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June García, escritora feminista: “Lulú me ha hecho activista por los derechos de la infancia” BRAGA Créditos: Diana Carmona

June García, escritora feminista: “Lulú me ha hecho activista por los derechos de la infancia”

Antonia Sepúlveda
Por : Antonia Sepúlveda Periodista en El Mostrador Braga.
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“El mundo de Lulú” ya cuenta con siete libros publicados, en donde vamos acompañando a Lulú y a sus amigos y amigas en diversas aventuras que nos permiten reflexionar sobre problemáticas actuales tales como el feminismo, el consentimiento, la migración, el autodescubrimiento, etc. Durante julio se publicó el segundo volumen de las “Lecciones maravimágicas de Lulú”, en donde se busca educar a las infancias sobre derechos sociales, diversidades, medioambiente y más. “Considero que Lulú me ha hecho mucho más consciente de la niñez, y me parece hermoso ver cómo quienes comenzaron con nosotras como niños y niñas, hoy son adolescentes que escapan del público objetivo de Lulú, pero que tiernamente les sigue interesando. Uno de los momentos más memorables que me ha traído Lulú, pasó a propósito del primer libro, ‘Lulú quiere ser presidenta’, que muchas niñas me contaron que se postularon para ser presidentas de curso luego de leer el libro, y eso es algo que me parece muy bello”, comentó la coautora de la saga en conversación con El Mostrador Braga.


Josefa Araos, más conocida como @cotineja en redes sociales y June García, @junegarcia_, son las escritoras tras la exitosa saga infantil El mundo de Lulú. Ambas son activistas de diversas causas sociales, pero destacan principalmente por educar sobre feminismos. En 2017 publicaron su primer libro, Tan linda y tan solita, que se transformó en un éxito de ventas, y desde entonces no han dejado de cautivar a cientos de lectores en Chile y el mundo con las diversas aventuras y enseñanzas de Lulú. 

Josefa en particular, es Licenciada en Ciencias Jurídicas y egresada de Derecho de la Universidad de Chile, y se dedica a compartir contenido en redes sociales sobre diversas temáticas de contingencia nacional. Por otro lado, June es Licenciada en Comunicación Social y egresada de Periodismo de la Universidad de Chile, y se ha dedicado a diversas iniciativas de género, sexualidad y feminismo; además, desde 2015 realiza talleres de feminismo, NeoAmor, violencia en el pololeo y educación no sexista.  

“La saga de Lulú ha sido un espacio no adultocéntrico que fuimos descubriendo sobre la marcha, y en el fondo, fue como una intuición que teníamos que nos hizo relevar el lugar de los niños por su propio valor y no desde la mirada adulta. En ese sentido, nos parecía primordial poder tocar estas temáticas, tanto las que están en el libro como las que han estado en los otros, porque al final los niños y las niñas son parte de todos estos problemas que tenemos en la sociedad. Por lo mismo, ven estos movimientos sociales que existen y no son ajenos a esa realidad. Considero que existe una mirada muy paternalista de que las infancias viven en su mundo de Peter Pan y no se dan cuenta de lo que pasa, pero no es así, los niños y niñas se dan cuenta de todo, y eso es muy impresionante. Debido a ello, nos parece fundamental que ellos puedan entender lo que sucede, obviamente con un lenguaje que esté adecuado a sus edades y que también puedan reflexionar, y eso es lo que principalmente nos interesa, de qué manera ellos se pueden hacer partícipes”, comentó June durante la entrevista.

-Obviamente, el centro de los libros de Lulú está enfocado en las infancias, específicamente en niñas. Sin embargo, en este nuevo tomo dan visibilidad también a otros sujetos de derecho que suelen ser marginados, como las diversidades LGBT y los adultos mayores, ¿cómo decidieron qué grupos y derechos incluir en este libro?

-Hace mucho tiempo tenía ganas de hacer un libro sobre el medio ambiente, porque sentía que Lulú, como personaje, está demasiado preocupada del medio ambiente, como si fuera algo que ella decidió. Debido a ello, yo particularmente estaba muy urgida porque no estábamos haciendo un libro sobre eso, entonces primero nació la preocupación por el medioambiente, pero luego se fueron desarrollando más ideas y problemas como los movimientos sociales, el sistema de salud, las pensiones, el tema de la paridad a raíz del Acuerdo Constitucional, disidencias sexuales, pueblos originarios, etc., y teníamos mucho más temas, pero evidentemente los redujimos a esto por una cuestión de espacio y prioridades de lo que queríamos tocar.

-Con respecto a las diversidades sexogenéricas, se habla de una pareja de mujeres y también una de las amigas de Lulú, Luna, comienza a tener sentimientos por una compañera, ¿consideras que también es relevante darle protagonismo a otras diversidades que son más invisibilizadas que otras?

-Me parece interesante el tener más personajes con quienes explorar otras temáticas. En el libro, el club de las 3L ya tienen 10 u 11 años, que es una época en la que empiezas a fijarte en los niños, por lo que quisimos plantear de forma muy normal que a alguna niña de repente le gusta otra niña, y me parecía importante que fuera Luna porque es la mejor amiga Lulú, entonces, dado que a Luna le iba a gustar una niña, teníamos que hablar de un referente adulto que fuera mujer también para hacer más coherente la historia, y cuando escribí este capítulo fue darme un gusto, el poder decir que a Luna le gustan las niñas y que encuentre otro referente. 

-Con el primer tomo de Lecciones Maravimágicas ya se enfrentaron a problemas con grupos de ultraderecha, ¿qué repercusiones esperan que tenga esta segunda parte?

-El otro tomo de las Lecciones Maravimágicas fue escrito en un momento de mucha algidez política y, por lo tanto, el libro también apuntaba a eso. En cambio, este libro aborda problemas que nos afectan en el día a día. Claramente, por los tópicos que toca, puede generar cierto revuelo como también interés. Al final lo que apostamos es que Lulú abra la discusión y la reflexión sobre estas temáticas.

-¿De qué forma sientes que has crecido junto a Lulú a lo largo de los años?

La saga y Lulú me ha hecho muy activista por los derechos de la infancia. El luchar contra el adultocentrismo fue algo que fue creciendo en la medida en que fui escribiendo los libros y conociendo a niños y niñas. Me acuerdo que cuando surgió la idea de escribir el primer volumen de Lecciones Maravimágicas, fue porque vi a muchos grandes intelectuales escribiendo sus ensayos sobre sus tesis políticas del momento, y yo decía “bueno, ¿y nadie va a escribir de esto para los niños y niñas?”. En ese sentido, considero que Lulú me ha hecho mucho más consciente de la niñez, y me parece hermoso ver cómo quienes comenzaron con nosotras como niños y niñas, hoy son adolescentes que escapan del público objetivo de Lulú, pero que tiernamente les sigue interesando. Uno de los momentos más memorables que me ha traído Lulú, pasó a propósito del primer libro, Lulú quiere ser presidenta, que muchas niñas me contaron que se postularon para ser presidentas de curso luego de leer el libro, y eso es algo que me parece muy bello. En el fondo, yo no quiero que los niños y niñas lean solamente los libros de Lulú, yo quiero que lo lean todo, y que se me acerquen padres o tutores para contarme que sus hijos empezaron a leer gracias a nuestra saga, me parece un máximo honor ser la puerta de entrada.

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