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English Made in Chile: las millonarias licitaciones de Corfo y las dudas que dejan sus procesos

English Made in Chile: las millonarias licitaciones de Corfo y las dudas que dejan sus procesos

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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El Estado aportó US$ 12 millones para becas de inglés y de ellos un 25% fue al gremio del comercio. Los especialistas quedaron con poco o nada. Los cuestionamientos alcanzan incluso el período de Piñera.


No hay duda de que el inglés está entre las principales deficiencias y, al mismo tiempo, desafíos de Chile para entrar con zapatos lustrados al mundo desarrollado.

Un estudio realizado en 2013 por Education First, ubicó a Chile en el puesto 44 de 60 en manejo del idioma. En la región, aunque superaba a Ecuador y Venezuela, estaba por debajo de Argentina, Uruguay, Brasil y Perú.

Por eso el Estado se metió la mano al bolsillo y desde hace años viene destinando millones de dólares a disponer becas de inglés para multiplicar el número de personas que adquieran el conocimiento de esa lengua.

Sin embargo, el impulso al inglés desde Corfo ha traído polémicas.

El 2014 se ha convertido en uno de los años más controvertidos en el proceso de licitación de estas becas, para las cuales se inscriben los potenciales beneficiarios y luego Corfo licita la entrega de recursos a entidades capacitadoras que son las que finalmente dan el servicio.

Los tradicionales centros de capacitación en inglés en Chile son el Instituto Norteamericano, Tronwell, Británico, Manpower, Comunicorp y, más recientemente, se han ido incorporando a esta especialidad eClass y Wall Street.

Sin embargo, en la última licitación gran parte de estos centros quedó al margen, o con pocas horas, y se desató la rabia.

A cambio, emergió un nuevo actor que este año arrasó con la torta: La Cámara de Comercio de Santiago (CCS).

El gremio obtuvo un tercio de las horas asignadas por Corfo en Santiago y un 25% en el país en la licitación adjudicada el 20 de junio pasado y readjudicada el 27 del mismo mes.

El triunfo de la CCS es mal visto por varios actores que participaron en el proceso, pues no tiene la trayectoria en clases de inglés y no cumpliría con todas las bases.

Junto con ello, el proceso ha tenido críticas desde distintos participantes que consideran que le falta transparencia, que la evaluación ha sido desprolija y que además el rol que está cumpliendo Corfo está generando negocios jugosos a actores que no tienen experiencia y deja afuera a quienes saben de este tipo de capacitación.

Carolina Mena, de Comunicorp, cree que las becas Corfo están destruyendo el mercado privado de capacitación en inglés y bajando la calidad del servicio.

Advierte que en las licitaciones de Corfo se puede ofrecer hasta 15 alumnos por clase, lo que en términos de calidad de la capacitación es bajo, ya que lo normal en cursos no ligados a las becas Corfo considera un máximo de 5 a 7 alumnos.

Pero a los oferentes les interesa ganar dinero y por ello buscan elevar el número de alumnos, afectando al beneficiario en la calidad de sus estudios.

CCS favorecida

Para este año, Corfo asignó casi US$ 11 millones para las becas en el país, de las cuales el 63% quedó en Santiago. De ellas la CCS –a través de su Centro de Capitación– obtuvo US$ 2,15 millones en la capital y más de US$ 500 mil en Viña del Mar. Esto, gracias a que se le asignaron las 350 mil horas a las que postuló en Santiago. Con ello, se quedó con más de un tercio de las horas disponibles para la Región Metropolitana, que sumaron 1,05 millón de horas.

La generosa adjudicación que obtuvo la CCS en la capital desató la molestia de los participantes que han visto cómo han ido tomando posición en el concurso actores que no son los tradicionales capacitadores de inglés.

Y comenzaron los reclamos. Comunicorp y la Universidad Chileno-Británica de Cultura cuestionaron que la Cámara informara entre sus antecedentes tener 17 años de experiencia cuando sólo tiene 7 a 8 años, de acuerdo a su inscripción en el Registro Comercial, que de hecho la CCS entregó a la Corfo, pero que la entidad fiscal no había revisado.

El dato es relevante, pues la CCS se ubicó en el cuarto lugar de los postulantes con 8,99 puntos, siendo seis los que adjudicaron originalmente, y como Corfo entrega todas las horas pedidas por los oferentes que ganen, la Cámara dejó pocas disponibles hacia abajo. Detrás de eClass –el último que adjudicó– quedaron Comunicorp y la Universidad Chileno-Británica.

