Publicidad

La intrincada guerra por un casino en Chillán (ACTUALIZADA)

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
Ver Más


“Me gustaría conocer cuál va a ser esta política para regalar esta sonrisa a la comunidad de Chillán”, preguntó con tono amable Alicia Reyes. La consulta de la integrante del Consejo Regional del Biobío iba dirigida a los representantes de Marina del Sol, su presidente Nicolás Imschenetzky y el gerente general Juan Ignacio Ugarte.

El empresario de origen ruso, socio principal de la concesionaria del casino que opera en Talcahuano y cuya sociedad está ad portas de ganarse el permiso para operar un nuevo establecimiento de juego, esta vez en la ciudad natal del insigne pianista Claudio Arrau, es también un connotado desarrollador inmobiliario en Concepción.

El martes pasado, el Consejo Regional (Core) de Ñuble votó en forma casi unánime por otorgarle 300 puntos a Marina del Sol para que se adjudique el casino de Chillán y este jueves la situación pudiera replicarse en el Concejo Municipal de esa ciudad, cuando la institución decida si otorga a uno o a los tres postulantes los 150 puntos que le corresponde asignar, dejando para fines de agosto la decisión última del Comité Resolutivo que decide qué proyecto ganará. En esa decisión, previamente debe otorgar su votación el Superintendente de Casinos y Juegos (SCJ), Renato Hamel.

En la lista de postulantes también están Boldt–Peralada y Dreams. El primero ya se adjudicó el casino de Ovalle, en cuyo proceso tuvo una agria disputa precisamente con Dreams, que acusó diversas irregularidades, las que no tuvieron resultado feliz para la firma ligada a la familia Fischer (socios de la salmonera Aquachile).

Esta vez, Dreams aspiraba a obtener su séptima licencia de casinos en el país y por eso reclamó duramente el martes luego de conocer la votación del Core. La sensación y el rumor en torno a la decisión y la que viene hoy del Concejo Municipal, es que la empresa penquista tiene una llegada imposible de ser disputada por los otros competidores.

(Nota de la Redacción: esta mañana Dreams retiró su postulación y acusó irregularidades en el proceso)

Nadie lo dice en público, diversas personas especulan con lobby y hasta tráfico de influencias, pero nadie lo puede demostrar con hechos.

Mientras tanto, el nuevo casino, que reemplazará al malogrado de la familia Giner en las Termas, ya comienza a descorchar champaña.

Algunos consejeros adelantaron su opinión en público, frente a los medios locales; otros, hicieron adelanto de ello en el Consejo Regional, donde expresaron que no sólo importaba la inversión sino sus efectos locales. Esto, porque Dreams ofrecía casi US$ 30 millones más que sus competidores y casi un tercio más de empleos directos.

La historia incluye la sorprendente fórmula de Dreams para precalificar, que al parecer nadie conocía y que, por el secretismo del proceso –que levantó la critica de gremios y asociaciones locales–, hizo que nadie se enterara hasta que se lo preguntaron a la empresa hace una semana. 

Core asimétrico

El martes 25 de la semana pasada, el Core recibió la presentación de los tres proyectos en sesión pública. Abrió los fuegos Dreams, luego pasó Bodlt y cerró Marina del Sol.

La pregunta de Alicia Reyes ante la tercera presentación de esa jornada no fue de lo más virulenta con Imschenetzky ni Ugarte. Al contrario, los representantes respondieron con gusto, destacando un parque de dos hectáreas que estará ubicado en el entorno del casino y que viene a cubrir una necesidad al parecer anhelada en la comuna.

Pero la propia consejera, minutos antes, había sido –al igual que otros consejeros– particularmente inquisidora con Dreams. “Llama la atención la poca relación con la historia de Chillán”, les dijo Reyes a Claudio Tessada, gerente de administración y finanzas de Dreams, y a Jaime Wilhelm, gerente general de la empresa.

