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Las empresas y el momento constituyente MERCADOS|OPINIÓN

Las empresas y el momento constituyente

Las decisiones que el electorado definirá en algunos días más en las urnas son relevantes para el futuro de nuestro país y, por lo tanto, las empresas deberían considerar el fomentar la participación de sus trabajadores en este proceso constituyente, para que sus resultados no solo sean obtenidos con total representatividad, sino además sean irrefutables y otorguen al país la estabilidad necesaria para el buen desarrollo de la convivencia y la anhelada paz social.


Nuestro país se encuentra en medio de un proceso electoral sin precedentes en su historia. Por primera vez, los ciudadanos vamos a votar para decidir si queremos una nueva Constitución y, en caso de escoger esa alternativa, definiremos si el órgano responsable de trabajar en su redacción será una convención 100% elegida para ese fin o una convención mixta, donde participen en un 50% los actuales parlamentarios.

Las decisiones que el electorado definirá en algunos días más en las urnas son relevantes para el futuro de nuestro país y, por lo tanto, las empresas deberían considerar el fomentar la participación de sus trabajadores en este proceso constituyente, para que sus resultados no solo sean obtenidos con total representatividad, sino además sean irrefutables y otorguen al país la estabilidad necesaria para el buen desarrollo de la convivencia y la anhelada paz social.

[cita tipo=»destaque»]Esta visión antigua y carente de modernismo, se contradice con los actuales modelos de empresa del siglo XXI, ya que debemos entenderlas como organizaciones que son capaces de ir más allá de la mera producción o cumplimiento de metas, siendo parte real de la sociedad en que realiza su actuar con políticas de protección del medio ambiente, derechos sociales, sana convivencia y de participación cívica.[/cita]

Para incentivar la participación de los trabajadores en este tipo de actividades cívicas, las empresas deben poseer sistemas de comunicación formal que entreguen a su personal información fidedigna sobre el proceso que se desarrollará, evitando así la contaminación por noticias falsas o erróneas.

Del mismo modo, es importante que los empleadores consideren realizar talleres o programas de formación de manera que los trabajadores conozcan lo que es una Constitución, cuál es su importancia de cara al ordenamiento político y los impactos que tiene en la vida social, económica y jurídica del país. Todo ello, desde una perspectiva no partidista sino de formación cívica.

Por muchos años las empresas han intentado estar ajenas a cualquier tipo de vinculación con los procesos políticos y sociales, ya que consideran que ello podría significar entrometerse en “difíciles conversaciones” que no contribuyen a la generación de valor en los modelos de negocio.

Esta visión antigua y carente de modernismo, se contradice con los actuales modelos de empresa del siglo XXI, ya que debemos entenderlas como organizaciones que son capaces de ir más allá de la mera producción o cumplimiento de metas, siendo parte real de la sociedad en que realiza su actuar con políticas de protección del medio ambiente, derechos sociales, sana convivencia y de participación cívica.

Nos encontramos en un escenario crucial para nuestra nación, y el actual momento constituyente es el mejor escenario para que las empresas comiencen a avanzar en la dirección aquí propuesta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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