ese sentido, al preguntarle cómo ha visto que ha evolucionado el mundo respecto a este tema, explicó que “casi todas las expansiones de mi ensayo original se centraron en el mansplaining en situaciones profesionales, hombres estúpidos explicando astronomía a astrónomas, medicina a médicas, ingeniería a ingenieras, científicos a científicas expertos en ese campo, y tengo muchas capturas de pantalla de Twitter, en su mayoría, de eso sucediendo. Lo que no entienden es que no es solo en situaciones profesionales. Es cuando las mujeres dicen, y está en el ensayo original, por ejemplo, “él está tratando de matarme” o “él me violó” y la gente asume que él tiene más confianza que ella. Y lo que he llegado a entender es que el mansplaining, es tratar a las mujeres como incompetentes en cualquier ámbito, es parte de un ámbito más amplio en el que la violencia física, social, cultural y verbal no están realmente separadas”.

“En cierto sentido, la violación es una violación de la capacidad de las mujeres para usar el lenguaje para decir no, porque queremos el lenguaje no solo para abrir la boca y hacer sonidos, sino para que esos sonidos tengan significados y consecuencias. Y así puedes ver, el asesinato a menudo es una forma de silenciar a una mujer porque no quiere que testifique, quiere silenciar su independencia, su testimonio de su abuso, su insistencia en que ella también tiene derechos. Así que veo ahora que el mansplaining encaja en un mundo mucho más amplio en el que, en muchas partes del mundo, incluido el mío, las mujeres y las personas de color no podían testificar en un tribunal, no ocupaban cargos de poder, no servían en el gobierno y, sabes, es una pieza del rompecabezas de la desigualdad social que en un extremo es violencia y en el otro extremo es una especie de desigualdad verbal acerca de si puedes hablar porque a menudo decimos “oh, la silenciaron”, pero ya sabes, no es que no tuviera nada que decir. Es que sabía que nadie la escucharía. Sería castigada. Nadie le creería y el costo de hablar no valía la pena”. agregó.

Al respecto, mencionó que con los años se fue dando cuenta que siempre estaba escribiendo acerca de la democracia.

Los libros como tesoros

Al preguntarle a la autora por qué decidió dedicarse a la escritura responde que fue una decisión que tomó a muy temprana edad.

“Los libros los pienso como cofres del tesoro y de repente tenía la llave para abrirlos y disfrutar del tesoro dentro y ya me encantaban las historias. Pero antes de que pudiera leer, ya sabes, las historias eran lo que escuchaba, lo que la gente me contaba o, ya sabes, veía una película o un dibujo animado. De repente, con los libros, tenía control sobre qué historias, cuándo y cómo moverme a través de ellas, cómo volver a ellas y leerlas de nuevo. Y así que al final del primer grado, decidí ser escritora. Y, por supuesto, lo que eso significa, ya sabes. Cuando tienes seis años, vas a escribir historias y lees libros ilustrados o pequeños libros y luego novelas para niños. Pero también crecí en una familia con mucha misoginia, patriarcado, violencia, así que era muy silenciosa, entonces por mi supervivencia era una niña muy retraída y vivía en los libros, los libros eran mi refugio”, relató.

Además, señaló que “a veces se siente como un giro irónico que pasé de ser alguien que ni siquiera podía hablar en casa a alguien que tiene la oportunidad de hablar con una periodista en Chile, dar una conferencia en una universidad en Santiago y que se traduce a más de una docena de idiomas. A veces se siente como mi venganza contra la falta de voz y el patriarcado, ya sabes, no es por eso que lo hago, lo hago porque para mí no hay nada más significativo y satisfactorio que tratar de usar el lenguaje de maneras que tengan poder, tengan belleza, tengan significado para perseguir ideas, ya sea que sean ideas de otras personas y presentar mis propias ideas, encontrar patrones de significado y compartirlos con otros y unirme a la conversación que creo que es silenciosa, las personas a menudo son parte de ella, donde quizás no estés hablando en voz alta con personas a tu alrededor, pero estás hablando con la historia y el futuro, estás hablando con la posibilidad o respondiendo preguntas que personas muertas hace mucho tiempo preguntaron”.

Crisis climática y democracia

La autora además de reflexionar sobre feminismo ha dedicado parte de sus estudios a los movimientos sociales y de los pueblos originarios en Estados Unidos Unidos. En ese sentido, ha trabajado en campañas en defensa del medioambiente y los derechos humanos desde la década delos 80.

