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Contra la desinformación Opinión

Contra la desinformación

Nicolás Ibieta Illanes
Por : Nicolás Ibieta Illanes Consultor en Comunicación y Asuntos Públicos
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Sin perjuicio del debate local, el fenómeno de la desinformación y las llamadas fake news son objeto de preocupación global.


En junio se publicó en el Diario Oficial el decreto que creaba la “Comisión Asesora contra la Desinformación” por parte del Gobierno. Por estos días, la Sala del Senado aprobó un proyecto de acuerdo para requerir al Tribunal Constitucional (TC) que se declarase inconstitucional la mencionada comisión. La Cámara, a su vez, aprobó un proyecto de resolución para solicitar al Presidente Boric que revoque la creación de la misma. El TC acaba de rechazar el requerimiento del Senado, validando la constitucionalidad del decreto con que el Gobierno creó la mencionada comisión.

Organismos internacionales también han opinado respecto de la instancia. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) mostró su preocupación por la decisión del Gobierno, advirtiendo que “se podría caer en la tentación de instaurar mecanismos de censura”. Por su parte, en una entrevista, el presidente de la Asociación Mundial de la Prensa (WAN, por sus siglas en inglés), Fernando de Yarza, manifestó también sus reparos señalando que “una regulación en manos del gobierno se convierte en un arma muy peligrosa porque la tentación de intervenir se hace irresistible”.

Sin perjuicio del debate local, el fenómeno de la desinformación y las llamadas fake news son objeto de preocupación global. A raíz de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha debido no solo librar la batalla contra el COVID-19, sino además ha debido hacer esfuerzos por combatir la desinformación, poniendo este fenómeno al mismo nivel del virus y declarando la existencia de una “infodemia”. En junio reciente, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en la presentación de su informe sobre la integridad de la información en las plataformas digitales, ha expresado la preocupación del organismo al respecto, afirmando que “la proliferación del odio y la mentira en el espacio digital está causando un grave daño global”. 

En este contexto, la Global Alliance for Public Relations and Communication Management ha lanzado una iniciativa llamando a Naciones Unidas a la creación de un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre “Comunicación Responsable”. Este llamado nace de un contexto en que la desinformación reina en el mercado de la atención, toda vez que la mentira corre más rápido que la verdad en un contexto de información instantánea, sin mediación y de alcance planetario en segundos, a través de los medios digitales y, en especial, las redes sociales.

La comunicación es la gran herramienta de la humanidad para construir verdadera comunidad y es por ello que la llamada de la Global Alliance debe ser atendida y recogida, no solo por las asociaciones profesionales de la disciplina, sino por las autoridades, los gobiernos y los ciudadanos. La sostenibilidad de la humanidad depende de nuestras formas de interacción y es, por tanto, clave darle la mayor prioridad al resguardo de nuestra principal forma de interactuar, como es la comunicación. 

Así como nadie argumentaría que una “comisión contra la crisis climática” que pudiera crear el gobierno de turno solucionaría los problemas de nuestra interacción con el medioambiente, la creación de la “comisión contra la desinformación” es, al menos, insuficiente para abordar este problema que es de alcance planetario. Pero si hemos visto avances significativos por los impulsos que la Agenda 2030 y los ODS han puesto en la preocupación por el medioambiente a nivel global, lo mismo es de esperar que ocurra con la creación de un ODS 18, sobre comunicación responsable, para darle sustentabilidad a nuestra forma de vida en común.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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