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Arenas y Vergara hacen su debut en sociedad como equipo económico ante una exigente audiencia en la Sofofa


Era uno de los eventos con mayores expectativas en lo que va del año y, sin lugar a dudas, desde que asumió el nuevo gobierno de Michelle Bachelet.

Se trataba del debut en sociedad como equipo económico de Alberto Arenas, ministro de Hacienda, y Rodrigo Vergara, Presidente del Banco Central.

El lugar elegido fue la Sociedad de Fomento Fabril, cuartel general del empresariado chileno. El marco: la inminente llegada de la Reforma Tributaria al Congreso y una economía que paró de crecer en los últimos tres meses del año pasado.

La audiencia: exigente y quizás un poco escéptica.

El consenso es que tanto Arenas como Vergara enfrentan un año lleno de desafíos en medio de un escenario económico muy complejo.

El primero en hablar fue Arenas. Su misión es "vender" la Reforma Tributaria a un empresariado que, si no hostil, es al menos profundamente escéptico de la propuesta.

El ministro de Hacienda entra solo al auditorio de la Sofofa. Le cede el paso a otra persona que iba bajando junto a él, cuando éste se da cuenta de que se trata del ministro de Hacienda, se disculpa y lo deja pasar. La amabilidad de ese gesto fue la misma que mostró en su primera exposición ante los empresarios, pero eso no quitó que el mensaje fuera claro.

"Él sabe todo lo que queremos saber", dijo Federico Valdés, rector de la Universidad del Desarrollo, cuando presentó a Arenas ante una expectante audiencia que ansiaba detalles de la Reforma Tributaria. En tanto que el presidente de la Sofofa, Hermann Von Muhlenbrock, en su introducción puso a disposición del Ministerio a los equipos técnicos de la entidad gremial para prestarle su apoyo. Pero el ministro no iba a ese encuentro a adelantar detalles de la Reforma Tributaria, iba a dar a conocer los ejes de acción de su cartera.

Con menos cifras y más contenido en el power point que lo que habitualmente se ve en las presentaciones de los titulares de Teatinos 120, Arenas explicó que el programa del gobierno de Bachelet tiene como eje enfrentar la desigualdad y eso se encara a través de un desarrollo sustentable inclusivo, para lo cual se requiere crecimiento económico. Aseguró a empresarios que la Reforma Tributaria da gobernabilidad al crecimiento.

Señaló que es deber del Estado reducir la desigualdad y eso se hará a través de una reforma a la Educación, que es la más importante que se ha realizado desde que se llevan las cifras públicas. Para ello se requiere de una Reforma Tributaria que en régimen recaude US$ 8.100 millones.

"Chile tiene espacio para una mayor recaudación… La carga tributaria del país es de 18,4% en 2010, contra el 21,6% promedio de la OECD (excluidas las cifras previsionales). No es antojadizo que queramos recaudar 3 puntos", afirmó. Y explicó al empresariado que la "Reforma Tributaria es una poderosa herramienta para darle gobernabilidad al crecimiento"

Sin entrar en los ejes de la reforma, fue transparente cuando dijo que el 31 de marzo se enviaba el proyecto de ley y que la discusión se iba a dar en el marco legislativo. Si se relaciona lo ofrecido por la Sofofa –el poner el equipo de técnicos a disposición de Hacienda – y lo dicho por Arenas parece evidente que el espacio para hacer ver las opiniones será el Congreso.

"Hay que establecer reglas claras y a 20 días de estar en el Gobierno les vamos a entregar un proyecto y cuál será el marco de la reforma tributaria. Eso se hará en el Congreso Nacional", afirmó.

Y agregó que "vamos a trabajar para que haya un debate eficiente y con celeridad, porque este momento económico lo necesita. Los debates se darán en el Parlamento, pero el momento económico amerita una celeridad".

Dijo que la economía "ira de menos a más" y puso énfasis en la productividad, el crecimiento y la innovación. Anunció que la próxima semana se reunirá el Comité de Ministros que ve este tema para dar a conocer una agenda focalizada en estos temas.

“Tenemos que poner en el centro el tema de productividad, competitividad e innovación y estoy seguro que vamos a hallar caminos de unidad y quebraremos la tendencia”, señaló. Al tiempo que entendía que el precio de la energía era un tema de preocupación de los empresarios y del gobierno también.

Junto con señalar que el índice global de competitividad muestra un retroceso en los últimos 8 años, indicó que en infraestructura también lo ha habido más allá del impacto que causó el terremoto.

"No puede ser que cada $ 10 que gasta el sector público, $ 1 se pierda", refiriéndose al problema de subejecución del presupuesto y haciendo énfasis en la eficiencia del Estado.

"La institucionalidad del Estado debe funcionar y eso no tiene que ver sólo con modernización”, agregó. “Mi principal tarea, además de estar 7×24 en la reforma tributaria, será la agenda de productividad y energía", se comprometió.

El turno de Rodrigo Vergara

Después fue el turno del Presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara.

Su misión era dar seguridad a la audiencia de que la economía va de menos a más y que el banco tiene las herramientas para enfrenar el desafío.

Vergara confirmó que la actividad y demanda interna se han moderado más allá de lo esperado, "lo que hace prever que en el próximo IPoM habrá una revisión a la baja en las proyecciones de crecimiento para el 2014".

"La economía chilena se ha desacelerado y las proyecciones de mercado para el año se han ajustado a la baja", explicó.

Aseguró que la inflación no es una amenaza y dijo que los efectos de segunda vuelta de estos shocks
sobre otros precios, salarios y expectativas han sido acotados y se espera que se mantengan así, dada la moderación de la actividad interna.

Fue convincente en asegurar que, aunque la economía chilena no es inmune, cuenta con un marco institucional que le da las herramientas necesarias para enfrentar lo que se viene con confianza.

Dice que esto se ve reflejado en que el aumento del premio por riesgo soberano chileno ha sido menor al resto de las emergentes. Lo que uno de los presentes explicó como la evidencia más creíble de que los inversionistas internacionales no están preocupados por las reformas que ha prometido el nuevo gobierno de Michelle Bachelet.

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