Para llegar al puntaje final hay cinco factores, siendo el principal el tercero (Capacidad y Experiencia Institucional), que representa el 40% del total. Este factor le dio a la CCS una nota de 8,21.

Este ítem tiene tres grandes subfactores a medir y que pesan distinto en esa nota: uno compuesto por años de experiencia del oferente, numero de capacitados en inglés en 2012-2013 y cartera de clientes (20%); el segundo mide su rendimiento en becas con Corfo en años anteriores (60%) y el tercero analiza el currículum de los que lideran cada proyecto (20%).

El segundo elemento (experiencia en programas de inglés de Corfo) no se ponderó, pues la CCS en los últimos dos procesos no clasificó.

He aquí la primera rareza de las bases que privilegia a los nuevos oferentes y no a los de experiencia. Curiosamente, las bases de la licitación establecen que, en caso de no tener experiencia, Corfo obviaba dicho aspecto y sólo ponderaba los otros dos.

Así, los postulantes con experiencia en los últimos procesos ven afectada su ponderación, por cuanto el promedio de evaluación en los programas nunca alcanza la perfección –10 puntos–, mientras que los que no tienen experiencia salen incólumes por su falta de medición en su experiencia con Corfo y reciben nota en el factor 3 por el 40% de los otros dos subfactores.

La Cámara, de esa forma, ve beneficiada su oferta, ya que no hay evaluación de su participación en procesos anteriores al 2012.

Así las cosas, son el primer y tercer factor los que provocan el triunfo en la evaluación original de Corfo para el factor 3.

La CCS obtuvo el 8,21 en el factor 3, gracias al promedio del 8,67 que registró en el primer ítem referido –años de experiencia, cartera de clientes y numero de capacitados– y el 7,75 por el currículum de sus encargados.

En la primera adjudicación la Corfo indica que el jefe de proyecto de la Cámara de Comercio de Santiago señala experiencia en gestión de programas educacionales masivos, lo que termina haciendo caer el puntaje de la CCS en el tercer subfactor (a 7,75), mientras que en el primero (años de experiencia, cartera de clientes y numero de capacitados), el 8,67 viene de obtener nota máxima en alumnos capacitados (la CCS informó más de 5 mil capacitados y el puntaje de 10 lo consigue con 4.500), nota máxima en cartera de clientes (su cartera le permite obtener el tope de 46 o más puntos) y sólo 6 puntos de 10 por sus años de experiencia (17) de un máximo de 28 años.

Cuando se informa la adjudicación el 20 de junio de 2014, presentan reclamos formales Comunicorp y la Universidad Chileno-Británica de Cultura (UCBC) y apuntan inicialmente a la información presentada por la CCS.

“Según lo presentado en su propuesta, en el anexo Nº 3 correspondiente a la capacidad institucional, manifiestan tener 17 años de experiencia, cuando en la escritura de la sociedad tienen vigencia sólo 8 años, en el anexo Nº 5 Corfo fue claro en señalar que los años de experiencia no podrán ser superiores a la fecha de iniciación de actividades del SII”, dice Carolina Mena de Comunicorp en reclamo enviado a Corfo a través de Mercadopublico.cl.

Lo mismo reclama María Eugenia Faure de Universidad Chileno-Británica. La crítica tomará un rumbo desconocido en los siguientes días.

Rey del idioma

Carolina Mena agrega otro cuestionamiento: el número de personas capacitadas en inglés entre 2012 y 2013, que –según informa la CCS– son 5.023, lo que le permite tener el máximo de puntaje por superar los 4.500 alumnos.

La presunción es cómo puede la CCS, que no accedió a becas de inglés en 2012 ni 2013, presentar como educados en inglés en esos años a más de 5.000 personas.

Por contrapartida, Comunicorp –que lleva más de dos décadas capacitando en este idioma en Chile– informa que enseñó inglés en los últimos dos años a 1.570 personas; el Instituto Británico –con 32 años de experiencia en inglés en el país– capacitó a menos de 800 en el mismo lapso, y Manpower –con una década en el área– capacitó 3.300.

Sólo Tronwell e eCclass se salen de la fila. El primero –con casi tres décadas de experiencia en idiomas– presenta más de 32 mil capacitados en los últimos dos años, mientras que eClass –con menos de una década– otros 20 mil. Caso aparte el Duoc, con 135 mil.

Pero la CCS dice tener tanto o más capacitados en inglés que casi todos los principales actores en idiomas en el país y, aún más, sin haber participado en las últimas dos licitaciones de las becas de inglés, a diferencia de su competencia.

