El cuadro árabe atacó como de costumbre y no tuvo éxito frente a la solidez y linaje copero del supercampeón argentino, que impuso un 2-0 sin angustias en Santa Laura.
Boca Juniors impuso el peso de la historia y su linaje copero para llevarse un triunfo esforzado y exento de fulgores sobre Palestino en la apertura del Grupo 5 de la Libertadores, en un partido que tuvo tanto despliegue como intensidad y que en ningún momento reflejó aquella enorme diferencia de capacidad futbolística que se presume cuando está al frente un gigante de Sudamérica.
Luego de quince minutos iniciales tensos e imprecisos en el manejo de la pelota, Palestino fue imponiendo sus términos en aquel ambiente tan especial que siempre brinda el estadio Santa Laura.
Presionando siempre y buscando la velocidad por los costados, el equipo chileno se generó espacios hasta el arco de Boca Juniors, aunque en la refriega del mediocampo lamentó dos tarjetas amarillas sucesivas por faltas de Farías y Contreras.
Con Gago como el faro de jerarquía de un visitante de mucho empuje y pocas luces, Boca equilibró la lucha sobre la media hora del encuentro y obtuvo el premio apenas aceleró en ataque.
Antes de eso, el vaivén interesante del juego registró una salvada del portero Darío Melo con los pies y otras tres oportunidades claras en el arco del frente. Primero fue un cabezazo de Renato Ramos que pasó cerca, luego un frentazo de Díaz tras tiro libre de Valencia que llegó directo a las manos del portero Orión y más tarde un remate cruzado de Valencia que amenazó a poca distancia del poste derecho a los 33’. Sin embargo, ese “mano a mano” atractivo parecía frágil por los espacios que dejaba la zaga palestinista, lo que se hizo patente con nitidez en la apertura de la cuenta.
Un pelotazo al vacío de Marín por el centro del área con los dos centrales tricolores mal sincronizados permitió que, a los 37’, Andrés Chávez marcara la apertura con un toque suave sobre la salida de Melo.
Así, a despecho del equilibrio aparente, Boca se llevó al vestuario una ventaja que premiaba su mayor jerarquía individual y colectiva en un duelo que –de entrada– cargaba todas las apuestas a su favor.
En la segunda parte, Boca Juniors tuvo el poder de la eficiencia y el oficio. Como de costumbre, y demasiado fiel a un sello táctico que exige matices, Palestino siguió yendo al frente sin dosificación ni precauciones y en ese tráfago riesgoso terminó perdiendo la apuesta. Si bien se aproximó varias veces al arco de Orión, justo a la mitad del periodo final (68’) dejó otra tremenda brecha hacia su arco que capitalizó Lodeiro con un pase preciso para que Palacios pusiera el 2 a 0 con un derechazo sobre el achique del arquero palestinista.
En rigor, la ventaja afianzó las convicciones colectivas y la seguridad en el manejo de Boca, mientras el rival insistía en una búsqueda demasiado frontal y exenta de controles defensivos. Así el partido mantuvo la característica técnica y consagró finalmente una victoria argentina que, a despecho de la ausencia de grandes brillos, recompensó con justicia a un cuadro sólido avalado por su magnífica trayectoria internacional.
El tremendo pundonor y la actitud de Palestino, en definitiva, justifican más el elogio a ese voluntarismo que a la validez táctica de un estilo que –casi siempre– exige adecuarse a las exigencias superlativas de la competición internacional.
Pormenores:
Copa Libertadores
Público: 13.382
Estadio Santa Laura
Palestino (0): Darío Melo; Contreras, Lanaro, Díaz; Carvajal, Farías (46′ Valenzuela), Rosende, Silva; Valencia, Ramos y Riquelme (50’ Vidangossy)
Boca Juniors (2): Orión; Marín, Burdisso, Torsiglieri, Colazo; Meli, Erbes, Gago; Palacios, Gigliotti y Chávez.
Goles: 37’ Chávez, 68’ Palacios.
