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Argentinos invierten a tasa negativa de -20% ante amenaza de devaluación

Argentinos invierten a tasa negativa de -20% ante amenaza de devaluación

Los inversores en Argentina se están quedando sin lugares para ocultarse de la amenazadora devaluación del peso. Analistas dicen que es un ejemplo más de las distorsiones que está creando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su intento de defender el peso en medio de encuestas que muestran al candidato presidencial respaldado por el gobierno por detrás de su opositor favorable al mercado en vísperas de la segunda vuelta electoral. Los controles de capitales hicieron que proliferaran múltiples tipos de cambio en el mercado negro y dejaron a compañías e inversores varados con efectivo acumulado sin poder salir de una economía que sufre una inflación galopante.


Esta semana, sin ir más lejos, el gobierno dijo que recortaría el acceso al mercado de futuros, que pasó a ser una manera popular de cubrirse contra la caída de la moneda.

Al quedar pocas opciones, los inversores profesionales están haciendo ahora lo que antes era impensable: comprar bonos atados al dólar con rendimientos que se aproximan a un 20 por ciento negativo. En tiempos normales, los títulos prácticamente garantizarían grandes pérdidas. Pero en Argentina, en este momento, resulta absolutamente lógico. Esto se debe a que más allá de quién gane la segunda vuelta de la elección el 22 de noviembre, el próximo presidente deberá devaluar el peso, que es más fuerte que nunca en comparación con sus socios comerciales en más de un decenio.

“Destruyeron el mercado local de futuros”, dijo Rafael Di Giorno, director en Proficio Investment SA. “De modo que si una empresa tiene que cubrirse, puede hacerlo con bonos atados al dólar”.

La deuda se compra en pesos y se paga al tipo oficial en dólares estadounidenses al vencimiento, de modo que si hay una devaluación –a la cual los operadores apuestan- los inversores están a salvo.

Es un ejemplo más de las distorsiones que está creando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su intento de defender el peso en medio de encuestas que muestran al candidato presidencial respaldado por el gobierno por detrás de su opositor favorable al mercado en vísperas de la segunda vuelta electoral. Los controles de capitales hicieron que proliferaran múltiples tipos de cambio en el mercado negro y dejaron a compañías e inversores varados con efectivo acumulado sin poder salir de una economía que sufre una inflación galopante.

También han dado a Argentina la inusual distinción de tener los bonos con renta negativa que más se hunden en todo el mundo.

En tanto el tipo de cambio oficial es manejado a través de una paridad móvil en 9,59 pesos por dólar, los contratos de futuros no entregables en Nueva York demuestran que los inversores están apostando a una devaluación hasta 15,34 para febrero y 17,90 en un año. Los futuros internos, en los que interviene el banco central para reducir las expectativas de devaluación, se negocian a 10,25 para los contratos a febrero.

El candidato de la oposición, Mauricio Macri, ha prometido que si gana la elección eliminará los controles y dejará que el peso flote en tanto Daniel Scioli, del partido gobernante, promete realizar reformas económicas graduales preservando inicialmente los controles cambiarios.

Si bien actualmente tienen un precio similar al de los bonos en dólares, los bonos atados al dólar “continúan siendo el principal vehículo para expresar una visión de devaluación para los inversores institucionales locales que enfrentan restricciones no escritas sobre sus posiciones en dólares estadounidenses”, dijo Eduardo Levy Yeyati, responsable de investigación económica en la firma consultora Elypsis.

El organismo regulador de valores de Argentina publicó una resolución en la gaceta oficial el 2 de noviembre elevando la garantía colateral necesaria para invertir en operaciones con futuros desde 12 por ciento hasta 20 por ciento. Esta medida siguió a otras que ordenaban a los fondos de inversión y las compañías aseguradoras vender tenencias en moneda extranjera en un momento en que el banco central está utilizando reservas para defender el tipo de cambio oficial antes de que el gobierno saliente se vaya el 10 de diciembre.

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