El planteamiento de Mena es clave y lo reafirma la jefa de proyecto de la UCBC, María Eugenia Faure, en una carta enviada al fiscal de Corfo, Pablo Lagos después de la readjudicacion que vendría más tarde el 27 de junio.

En dicha carta le pide corroborar el número de clientes capacitados en inglés por la CCS. “La UCBC, en base a su conocimiento de la industria pone en duda el número de alumnos capacitados en inglés por dicho oferente”, señala Faure en dicho documento, donde agrega que para Corfo serían fácilmente verificables los antecedentes que presentó la CCS si solicita “boletas, facturas, Sence, etc., porque no implicaría contar con recursos adicionales de Corfo para constatar la veracidad de la información expuesta”.

Faure entendía que la cartera de clientes que presenta la CCS y todos los oferentes es la forma de verificar los antecedentes.

Lo mismo cree Mena en su reclamo, denunciando antecedentes graves. “Quisiera saber, cómo acredita la comisión evaluadora que efectivamente impartieron clases de inglés a 5.036 alumnos en dos años. Con respecto a su base de datos, la mayoría de sus empresas clientes no se capacitaron en inglés con ellos, realizaron cursos en otras áreas (lo confirmé telefónicamente en algunas). Entonces ¿de dónde puede salir ese número?”, pregunta.

En el proceso formal de reclamos, Corfo responde a Mena con una respuesta tipo –que usará para otros reclamos también–, que señala que el proceso de adjudicación original fue invalidado y que la readjudicación la pueden ver en el portal.

No enfrenta la duda específicamente sino con una declaración de principios. “Corfo en su búsqueda permanente, en pro de la calidad y profesionalismo pertinente en la elección de sus proveedores, ha realizado una revisión exhaustiva de esta Convocatoria 2014. Agradecemos a cada uno de los institutos capacitadores que postularon a Becas Corfo”.
Aquí surge otro elemento llamativo del proceso. A través de otra sociedad, la Cámara de Comercio de Santiago administra el Registro de Proveedores de ChileCompra, la entidad que gestiona www.mercadopublico.cl, lo que resulta cuestionable para Faure, quien lo hace ver a propósito de un reclamo enviado por una entidad ligada a UCBC y que no llegó a Corfo.

Lo cierto es que la CCS no gestiona www.mercadopublico.cl sino el registro de proveedores, pero si no hay una “muralla china” entre CCS y el registro de Proveedores, el gremio podría acceder a información ventajosa y, de acuerdo a los reclamantes, podría tener ventajas en las licitaciones.

Con todo, Faure recibe una respuesta más directa de Corfo a su carta personal, y que no ingresó por los canales formales, respecto de la cartera de clientes de CCS.

La entidad fiscal le indica que la evaluación de los antecedentes del proponente en el factor Capacidad Institucional y Experiencia se realizó sobre la base de antecedentes que se pidió entregar de cada componente, los que son independientes y no se correlacionan entre sí.

“Por ello, los antecedentes que se requiere informar en cada uno de ellos son distintos a los que se requiere en el otro, de modo que no necesariamente debe coincidir el número de alumnos capacitados en inglés por una respectiva entidad, con la cartera de clientes de la misma, dado que en este último ítem, pueden considerar empresas, por ejemplo”.

En palabras simples, Corfo afirma que el número de capacitados en inglés que informa la CCS no necesariamente puede ser verificado con la cartera de clientes que presentó la Cámara.

¿Cómo se verifica entonces? Es una incógnita, más allá de la buena fe en los datos aportados, pero Corfo deja en claro en el siguiente párrafo con que responde a Faure que, pese a los reclamos, no habrá aclaración mayor: “Cabe indicar que la evaluación de las ofertas en el marco de una licitación pública, debe efectuarse atendiendo a los principios de estricta sujeción a las bases que regularon el proceso y de igualdad de los oferentes, no resultando posible, para dicho efecto, requerir antecedentes o establecer exigencias que no hayan sido establecidos en las bases, o cuya solicitud no esté contemplada en éstas”.

Como las bases no indican específicamente procedimientos adicionales para verificar lo informado por la CCS, Corfo no se siente emplazado a hacer una verificación adicional o de la forma en que le plantean los reclamantes.

No obstante, las bases de la licitación, publicadas el 24 de abril de 2014 señalan expresamente, en su página 14, que “Corfo se reserva el derecho de verificar los antecedentes presentados por los oferentes”.

