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La respuesta que un afiliado de AFP Habitat le dio a la polémica carta de Cristián Rodríguez


Desde la industria la describieron como la carta más política del gerente general de AFP Habitat a sus cotizantes.

El jueves pasado, en el contexto de la cartola cuatrimestral del período mayo a agosto, la administradora no sólo informó a sus cotizantes de las rentabilidades de sus fondos (entre 21,73% y 9,06%), sino también de su visión –a través de una misiva firmada por Cristián Rodríguez– sobre la discusión sobre las pensiones, la cual tuvo una sorpresiva respuesta de una afiliada.

En ella el ejecutivo hace duras críticas a la propuesta del gobierno para reformar el sistema.
 
“Queremos ser muy claros: propuestas como una AFP del gobierno (AFP estatal) o postergar la cotización obligatoria de los independientes no aportan a ese propósito y sistemas diferentes al de capitalización individual no son sostenibles en el largo plazo por razones demográficas como es el envejecimiento de la población”, dice Rodríguez en la carta.

Señala estar preocupado "por el tono y orientación que está tomando la discusión sobre temas previsionales y el desconocimiento existente sobre los mismos, lo que lamentablemente permite el uso de verdades a medias o directamente falsedades”.

Rodríguez en la carta apunta a que el objetivo de la discusión previsional debe ser la forma de aumentar las pensiones de modo permanente.

Afirmó que como país se puede tomar la decisión de otorgar mayores pensiones básicas a quienes no pudieron ahorrar lo suficiente durante su vida laboral, pero que el financiamiento de esta política debe provenir del presupuesto general de la nación y no de los ahorros de los chilenos que cotizan en las AFP.

“Estamos de acuerdo con que el sistema es perfectible y como AFP Habitat hemos propuesto iniciativas y medidas concretas para mejorarlo desde ya”. En esa línea, afirmó que se requieren cambios regulatorios “que permitan entre otros, tal cual lo ha venido haciendo la mayoría de los países de la OECD, aumentar la cotización mensual como también el período de contribución”. 

“Quisiera compartir con usted algunas cifras que creemos clarifican la importancia del ahorro para construir una buena pensión. Quienes se pensionaron por vejez en Habitat durante el 2013, habiendo cotizado por 30 años o más, obtuvieron una pensión mensual promedio de $486.000, monto que representa mejor la pensión que reciben los afiliados que cotizaron durante su vida laboral. Cuando separamos a este grupo por sexo, nos encontramos con otra realidad, diagnosticada ya por la Comisión Marcel en el año 2006: la edad de jubilación de las mujeres es muy temprana. Las cifras así lo ratifican, ya que en el caso de los hombres la pensión promedio fue de $673.000, que representa un 79% del sueldo líquido que tenían, mientras que en el caso de las mujeres dicho valor fue de $318.000, logrando una pensión de sólo un 42% de su sueldo líquido”.

La sorpresiva respuesta de una afiliada

La carta del gerente general de la AFP contó con una inesperada respuesta de una afiliada, la geógrafa Claudia Rodríguez.

Respecto del hecho de que “sistemas diferentes al de capitalización individual no son sostenibles en el largo plazo por razones demográficas, como es el envejecimiento de la población”, la mujer sostuvo que, si bien la población está en proceso de envejecimiento y que, por ende, la dependencia demográfica aumentaría, “no es menos cierto que el envejecimiento de la población presenta dos fases: una positiva, el llamado ‘bono demográfico’, donde la dependencia demográfica disminuye (la cantidad de niños decrece más rápidamente que el aumento en la cantidad de adultos mayores y, por ende, incrementa la proporción de personas en edad de trabajar respecto de las personas que no lo están) y una negativa, a la cual –me imagino– usted alude (la cantidad de adultos mayores comienza a incrementarse más rápidamente, mientras el ingreso de nuevos contingentes de jóvenes a la fuerza laboral es más lento, debido al efecto de la disminución previa de las tasas de natalidad). De acuerdo con lo anterior, sin duda como país nos hemos ‘farreado’ el bono demográfico para tener pensiones más dignas y ahora lloramos frente a un inminente cambio de esta favorable situación y afirmamos que no hay nada que hacer”.
 
Dicho esto, la profesional destacó que la “dependencia demográfica” es un indicador muy aproximado de una situación que se puede medir con mayor exactitud con otros indicadores, como lo es la “dependencia efectiva”, la cual se refiere a la fuerza laboral con la que cuenta un país, situación que –según sostiene– ha ido cambiando, con el aumento en la fuerza laboral femenina. “Por otra parte y ya que a usted le gusta comparar a nuestro país con los de la OECD, allí no sólo hay una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral (aprox. el 60% de las mujeres en edad de trabajar vs. el  50% en Chile), sino también de los jóvenes. En efecto, en muchos de dichos países (Finlandia, Alemania, etc.) se les da facilidades a los jóvenes para que estudien y trabajen, porque no se fomenta a ‘hijitos de papá’. El Estado paga la educación superior (debiendo tributar más los que ganan más, sin financiar sólo la educación de sus propios hijos, sino también –indirectamente– la de muchos otros) y los jóvenes –sin hacer diferencia de origen– trabajan para mantenerse, generando de paso sociedades más igualitarias. De esta manera, lo que quiero decir es que, si bien es cierto que a futuro nos veamos enfrentados a una disminución de personas en edad de trabajar, las que lo estén debieran incorporarse más plenamente a la fuerza laboral, en la medida que existan políticas e incentivos orientados para ello y que de esta manera permitan una mayor integración de mujeres, jóvenes y personas con alguna discapacidad al mercado laboral, como asimismo una mejor acogida de los inmigrantes trabajadores. Por supuesto, ello requiere de un mercado laboral más inclusivo y menos discriminatorio”.

Habiendo expuesto lo anterior, Claudia Rodríguez respondió a la propuesta de postergar la jubilación de las mujeres, ya que éstas lo hacen a una edad “muy temprana” (60 años), lo que explicaría que la pensión promedio de la mujer sea inferior a la del hombre, “olvidando que las mujeres ingresan más tardíamente al mercado laboral por los hijos, o bien, presentan lagunas por el mismo motivo o, simplemente, porque el mercado laboral las expulsa primero a ellas en caso de cualquier crisis, sin considerar además que por hacer lo mismo que los hombres, suelen ganar mucho menos. Por lo tanto, si usted quiere aumentar el período de cotización de las mujeres, lo primero que se debe hacer es auspiciar un mercado más amable para ellas. ¿Si el mercado no las quiere contratar jóvenes, las querrá contratar viejas? Sin duda, aquí hay algo que resolver primero”.
 
La respuesta al gerente general de AFP Habitat finalizó apuntando a que la discusión previsional pasa, necesariamente, por la realidad laboral del país. “Si en términos generales se quieren aumentar las cotizaciones, también se debe generar un mercado laboral más estable que permita mantener un cierto nivel de vida por un tiempo prolongado. No es posible aumentar las cotizaciones a favor de nuestra vejez, si no podemos asegurar hoy un nivel de vida mínimo para nuestras familias, que permita cubrir las necesidades de nuestros hijos, como trabajadores del mañana”.

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