La respuesta incluyó un detalle de las obras y exposiciones que el proyecto de Dreams pretendía que se dieran a conocer en las instalaciones de su establecimiento si ganaba, las que incluían dos salas de cine, llamadas Ramón Vinay y Claudio Arrau, un foyer con esculturas de Marta Colvin y el café literario Marta Brunet, todos haciendo referencia a artistas connotados que vio nacer Chillán.

Aunque la anécdota no bastó para modificar ni el voto de Reyes ni el de varios otros consejeros que ese día hicieron duras críticas al proyecto de  Dreams, sí dejó en claro que las tendencias en el Core y el Concejo Municipal estaban definidas desde antes.

En esa misma jornada, otros consejeros cuestionaron la ubicación del proyecto, el único que propone instalarse dentro de la ciudad, por lo peligroso del sector, pues está al lado de una población estigmatizada por su poca estirpe. Lo mismo, por estar al lado de una universidad, aunque en varias ciudades del país hay casinos a pocos metros de un establecimiento de educación superior.

Sin preguntas

Los consejeros no mostraron tanto interés cuando el presidente de Marina dijo que había hecho consultas con el municipio de Chillán antes de elaborar su proyecto, preguntándole en qué zona prefería que se ubicara el casino. Desde Marina del Sol, aseguran que esa gestión se hizo como parte de un "focus group" realizado en la ciudad y donde efectivamente también consultaron con el municipio. “No hay nada que esconder de nuestro proceder y la mejor demostración es que lo transparentamos públicamente”, responden.

Tampoco le cuestionaron sus cifras de sueldos, respecto de lo cual indicaron que ningún trabajador gana menos de $ 380 mil líquido, así como que con sus trabajadores nunca habían tenido “un conflicto y eso no lo pueden decir muchas empresas en Chile, particularmente uno que estuvo presente aquí”, en alusión a Dreams, que ha tenido huelgas prolongadas en otras operaciones en el país.

Pero la realidad es que en los registros de los tribunales existe una decena de disputas en Juzgados del Trabajo entre Marina del Sol y distintos funcionarios o ex funcionarios. Al mismo tiempo, en un artículo publicado por el periódico El Ciudadano en 2009, ex funcionarios de Marina del Sol hacían diversos reclamos contra la gestión laboral de la empresa.

Según explica Marina del Sol, lo que se dijo en el Consejo es que las negociaciones colectivas habían terminado en completo acuerdo y que sus relaciones con sindicatos eran muy buenas, lo que se graficó en el pago de sueldos a sus trabajadores por cinco meses pese a la paralización del casino por el terremoto en febrero de 2010. También dice la compañía que sus representantes jamás dijeron que no hubiera juicios laborales, que por lo demás –advierten– “en su inmensa mayoría” han favorecido a Marina del Sol.

Boldt y Boudou

Pese a que varios consejeros cuestionaron la idoneidad de la sociedad con que participa Dreams, ninguno planteó dudas sobre Boldt. La empresa, de capitales argentinos y controlada por la familia Tabanelli, viene enfrentando duras acusaciones del vicepresidente de ese país Amado Boudou por sus vínculos con el ex presidente Eduardo Duhalde. Boudou la acusa de ser financista de ese sector político y de tener beneficios para instalar casinos y otro tipo de servicios, como impresión de dinero gracias a sus contactos políticos.

Cercanos a Boldt responden sin dudarlo: “Boldt no tiene un solo proceso judicial abierto en Argentina”. Aun más, replican que los dineros aportados en Chile están revisados por la Superintendencia de Casinos y Juegos, y que tienen como socio a Peralada, uno de los principales operadores de casinos en Europa, entre ellos, el de Barcelona.

Guerra por el "sueño"

El día que el Core escuchó la propuesta de Dreams, Boldt y Marina, varios consejeros criticaron a la empresa por haberlos invitado a actividades públicas en la ciudad mientras aún estaba en proceso la licitación. Dreams, en efecto, había desplegado una campaña portentosa en los medios locales, con numerosas actividades y entrevistas, firmando convenios con el equipo local de fútbol Ñublense o con la Unión de Artesanas de Quimchamalí, comprometiéndose a dar beneficios sin haberse asegurado el proyecto.