Ante los reclamos planteados, Corfo deja la duda abierta en cuanto a si cumplió con sus bases.

No obstante, la CCS, al ser consultada por este medio, despejó las dudas respecto a esto último. “No tenemos conocimiento de ninguna observación o requerimiento de información adicional a nuestro Centro por parte de la entidad licitante”, indicó Guillermo Vergara, director ejecutivo del Centro de Capacitación de la Cámara de Comercio de Santiago.

Sin sanción por mentir

Como ya se adelantó, ante los reclamos de entidades como Mora Consultores y otros participantes, Corfo elimina la primera adjudicación y realiza una readjudicación que publica el 27 de junio de 2014.

Lo hace reconociendo que hubo errores en los antecedentes presentados por algunos oferentes y también por el cálculo que en algunos casos hizo Corfo de los puntajes de cada uno.

Todo ello –agrega Corfo– obliga a readjudicar tal cual lo señala un dictamen de Contraloría respecto de otros procesos públicos que significan jurisprudencia administrativa para este caso. Eso sí, la Corporación de Fomento de la Producción no señala nada respecto de que dicho dictamen, aplicado por el Contralor en un proceso viciado de otra entidad pública, indica que en esa ocasión también correspondió un proceso administrativo a los encargados del proceso.

Sin embargo, para el lamento de los que esperaban que la entidad pública hiciera caer en el ranking al gremio que aglutina a los principales retailers del país (como Falabella, Cencosud, Ripley), al revisar sus años de experiencia, Corfo rearma la tabla de evaluación y, esta vez, reduce de “28 años o más” a “19 o más años” el máximo de puntaje de esa variable.

Con ello, CCS igual ve caer en su puntaje de 6 a 4 por los años de experiencia educando en el país y, así, el ítem que incluye también a número de capacitados en inglés y cartera de clientes cae de 8,67 a 8.

Pero si hubiera mantenido la escala partiendo en 28 años, la CCS habría bajado a apenas 2,5 puntos su puntaje en años de experiencia y con ello este ítem –que representa el 50% de su nota en el factor 3– habría llegado a 7,5, con lo cual finalmente la nota total de la CCS habría descendido a niveles cercanos a 8,7 puntos o menos y, con ello, rozaría los puntajes de quienes le seguían, peligrando así quedar sin horas en Santiago.

Nada de eso ocurrió. La CCS no era la única que había errado groseramente su hora, aunque sí era la única del grupo de los que estaba cerca de ganar el suculento negocio. Corfo no revisa los antecedentes sobre el número de capacitados en inglés (no responde a nadie en forma específica) y no castiga la información falsa de la CCS ni los otros participantes. Por cierto, las bases no establecen sanciones específicas como la eliminación del proceso en este tipo de incumplimientos.

Faure, en su carta privada le cuestiona a Corfo que limitaran la tabla a 19 años luego de haberla tenido en 28 años o más. Le señala que entiende que se bajó el máximo por la posibilidad de obtener el dato de iniciación de actividades en el sitio del SII, pero que hay formas de acreditar la data de cada institución con la escritura o el reconocimiento, por ejemplo, del Ministerio de Educación.

Es decir, Faure reclama que no se debe bajar la tabla por la incapacidad de Corfo de confirmar fácilmente los antecedentes.

Esto, porque la estatal había señalado en sus bases que los años de experiencia no podían superar el inicio de actividades en el SII. Como el SII tiene en sus sistemas computacionales como tope de verificación digital el año 1995, aunque una entidad superara esa data, Corfo no está dispuesto a corroborar por otra vía las fechas y, por ende, baja la tabla e indirectamente beneficia a la CCS y a otros oferentes, aunque estos últimos mayoritariamente no estaban entre los que tenían posibilidades de ganar.

La sorpresa mayor

En su resolución de readjudicación, Corfo explica que además de haber errores en las fechas de iniciación de actividades, “detectó que existían calificaciones que no correspondían al currículum de los profesionales, sobre todo en aquello referido a títulos y certificaciones obtenidas en el extranjero”.

En efecto, con esta revisión, Corfo beneficia al alza los puntajes de Universidad Austral, Santo Tomás, Russek, Mora Consultores, Educer y Manpower. Pero ninguno de ellos aparece con capacidad para competir, dado que sus puntajes en años de experiencia, número de capacitados y cartera de clientes los dejan rezagados.

