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Financial Times señala que el escándalo del Nueragate nubla las reformas de Bachelet


El Financial Times le dedica su portada de la página de internet hoy al gobierno de la Nueva Mayoría con el título: “El escándalo del préstamo nubla las reformas de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet”.

Un titular que no es habitual cuando FT trata a Chile. En general este tipo de temas son destinados a Brasil o Argentina. Nuestro país acapara otro tipo de encabezados. Por ejemplo: en lo que va del año, una nota al observatorio Alma y otra a la capacidad empresarial en Chile y Colombia.

El diario indica que la mandataria –que hoy reanuda sus actividades oficiales luego de un período de vacaciones–, que regresó al poder en 2013 con el objeto de combatir la desigualdad y poner fin a los privilegios de los que goza la élite tradicional chilena, ha sufrido un serio problema de credibilidad debido a que su hijo mayor, Sebastián Dávalos, fue acusado de ejercer su influencia para asegurarse un préstamo bancario de US$ 10,5 millones. La crítica llegó a tal nivel que Dávalos debió renunciar a su puesto en la fundación de caridad que encabezaba, explica el FT.

“Con este escándalo, los moderados probablemente adquirirán más fuerza, al tiempo que Bachelet no será capaz de legitimar la conducción más hacia la izquierda”, analiza Patricio Navia. El cientista político chileno que trabaja en la Universidad de Nueva York agrega que la familia de Bachelet “está usando el mismo tipo de acceso a privilegios a los que ella hace campaña en contra”.

El periódico inglés indica que este escándalo se da justo en los momentos en que la derecha sufre otro de proporciones por el financiamiento de las campañas políticas, aludiendo así al Caso Penta.

Pero Navia sostiene que : “La real oposición a Bachelet no es la alianza de derecha, sino que los demócrata cristianos en el Senado”.

El ex banquero central, José de Gregorio, y el ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aparecen también mencionados en el artículo, pero ellos dan su visión económica de Chile, que por supuesto son distantes. Mientras que el primero trata de poner paños fríos y asegura que no hay reformas sin incertidumbres, el segundo afirma que “Chile podría hacerlo mucho mejor”.

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