No se había quedado atrás Marina del Sol. “Chillán sueña en grande”, rezaba una publicidad pagada de Dreams a página completa en el diario local La Discusión, el 13 de abril pasado. “Deja de soñar”, respondía la publicación con igual espacio de Marina del Sol una semana más tarde en el mismo medio.

La disputa mediática de ambas empresas llegó a tal nivel, que el 24 de abril la SCJ dictó una circular en la cual ordenaba que dejaran de hacer este tipo de apariciones, así como entrevistas y que no continuaran realizando eventos para promocionar su proyecto, como el que hizo Dreams en el mall local El Roble, donde abrió un stand para ello.

La medida, por cierto, tuvo poco efecto. Esto, no sólo porque ambas empresas siguieron con publicaciones, en particular Dreams, sino porque la circular de la SCJ no considera sanciones, por lo que es un león sin dientes, como explica un abogado cercano a una de las empresas que compite.

El alcalde

En paralelo, Boldt guardó silencio, no gasto en publicidad y jugó un partido silencioso. Aunque hizo una movida magistral. El 25 de abril, lo recibió –en sesión privada– el Concejo Municipal de Chillán, donde dio a conocer su proyecto. Cuando se supo, el alcalde de la ciudad de las longanizas, Sergio Zarzar, explicó incómodo que “sólo fue un apronte, puesto que ellos (Boldt), han sido los más silenciosos…en ningún caso es favoritismo”, puntualizó el 25 de mayo pasado.

Lo que no dijo en ese momento Zarzar es que, el 7 de abril, el Concejo Municipal había ya informado de los tres participantes y que en conversaciones con los “empresarios” acordaron que presentaran sus proyectos. En efecto, Boldt lo hizo en privado el 25 de ese mes, en tanto que Marina junto a Dreams –y Boldt por segunda vez– sólo pudieron hacerlo el martes 24 de junio pasado.

¿Quién es el dueño de Dreams?

En el intertanto, el municipio que dirige Zarzar había recibido, el 12 de junio pasado, un documento-denuncia desde una de las participantes –Boldt o Marina–, en que informada que Boldt había acudido con un recurso de invalidación contra Dreams a la SCJ, reclamando por la estructura societaria con que la firma ligada a Fischer se presentaba a la competencia.

Esto, porque los dueños del proyecto no eran los accionistas de Dreams sino sus dos principales ejecutivos, Whilhelm y Tessada. Así las cosas, la publicidad y la presentación ante la comunidad de Dreams como responsable de proyecto parecía una mentira, lo que implicaba una falta grave a las bases de la licitación que, entre otras cosas, exigen un capital mínimo que los ejecutivos no estaban en condiciones de mostrar y porque la inversión de su proyecto (US$ 82 millones, la cifra por lejos más alta del concurso) tampoco podía justificarla.

Junto con ello, es clave para la autoridad saber quiénes son los dueños, pues antes de autorizarlos a participar en un proceso debe investigarlos hasta el último inversionista natural, dado que por el tipo de industria debe precaver que no haya delitos, tales como el lavado de dinero.

Cinco días después que llega al municipio de Chillán la denuncia del recurso de Boldt, la SCJ toma otra decisión: el 17 de junio decide postergar por 30 días el plazo para resolver sobre la precalificación de los proyectos. Sin embargo, lo informa sólo el 27 de junio, dos días después que el Core y tres días después que el Concejo Municipal vieran las presentaciones.

Aparece la SCJ

Se interpreta en el hervidero chillanejo que la SCJ demoró el proceso tras la denuncia de Boldt, pero lo cierto es que la autoridad ya autorizó a Dreams a participar y sólo se dio más plazo para analizar los “proyectos”, a los cuales debe calificar en una escala de 0 a 1300 puntos. Eso debe efectuarlo a fines de julio y, luego, con la votación del Core (300 puntos) y del municipio (150 puntos), llevar la propuesta al Comité Resolutivo final, que tomará una decisión a fines de agosto próximo.

De hecho, el diario Crónica de Chillán lo interpreta como una señal de la SCJ respecto a que revisará nuevamente la idoneidad de Dreams.