Asimismo, beneficia a otro actor que está en la avanzada: la CCS. En la adjudicación original, Corfo había señalado que el jefe de proyectos de la CCS, Jaime Diez Yáñez, “no indica experiencia en gestión de programas educacionales masivos”. Esto hizo que en ese ítem no tuviera 10 puntos sino 7,75.

Para la readjudicación, retira el “NO” y le asigna dicha experiencia, subiendo la nota del área a 10. Con ello, CCS baja su puntaje en años de experiencia de la entidad (más cartera de clientes y número de capacitados, que no fue revisada pese a los reclamos) de 8,67 a 8, pero al mismo tiempo sube de 7,75 puntos a 10, el máximo en currículum de jefe de proyecto y director académico.

¿Resultado? La CCS sube su nota en el factor 3 de 8,21 a 9 puntos y en la nota final aumenta de 8,99 a 9,31 puntos, con lo que no sólo se mantiene con sus horas asignadas sino que se empina como el participante con el mayor puntaje del proceso.

¿Qué tenía el currículum de Diez que hizo cambiar de opinión a Corfo?

Jaime Diez es ingeniero comercial de la Universidad Tecnológica de Chile, magíster en Marketing y Dirección Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez e ingeniero en Administración de Empresas de Inacap.

En su experiencia laboral indica que desde 2013 es el asesor nacional de Acreditación de Capacitación de la CCS. Aunque, curiosamente, entre julio y noviembre de 2013 figura como coordinador de sede para cursos de Becas de Inglés de Corfo para la empresa Tandem.

Entre 1994 y 2012 fue ejecutivo en áreas diversas en Tetra Pack, siendo su último cargo en esa compañía el de Responsable de gestión ambiental, indicando que estuvo encargado de gestión de la capacitación en el área ambiental.

Al parecer –dicen diversas fuentes de participantes críticos con el proceso que llevó a cabo Corfo–, nada de lo anterior revela experiencia en “programas educacionales masivos”, a no ser que los cinco meses con que figura de asesor de la CCS en 2013 fueran un dato ‘olvidado’ en la evaluación original.

O, tal vez, cuando Corfo señala en la readjudicación que había calificaciones que no correspondían al CV de los profesionales, sobre todo en título y certificaciones obtenidas en el extranjero, incluía a Diez por un antecedente puesto al final de su currículum.

Éste indica que entre 1986 y 1994 trabajó en SKF Chilena, donde asegura haber sido el encargado de capacitación internacional con la compañía sueca SKF, por lo cual vivió cuatro años en Panamá.

Este medio pidió a Corfo y la CCS que aclararan este punto. En particular, porque la CCS no hizo ningún reclamo por el puntaje al currículum de su jefe de proyecto.

La participación de Diez, además, genera críticas. Según el reclamo de Comunicorp, en el currículum del jefe de proyecto de la CCS aparece, en su última actividad, como coordinador de sede de Tandem para programas Corfo año 2013, “siendo que ese oferente no adjudicó el año 2013 las becas de inglés Corfo”.

En efecto, Tandem no adjudicó cursos en 2013, pero es una sociedad vinculada a Internacional Center. De acuerdo al currículum que Diez presenta en el sitio de la Universidad Adolfo Ibáñez, donde aparece como académico, no presenta experiencia en Tandem, sino que se presenta como “director de la academia de idiomas Internacional Center, sede Las Condes”.

Internacional Center sí se adjudicó becas de inglés en 2013, pero fue una de las instituciones más multadas por sus incumplimientos, a tal punto que en la evaluación del factor 3 en el proceso de 2014, recibió nota 5,73 y en especial en su experiencia en becas de inglés de Corfo recibió nota 4,33, por lejos la peor evaluación en este punto de los oferentes y la única que se ubicó bajo 7 puntos.

No obstante, la Corfo en sus bases de licitación indica que la evaluación de los jefes de proyecto y director académico respecto de su participación en procesos de becas anteriores sólo se hará si antes cumplió uno de estos dos cargos.

Como en 2013 Diez fue coordinador de sedes de Tandem (ni siquiera de Internacional Center, aunque él mismo informa en la universidad que es funcionario de esa entidad) no se le puso nota –que habría sido baja– por su experiencia anterior.

También en tribunales

Frente a las consultas, la CCS explicó que el Centro de Capacitación es continuador legal de la Escuela de Comercio de la referida CCS y que sus antecedentes legales, académicos y técnicos “fueron exhaustivamente evaluados por Corfo en un procedimiento reglado y sujeto a la fiscalización de las entidades contraloras de los órganos del Estado”.

