El presidente del Banco Central dijo que la mayoría de las demandas sociales son legítimas, pero que la solución no debe «entramparnos». Confirmó que el deterioro generalizado de las expectativas del sector privado es un factor en la desaceleración y un elemento a considerar en la decisión del Banco de volver a recortar previsión de crecimiento para este año. Llamó a trabajar en conjunto en la reactivación.
Desde que el gobierno anunció la reforma tributaria que a Rodrigo Vergara, cada vez que va al Senado, lo quieren meter en el baile de la coyuntura política.
La Alianza lo presiona a que diga que el proyecto de ley es la causa de la desaceleración; y la Nueva Mayoría, a que afirme que no es un factor y que el enfriamiento de la economía viene del gobierno anterior.
El Presidente del Banco Central, como buen bailarín que es, ha evitado caer en las trampas y se ha mantenido ajeno a la coyuntura, conservando la independencia y el rol técnico que tradicionalmente ha tenido el ente emisor.
Ayer, en su presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) ante el pleno del Senado, en que informaba que recortaba sus proyecciones de crecimiento para este año por cuarto trimestre consecutivo, Vergara se salió de libreto y se metió de cabeza en el debate, aunque cuidando la formas y con un mensaje mesurado.
El presidente del Banco Central dijo que la mayoría de las demandas sociales son legítimas, pero que la solución no debe «entramparnos». Señaló que el deterioro generalizado de las expectativas del sector privado es un factor detrás de la decisión de volver a recortar las proyecciones de crecimiento.
Al mismo tiempo, llamó a trabajar en conjunto en la reactivación. «La pregunta que debemos hacernos, más allá de las posiciones personales de cada uno, es cómo avanzaremos todos juntos hacía un mejor país. Es natural que haya discrepancias con respecto a las razones de la desaceleración. Estimamos, no obstante, que hoy lo más productivo es dedicar nuestro tiempo a pensar en cómo reactivar la economía y, más importante, en cómo hacerla crecer más en el mediano y largo plazo», enfatizó.
Un ex economista del banco y que ahora maneja fondos para clientes de alto patrimonio, interpretó el mensaje de Vergara como «un sutil e implícito llamado de atención al Gobierno, en cuanto a que su política de reformas está haciendo más daño del que se preveía, tanto a nivel de inversiones como de consumo».
En su informe, el banco señaló que el producto interno bruto se expandirá entre un 1,75% y 2,25%, en comparación con la estimación anterior de 2,5% a 3,5%. El ente emisor elevó su estimación de inflación para esta parte a 4,1%, desde un 4%.
«La fuerte reducción en el crecimiento es, sin duda, una preocupante noticia que debe mover todos los sectores, políticos y economistas, para que redoblen sus esfuerzos y devuelvan el dinamismo a la economía chilena», manifestó el presidente del Banco Central frente a los legisladores.
El Gobierno de Chile ha recortado su previsión de crecimiento de 2014 dos veces este año a 3,2%, citando una fuerte desaceleración de la demanda interna. El gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera, que dejó el cargo en marzo, había pronosticado un crecimiento del 4,9%, aunque los privados hacía meses que cuestionaban las cifras.
El banco también recortó la proyección de crecimiento de mediano plazo desde 5% hasta el rango de entre 4% y 4,5%, poniendo de manifiesto el menor crecimiento estructural para la economía chilena en los próximos años.
Para el Santander Chile, este ajuste en el PIB potencial significa para el fisco una menor recaudación del orden de US$200 millones y US$400 millones anuales.
El Banco Central ha recortado la tasa de interés de referencia en seis ocasiones desde octubre a un 3,5 por ciento, debido a la caída en los precios del cobre y a un salto en los costos, que han detenido el boom de inversiones en la industria minera. La desaceleración se ha extendido a la demanda del consumidor, con el aumento de las ventas minoristas al ritmo más lento en casi cinco años. El PIB se expandió un 1,9% en el segundo trimestre del año anterior, cuando alcanzó un 3,8%.
«La noticia más importante proviene de la actividad y el gasto interno, que se han desempeñado significativamente peor de lo previsto», dijo el presidente del Banco en el informe. «El pobre desempeño del gasto alcanzó todos sus componentes», apuntó.
Mientras el crecimiento se desacelera y el Banco Central reduce las tasas, el peso se ha devaluado, empujando la tasa de inflación a un 4,5% en julio, por encima del 2 a 4% del rango del banco por cuarto mes consecutivo.
El peso ha caído un 13,5% frente al dólar en el último año, el peor desempeño de divisas de los mercados emergentes después del peso argentino.
Ante el pleno del Senado, Vergara admitió que las cifras presentadas «revelan un débil desempeño de la economía chilena. La corrección que vemos en las proyecciones de actividad son significativas y responden a la conjunción de factores externos e internos, algunos de ellos los habíamos anticipado, otros han sido inesperados».
Hizo particular hincapié en «el deterioro generalizado de las expectativas del sector privado», aunque señaló que, respecto a cuál es la magnitud de ese rol, «es difícil de determinar, pero no cabe duda que tiene importancia en particular en lo relacionado con las proyecciones».
Hizo una radiografía positiva del desarrollo de las últimas tres décadas, al tiempo que advirtió que, sin embargo, queda mucho por hacer, señalando que «se mantienen inequidades que no hemos resuelto como sociedad».
Dijo que, de alguna forma, «esto representa uno de los problemas que se derivan de nuestro propio éxito. La sociedad, y en particular la creciente clase media, demanda mayor cantidad y calidad de servicios, y mayores oportunidades».
Añadió que esas demandas son en su mayoría legítimas, pero «que deben ser satisfechas con políticas que eviten perder lo que hemos ganado y entramparnos en una situación sin progreso».
Concluyó manifestando que es optimista respecto a que el país «tiene las instituciones para salir airoso de este paso. A lo largo de los años hemos hecho reformas, entre todos, que son profundas y duraderas. De hecho, nuestro país es reconocido en el mundo, precisamente, por la solidez de sus instituciones. La capacidad que muestran nuestros dirigentes en alcanzar acuerdos es una muestra de esa fortaleza y, por ello, hemos valorado el acuerdo impulsado por el ministro de Hacienda, representantes del Parlamento y líderes políticos en torno a la reforma tributaria”.
Pero también tuvo una frase que es una de las favoritas de la Presidenta: «El objetivo no solo es un mayor crecimiento, sino que también sea más inclusivo».
