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«Idéntico a mi verso», el nuevo libro de Armando Uribe CULTURA

«Idéntico a mi verso», el nuevo libro de Armando Uribe

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Abarca más de 60 poemas de diversas épocas y registros del Premio Nacional de Literatura fallecido en 2020. Los poemas además están acompañados de las expresivas ilustraciones de su hijo, Pedro Uribe Echeverría. “La selección se realizó pensando en las cuestiones que visita reiteradamente Armando en su poesía: el amor, la muerte, la rabia, la desesperación y también la búsqueda afanosa de sí mismo. Son todas inquietudes que comparten y sufren los jóvenes. Esta antología les ofrece palabras para expresarlas”, explica la editora, Verónica Uribe.


Una delicada selección, que abarca más de 60 poemas de diversas épocas y registros, reúne la antología «Idéntico a mi verso» (Ediciones Ekaré Sur), un libro que pone al alcance del lector joven la vasta obra de Armando Uribe (1933-2020), Premio Nacional de Literatura y uno de los más prolíficos escritores chilenos.

Los poemas además están acompañados de las expresivas ilustraciones de su hijo, Pedro Uribe Echeverría.

“La selección se realizó pensando en las cuestiones que visita reiteradamente Armando en su poesía: el amor, la muerte, la rabia, la desesperación y también la búsqueda afanosa de sí mismo. Son todas inquietudes que comparten y sufren los jóvenes. Esta antología les ofrece palabras para expresarlas”, explica la editora, Verónica Uribe.

En una de sus páginas se lee:

«Caminando en la calle/serio y triste, callado/miro ojos y cuerpos y paredes.

Después de andar un poco/llego a mi pieza, un cuarto como todos.

¿Es verdad que alguien ríe, que hay belleza?

Respiro y voy viviendo

Todo muere; y el ojo de mi alma llora y llora».

El poeta, que murió en enero de 2020, alcanzó a revisar y aprobar la selección, e incluso escribió unas palabras, de su puño y letra, para sus futuros lectores: “Como una carta a joven lector no sé qué decirle sino que me da no sé qué que usted me esté leyendo y que el que escribe no sea más que yo sin más genio que el mal genio que me da escribir lo anterior”.

 

Origen del libro

Verónica Uribe cuenta que el libro tuvo un origen azaroso. «Un día, ordenando mis libros, separé los de Armando Uribe y los fui hojeando. Inmediatamente recordé algunos ‘versos’ suyos que habían quedado en mi memoria. Los marqué y releí varias veces. Me di cuenta de que podían tener eco en lectores que vivieran amores y desamores, que desesperaran, que buscaran saber quiénes eran, todos asuntos que resuenan en los jóvenes y adolescentes. Así, pensé en una antología para ellos y se la propuse a Armando», recuerda la editora.

«Él aceptó con interés la idea de esta selección y le gustó el orden que le dimos al libro, desde ese primer Yo seguido de Mirar, Caminar, Querer, Doler, etc. Son verbos que sintió cercanos y le gustó que las secciones se titularan así. Una tarde hablamos del último capítulo: Morir. Y pensando en los jóvenes, prefirió que añadiéramos otro. Así, el libro termina con Escribir, que es como volver al origen», agrega.

En cuanto a las características de esta obra, Verónica Uribe explica que se distingue no sólo porque es una antología acompañada de imágenes (hay otros libros suyos que tienen ilustraciones), sino por el cuidado con que Armando Uribe consideró esta propuesta.

«Revisó meticulosamente la selección, hizo varias anotaciones, entre ellas esa que está al comienzo: ‘quisiera que esto fuera poesía y no lesera’. Y en las reuniones que tuvimos con él siempre tuvo una disposición serena, calmada, incluso cariñosa», cuenta.

«Leímos toda su obra publicada para escoger aquellos textos que completaran ese primer orden que dimos a la antología que ya mencioné. No se trataba de un orden cronológico sino de estados de ánimo, de haceres, dolores, rabias».

Los dibujos

En cuanto a los dibujos de Pedro Uribe, la editora comenta que los habían visto y les parecía que tenían el mismo tono de las palabras de su padre, «que dialogaban bien».

«Y, aunque al comienzo Pedro estaba reticente, nos envió miles de dibujos. Y el director de arte hizo un minucioso trabajo de selección para encontrar la mejor compañía en imágenes para los ‘versos’ de Armando Uribe».

La editora además señala que aunque no alcanzó a ver el libro terminado, sí miró las primeras aproximaciones al diseño «en las que estaban ya los dibujos de Pedro. Se incorporó en la cama y con una lupa revisó el resultado. Estaba muy sorprendido y contento».

Un asunto personal

El propio ilustrador confiesa que nunca se imaginó en el papel de ilustrar un libro de Armando Uribe, «porque la poesía de mi padre era para él un asunto muy personal, necesariamente apartado de su papel de «pater familias» hacia sus cinco hijos».

«En cambio, en estos últimos años, la distancia geográfica -ya que vivo en Francia-, me permitió -paradoja- reducir la distancia del respeto entre padre e hijo y hacerle por carta comentarios literarios sobre sus libros de poesía, cuando se publicaban — algo que no me hubiera atrevido a hacer en otra época. Le interesaban mis opiniones», cuenta.

«Lo de dibujar ha sido para mí siempre relacionado con la influencia de mi madre. Eran, y siguen siendo para mí, los ‘monos’ que uno dibuja de chico – sin pretensiones artísticas de ningún orden. Por lo tanto, no imaginaba una posible relación con los escritos de mi padre. Fue algo que notó la editora Verónica Uribe: que un parentesco o ‘ambiente de familia’ existían, quizás, entre mi modo de dibujar y esos versos», remata.

«Claro, me parece a mí excesivo e inmodesto, pero a la vez me interesa y me halaga. Era necesaria la intervención de un tercero -la editora-, con una mirada que no fuera cautiva de la cercanía entre padre e hijos, para imaginar esta mezcla singular», asevera.

La única vez que le había tocado ilustrar con dibujos un texto ocurrió hace un par de décadas, cuando trabajaba en una revista francesa.

«El director editorial, notando que me pasaba dibujando monos durante las ‘conferencias de redacción’ interminables, me pidió si podía dibujar un ‘abecedario’ burlesco para un artículo sobre Silvio Berlusconi y sus aventuras femeninas. Conforme a ese tema, estuve inventando toda una tarde letras con siluetas atrevidas de mujeres, que sirvieron de iniciales para cada párrafo del artículo», concluye.

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