Aun más, asegura que “cumplimos estrictamente con todos los requisitos que las bases de la licitación imponían a los concursantes y, en virtud de ello, se nos adjudicó una cantidad parcial de las becas para cursos de inglés, correspondiendo otra fracción, según entendemos, a distintos participantes en dicha licitación”.

Guillermo Vergara defiende la orientación del proceso que ha ido beneficiando a los postulantes que no tienen experiencia en licitaciones de becas de inglés de Corfo.

“Estos procesos poseen la virtud de ampliar la gama de prestadores de los servicios, alimentando la superación institucional y el perfeccionamiento en las técnicas instructivas”, explica, agregando que desde el 17 de julio pasado han venido implementando los cursos “con plena satisfacción” y que están tomando las medidas necesarias «para que nuestros alumnos puedan lograr el objetivo de adquirir herramientas idiomáticas que complementen su formación laboral y académica, facilitándoles su inserción y desempeño en el mundo del trabajo”, lo cual lo realizan “conforme a estándares de calidad, seriedad y buen servicio que caracterizan el actuar de nuestro organismo”.

Corfo, en tanto, en comunicación enviada el 26 de agosto pasado, no respondió a ninguna consulta específica y defendió tajantemente el proceso. “La licitación se llevó a cabo a través de un concurso público, las bases fueron aprobadas por la Contraloría General de la República y los criterios de evaluación están claramente expresados en las mismas. Las consultas y cuestionamientos generados –durante el proceso– se respondieron acorde a los plazos estipulados. A la fecha, no existen juicios o recursos pendientes sobre este proceso que se llevó a cabo hace unos meses. En definitiva, las aseveraciones emitidas reflejan desconocimiento y no se ajustan a la realidad respecto al proceso de licitación de becas en inglés”, concluyó.

Lo indicado por Corfo no es certero en cuanto a que no hay judicialización del caso, aunque se puede explicar por el desfase del tiempo.

El 3 de julio pasado, Manpower presentó al Tribunal de Compras Públicas una demanda de impugnación contra la resolución original de las becas inglés de Corfo del 20 de junio de 2014.

El tribunal declaró inadmisible dicha demanda por ser presentada fuera de plazo. Corfo llevó esta publicación a Mercadopublico.cl el 9 de julio, dejando en evidencia que no había situaciones judiciales pendientes, aun cuando restaba que Manpower recurriera a la Corte de Apelaciones.

Justamente, Manpower recurrió de queja ante el tribunal de alzada, el que el 29 de agosto pasado le dio la razón y ordenó al tribunal de Compras Públicas que tramite la demanda.

Así lo hizo el referido tribunal y el pasado martes 9 de septiembre ofició a Corfo para que se defienda de las acusaciones de Manpower, en relación a lo cual tenía diez días hábiles para responder, es decir, hasta la próxima semana.

En su demanda, presentada por el abogado Carlos Figueroa Guzmán (hijo del ex ministro homónimo DC), Manpower hace duras acusaciones contra Corfo, acusándola de actuar en forma “arbitraria e ilegal” y de ponderar en forma dispar a los distintos oferentes sin justificación alguna.

La demanda pide que se declare nula la adjudicación, que a estas alturas ya fue anulada por la propia Corfo con la readjudicación del 27 de junio. Y en subsidio que se retrotraiga el proceso al estado de evaluar únicamente el polémico factor 3.

Manpower, además, cuestiona la transparencia del proceso, asegurando que no se hicieron públicas las tablas de evaluación en las bases de licitación, lo que contradice lo señalado por Corfo en cuanto a que “los criterios de evaluación están claramente expresados en las mismas (bases)”.

La entidad explica que en el ítem de curriculum de su jefe de Proyectos y director académico se medían tres requisitos: 1) estudio universitario de pregrado; 2) estudio universitario de posgrado, y 3) experiencia en curso de educación masiva (para jefe de proyecto) y en educación masiva en inglés (director académico). Todo esto pesaba 20% en la nota final del factor 3.

La entidad obtuvo por esta variable de currículum una nota de 4,25, cifra que proviene del hecho de que el director académico obtuvo nota 10 pero el jefe de proyecto tuvo 1, pues no tenía experiencia en proyectos masivos.

Manpower critica que en las bases se informara que todos estos aspectos serían evaluados, pero no se indicó que la experiencia fuera a tener una ponderación mayor que los estudios.