“Creo que la amenaza a la democracia es una amenaza al clima, sin duda, porque toda la evidencia muestra que la gran mayoría de las personas en la Tierra se preocupan por el clima y la protección del mundo natural. Las personas indígenas nunca dejan de luchar, y las personas no indígenas han llegado a comprender esto, especialmente en los últimos 30 años. El movimiento climático ha hecho un trabajo realmente bueno al hacer que la gente comprenda y se preocupe por este problema muy complejo y a menudo invisible. Y la única razón por la que no estamos haciendo lo que deberíamos hacer con respecto al clima es realmente por falta de democracia y ese pequeño porcentaje de la población, en su mayoría hombres adinerados, muchos de ellos blancos, muchos de ellos en el hemisferio norte, pero también en Arabia Saudita y Dubai, ya sabes, Putin en Rusia, en todos los lugares donde hay combustibles fósiles y ganancias que obtener, haciendo exactamente lo contrario de lo que sabemos que deberíamos hacer y a menudo tratando de anular la democracia de diferentes maneras para seguir ganando dinero. Y se puede ver, por ejemplo, que el Partido Republicano estadounidense está profundamente respaldado por la industria de los combustibles fósiles y respalda profundamente a esa industria, buscando una explotación máxima y una destrucción máxima del clima”, sostuvo.

También, expresó que “el caos climático puede generar el tipo de crisis en el que es más difícil defender la democracia. Los migrantes y los refugiados climáticos son personas desplazadas que a menudo no tienen ciudadanía y la capacidad de participar, han perdido sus derechos democráticos para participar. Así que creo que el clima es una amenaza para la democracia y que ahora entendemos en EE. UU., o al menos algunos de nosotros entendemos, que proteger la democracia es proteger el clima”.

En ese sentido, para Solnit los candidatos que llegan al poder en los países tienen que ver con la defensa de la democracia y el medioambiente.

“Ha sido increíblemente emocionante para mí ver a su presidente, ya sabes, con la Constitución sobre los derechos de la naturaleza, aunque no haya sido aprobado. A Gustavo Petro en Colombia firmando el tratado de no proliferación de combustibles fósiles. A Lula regresando en Brasil y apoyando la protección tanto de las personas indígenas como del Amazonas y cosas así”, mencionó.

“He estado involucrada en el tema del clima durante la mayor parte del tiempo que ha existido el movimiento climático, y la gente realmente pensó al principio que se trataba de proteger lugares remotos. No entendían que los incendios, las inundaciones, el clima extraño, esto llegaría a casa y no estaría allá afuera, estaría aquí, y que no es que no tuviéramos tiempo. En realidad, hay algo muy interesante en EE. UU., el Partido Republicano se tomó en serio la ciencia del clima en la década de 1990 hasta que la industria de los combustibles fósiles decidió que no deberían hacerlo, y luego varios políticos dieron un giro completo y se convirtieron en negacionistas del clima porque eso era de donde venían sus donaciones”, explicó.

En relación a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo este año en Estados Unidos, la escritora dijo que “En cuanto a los derechos de las mujeres, está muy claro, si volvemos a elegir a Joe Biden y Kamala Harris, protegemos los derechos reproductivos, y si elegimos a Donald Trump, quien ahora promete abiertamente convertirse en esencialmente un dictador y hacer que el aborto sea completamente ilegal, ya sabes, la elección es realmente clara en eso. Y lo mismo con el medio ambiente. ¿Es la Administración Biden lo suficientemente buena? No. Han hecho algunas cosas buenas, incluido la semana pasada, retrasar la entrega de permisos para una terminal de gas natural líquido o para dos terminales de gas natural líquido para que puedan evaluar el impacto completo, que es terrible de estas terminales de gas natural también conocido como metano. Así que es una elección igualmente clara. Es bastante aterrador en EE. UU. porque en 2000, cuando Al Gore se postuló contra George Bush y en 2016, cuando Hillary Clinton se postuló contra Donald Trump, la elección en términos de derechos de las mujeres y el medio ambiente ha sido muy clara. Pero tenemos un dicho en inglés. Lo perfecto es enemigo de lo bueno y cuando tenemos un presidente demócrata, la gente a menudo se siente mucho más cómoda y la opción mejor ya no es lo suficientemente buena en lugar de ver a esta persona como mejor que la otra opción. Piensan que esta persona no es perfecta. Y así, no votan, votan por candidatos de terceros partidos, derriban al demócrata. Y no estoy diciendo que no haya nada malo con el Partido Demócrata o Joe Biden, ya sabes, y por supuesto. Por un lado, la Administración Biden, entiendo completamente a las personas horrorizadas e indignadas por Gaza y yo también lo estoy, pero será peor eso también si Donald Trump regresa al cargo, a él nunca le ha importado los derechos humanos y nunca le ha importado los palestinos”.

 

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