Así las cosas, el 25 de junio, en el Core, distintos consejeros preguntaron con insistencia por la composición societaria del proyecto de Dreams, pese a que ese aspecto –según la ley– le corresponde definirlo a la Superintendencia y, de acuerdo a fuentes cercanas al proceso, la SCJ ya lo aprobó.

En todo caso, la autoridad se verá forzada a explicar la aprobación de la fórmula usada por Dreams para competir, todo lo cual hasta ahora era secreto, pues así lo establece el proceso. Pese a esto, los ejecutivos de Dreams explicaron el Core que la composición societaria fue la misma usada cuando concursaron en Ovalle.

Sin embargo, un abogado que conoció del proceso en la ciudad nortina, asegura que la sociedad con que participó Dreams en Ovalle incluyó como socios a Fischer. Aunque la historia es de nunca acabar, otras fuentes replican que en el anuncio de la presentación ante Ovalle efectivamente los socios que aparecen son los dueños de Dreams, aunque en la precalificación usaron la fórmula de tener como socios a los ejecutivos y que, luego de adjudicarse (lo que no ocurrió), el casino Dreams tomaría la propiedad de vuelta. Esto, gracias a un contrato de compraventa de acciones, donde Dreams financia gran parte de la inversión del proyecto; no obstante, si se adjudica la deuda de los ejecutivos con la empresa, se canjea por acciones y Dreams toma la propiedad. Esta fórmula, aseguran, la validó la autoridad y se explica porque en su propiedad la compañía tiene fondos de inversión con miles de accionistas pequeños (como fondos mutuos, con innumerables aportantes) en todo el mundo, lo que resulta difícil de cotejar en dos meses.

La votación

Finalmente, hoy votara el Concejo municipal. Pero el martes lo hizo el Core y Marina del Sol arrasó. Siendo una instancia pública, fue posible ver los argumentos de los pocos consejeros que los dieron.

Según la ley de casinos, el Core sólo puede pronunciarse favorable (300 puntos) o desfavorable (0 puntos) para cada proyecto, esto en función del “mérito de la comuna de emplazamiento propuesta” por el proyecto. Dado que los tres proyectos estarán en Chillán (Dreams en la ciudad misma, y Boldt y Marina a 10 o menos kilómetros de la misma), el Consejo no tiene espacio para pensar y debiera darles los 300 puntos.

Pero hay un segundo elemento: “El impacto de dicho emplazamiento en la estrategia de desarrollo regional”.

Dicha frase, tan subjetiva como parece, permitió a los consejeros elucubrar distintos motivos para apoyar a Marina y dejar sin puntos a Boldt y Dreams.

Un consejero señaló que el parque urbano que construirá Marina y la piscina que también incluye, ayudarán al desarrollo regional. Otro explicó que, al estar fuera de la ciudad, se evita la congestión que generaría Dreams en el interior de ella y que el casino de Marina será la puerta de entrada a la zona. Junto con ello, un consejero agregó que estando a 10 kilómetros de Chillán, el casino generará una mayor cercanía con la comuna de San Carlos, que está a 27 kilómetros.

Otro consejero explicó que, si alguien quiere ir al casino, debe salir de la ciudad, y apuntó a que no sea tan fácil llegar caminando. Un motivo adicional de un consejero fue que con el de Marina (distante a 3 kilómetros del de Boldt, que también está en la carretera pero no recibió el voto) se evita la congestión que generarían otros proyectos, como el de Dreams.

Más allá de la validez de la argumentación, dice una fuente cercana al proceso, el error de la misma es que se refiere a elementos relativos a la comuna y no al emplazamiento en su efecto en el desarrollo regional, que le corresponde al Concejo Municipal abordar este jueves.

De hecho, en gran parte de los otros procesos que se han venido desarrollando desde 2005, cuando dos proyectos están en la misma comuna lo normal es que el Core vote favorablemente a todos, dejando al Concejo Municipal hacer diferencias entre uno y otro o, en su defecto, que lo haga la SCJ o el Comité Resolutivo.

Publicidad

Tendencias