En efecto, en las tablas de evaluación –que Corfo no publica cuando realiza la adjudicación inicial y que Maria Eugenia Faure de UCBC sólo obtiene cuando reclama personalmente tras la “readjudicación”– la entidad pública revela que otorgaba 5 puntos si el jefe de proyecto tenía formación universitaria en gestión y/o administración y 10 puntos si tenía posgrado en las mismas especialidades.

Pero para evaluar la experiencia, entrega diez puntos si la tiene y 1 si no la tiene.

Es decir, Corfo, sin advertirlo originalmente en sus bases, no otorgó un tercio del puntaje para cada factor (pregrado, posgrado y experiencia) sino que le dio el 50% de esa nota a la experiencia y otro 50% a los estudios.

En la readjudicación, Corfo mejora la nota de Manpower de 4,25 a 5,5, pero lo hace porque inicialmente ponderó mal el 1 y el 10.

La demanda de Manpower ahonda en la evaluación de currículum, analizando el caso de la Pontificia Universidad Católica (PUC) que obtuvo 10 puntos, nota máxima, en dicho itema.

Su jefe de proyecto, Christopher MacGuire, presenta estudios de posgrado en la Escuela de Administración de la Universidad de Notre Dame y como pregrado tiene un bachillerato en biología en la University of British Columbia en Canadá.

Manpower reclama que, si bien tiene postgrado, MacGuire no tiene pregrado universitario en administración como requería Corfo. Aunque parece semántica, en estricto rigor las bases indican que “se evaluará mejor que el jefe de proyecto cuente con formación universitaria de pre y de postgrado en gestión y/o administración”.

Dado que no había una tabla desglosada antes de entregarse las ofertas y ni siquiera, según la UCBC, al publicar la adjudicación original, Manpower se vio en la obligación de interpretar que los CV del jefe de proyecto y el director académico permitían presentarse sin pregrado en administración o gestión si es que tenían posgrado.

En un tercer aspecto reclamado, Manpower denuncia ante el tribunal de compras públicas la polémica evaluación de las “carteras de clientes”.

Más allá del planteamiento específico, la firma cuestiona cómo es que Corfo evaluó la calidad de dichas carteras de clientes.

Pero es quizás la injusticia más flagrante que reclama Manpower la que alude a la polémica evaluación de la cartera de clientes ya referida más arriba. “Desconocemos cuáles son las carteras de clientes que informaron los otros interesados en el proceso de licitación y que se adjudicaron la contratación de cursos para la formación en inglés por el año 2014, sólo sabemos que en base a un criterio de evaluación totalmente desconocido y ciertamente no informado (…). No podemos dejar de señalar que de buena fe Manpower informó los clientes más importantes a los cuales prestaba enseñanza de inglés masiva y no cualquier cliente ajeno a los temas relacionados con el proceso de licitación en que algunas empresas optaron por enumerar a todos sus clientes, aun cuando fuesen clientes individuales o de aspectos ajenos a cursos de inglés”.

“Dicho en otras palabras, se evaluaban tres aspectos en este subfactor, en dos de ellos (años de experiencia en educación masiva y número de alumnos capacitados) el antecedente de Manpower era muy superior al de otros referentes y pese a ello obtuvo una nota más baja que muchos de ellos, por la aplicación del tercer aspecto, cuya ponderación y criterio de evaluación siguen siendo desconocidos y un misterio para esta parte”, reafirma Carlos Figueroa, abogado del centro de estudios.

Procesos anteriores también cuestionados

Aunque 2014 aparece como el proceso más cuestionado de las millonarias becas que financia Corfo para capacitación en inglés, no es el único proceso cuestionado.

En 2012 la licitación también tuvo detractores, aunque, a diferencia de 2014, no hicieron ver sus críticas de manera formal ni pública.

El principal cuestionamiento en ese momento fue la participación de eClass en el proceso. La firma de capacitación se adjudicó ese año 122 mil horas en Santiago, concentrando el 23,4% del total adjudicado en la capital, que sumaba 517 mil horas.

La adjudicación ocurre el 26 de junio de 2012 y Comunicorp envía un reclamo informal a Corfo porque, a su juicio, eClass estaba vulnerando las bases al tener como dueño de Nicolás Shea, quien, según lo que reclaman, trabajaba en el Ministerio de Economía.

Lo cierto es que Shea había dejado Economía a comienzos de julio de 2011, junto con la salida de Juan Andrés Fontaine como ministro y la asunción de Pablo Longueira a esa cartera.

