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La dinastía colombiana en el centro del «mayor negocio del año» en el mundo

La dinastía colombiana en el centro del «mayor negocio del año» en el mundo

La familia Santo Domingo ha tenido gran poder político y económico en el país cafetero, y hoy juega un rol clave en la fusión entre SAB Miller y AB InBev, que pasaría a transformarse en un titán mundial de la cerveza, con el control de casi un 60%.


En medio de la que promete ser una de las fusiones corporativas más grandes de la historia, que crearía un conglomerado responsable de vender una de cada tres cervezas consumidas en todo el mundo, está una legendaria dinastía empresarial colombiana.

Alejandro Santo Domingo, de 38 años de edad, juega un papel clave en los intentos de la empresa cervecera AB Inbev por comprar a su competidora SAB Miller.

La primera empresa controla el 20,8% del mercado mundial de la cerveza. La segunda abarca el 9,7%, según datos proporcionados a BBC Mundo por la consultora Euromonitor.

El resultante sería un gigante empresarial de US$275.000 millones con supremacía en los mercados en África y América Latina y enorme posición en Europa, América del Norte y Asia.

Y representaría la fusión empresarial más grande de 2015, según indica la agencia Reuters.

Enroque empresarial

La importancia de los Santo Domingo tiene que ver con su control del 14% de las acciones en SABMiller.

Lo que a su vez es el resultado de una jugada empresarial del padre de Alejandro, el fallecido industrial colombiano Julio Mario Santo Domingo.

En 2005 el patriarca de la familia vendió Bavaria, una empresa que controlaba la casi totalidad del mercado colombiano de la cerveza, a SABMiller, un conglomerado de origen sudafricano.

Pero en vez de dinero, Santo Domingo recibió en acciones de la misma SAB Miller buena parte del pago de US$7.800 millones por Bavaria.

Con lo que la familia colombiana, hoy dirigida en sus negocios por Alejandro, se quedó con la propiedad del 14% de la firma sudafricana.

Pero ahora SAB Miller está siendo cortejada a su vez por otro conglomerado gigante, AB INBev, controlado por el fondo brasileño de inversión 3G Capital.

Los pretendientes tienen hasta el próximo 14 de octubre para concretar su oferta de compra, que podría llegar a los US$130.000 millones.

Y en este caso tienen que convencer a los Santo Domingo, uno de los dos mayores propietarios individuales de SAB Miller, de aceptar su oferta.

Por lo que los colombianos están en el meollo mismo del éxito posible de la negociación.

Jet Set

Esta familia de raíces colombianas es ahora parte del jet set internacional.

Alejandro, quien nació y creció en Estados Unidos, donde estudió historia del arte en la Universidad de Harvard, se acaba de comprometer en matrimonio con una aristócrata británica, hija del actual Duque de Wellington y por tanto descendiente directa del vencedor de la batalla de Waterloo.

Su sobrina Tatiana, por su lado, se casó con Andrea Cassiraghi, miembro de la familia real de Mónaco.

Alejandro Santo Domingo, la voz de la familia ante el público, tiene una fortuna personal estimada por la revista Forbes en US$4.400 millones, lo que lo ubica en el puesto número 369 entre las personas más ricas del mundo.

Una fortuna que podría aumentarse sustancialmente de concretarse la venta de sus acciones durante la proyectada fusión entre SABMiller y AB INBev.

Lazos colombianos

La familia Santo Domingo fue una de las más poderosas en Colombiadurante buena parte del siglo XX, por cuenta de su control de la cervecería Bavaria, por décadas la mayor industria de esa nación.

Un poderío que se vio reflejado también en el control de otras empresas emblemáticas del país como la aerolínea Avianca, y una fuerte influencia en el mundo político colombiano.

Pero con la venta de Bavaria al conglomerado sudafricano en 2005, la muerte del patriarca Julio Mario Santo Domingo en 2011 y el traspaso de la fortuna familiar a los hijos estadounidenses, la dinastía parece estar más distante de su país de origen.

En Colombia siguen siendo un inversionista importante, dueños de la mayor cadena televisiva del país, Caracol.
No obstante, como lo demuestra su papel en el potencial meganegocio de la fusión entre AB INBev y SAB Miller, sus ambiciones empresariales son ahora más globales.

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