Pero a Corfo le complicaba el tema, puesto que eClass ya había ganado becas en 2010 y 2011 cuando Shea sí estaba en aquella cartera y era el coordinador interministerial de innovación en Economía. De dicha secretaría de Estado depende Corfo y, en consecuencia, el alto cargo de Shea generaba ruido.

Carolina Mena revela que, tras la adjudicación, reclamaron a Corfo y fueron invitados un sábado a una reunión con Marcos Riveros, el fiscal de la entidad pública, en las oficinas de la misma.

En esa reunión, recuerda Mena, Riveros les informó que una parte importante de las horas adjudicadas en regiones no había sido ocupada, por lo que se correría la lista en Santiago y se entregarían más horas para los oferentes que no adjudicaron y que seguían en la lista de evaluación. Entre ellos Comunicorp.

El 10 de julio de 2012, Corfo publica una resolución de readjudicación, donde efectivamente aumenta las horas a entregar. Entre los considerandos para la readjudicación señala que “en regiones ha concluido el proceso de matrícula de los interesados, llegando a aproximadamente el 50% de las horas adjudicadas para dichas regiones, en total, razón por la que Corfo ha estimado conveniente redestinar parte de los recursos previstos para el financiamiento de la iniciativa en regiones hacia Santiago, pues en esta última ciudad existe una mayor demanda de postulantes”.

Corfo indica que la mayor demanda estimada para la capital es de 190 mil horas, por lo que son entregadas 50 mil horas a Comunicorp, 66 mil a Internacional Center y 75 mil a Manpower.

“Sentimos que nos estaban comprando el silencio”, dice Mena al recordar dicha situación.

Consultado por este medio, Marcos Riveros rechaza tajantemente las acusaciones y asegura que Corfo estaba autorizada para utilizar las horas que no fueron usadas en regiones, pues el objetivo es dar uso a los recursos asignados por el gobierno.

Dice que no es para nada anormal que trabaje los sábados porque, dada la alta demanda laboral que tuvieron en el gobierno de Piñera, era común que tuviera que trabajar esos días y, a veces, incluso los domingos.

Agrega que nunca vio ni la más mínima evidencia de algún tipo de estímulo a funcionarios de Corfo ni nada irregular y que si lo hubiese visto lo habría denunciado él mismo de inmediato.

Explica que se analizó en su momento si existían elementos legales que inhabilitaran a eClass por su vínculo con Shea, que no existían, ni en 2011 ni 2012.

Aún más, el propio Shea rechaza tajantemente las acusaciones y asegura que siempre estuvo contratado por Economía y que nunca recibió el pago de su sueldo por parte de Corfo, sino siempre por el Ministerio.

En Trasparencia aparece el pago de algunos meses a Shea a través de Innova Chile, un programa donde el presidente es el vicepresidente ejecutivo de Corfo, lo que a Shea le sorprende, pues asegura que no corresponde a la realidad.

Incluso, indica que estando él en el gobierno le fue peor a eClass con las becas de inglés que estando afuera de él. En efecto, en 2011 obtuvo 210 cupos de los 1.530 que se adjudicaron en Santiago, es decir, un 13,4% del total.

Shea dice que en 2012 eClass se adjudicó el 12%, sin embargo, en Santiago en la adjudicación inicial obtuvo casi un cuarto del total, participación que cayó al 17% luego que hiciera el reclamo Comunicorp y se agregaran las horas que habían sobrado de regiones.

En 2010, dice el dueño de eClass, había ganado el 5% de los cupos entregados por Corfo, porcentaje que en 2009, cuando él no estaba en el gobierno, subió a 10% de los cupos (que ese año subieron a 2.000) y 10% en 2008.

Vuelve el ruido

En 2014, la sombra de Shea volvió al proceso de Corfo. La Universidad Chileno-Británica de Cultura pidió a Corfo que revise la “idoneidad de don Nicolás Shea, quien participa en el proyecto Innova dependiente de Corfo, y que es fundador de la empresa participante eClass”.

Shea niega que participe en Innova y dice que el único vínculo que le queda con programas relacionados a Corfo es el Start-Up, que busca impulsar el emprendimiento en Chile, pero donde tiene asistencia a reuniones esporádicas, ad honórem y sin ningún vínculo personal con Corfo.

En 2014, eClass volvió a obtener apenas el 5% de las 10 mil becas que adjudicó Corfo. Carolina Mena de Comunicorp, ironizando con la menor adjudicación de eClass en el proceso de este año, resume lo que ocurre ahora con CCS: “La Cámara de Comercio de Santiago es en este gobierno, lo que era eClass en el de Piñera”.

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