Las palabras del mandatario peruano, las primeras tras la jornada electoral, llegan justo después de conocerse los primeros reportes de la Bolsa de Valores de Lima, que tuvo una caída de 2,31 %, atribuida por los analistas a la incertidumbre desatada por esos resultados.
El presidente Alan García pidió este lunes «tranquilidad» a los inversores en Perú, así como a los mercados, ante los resultados de las elecciones presidenciales de ayer, que revelan que será necesaria una segunda vuelta entre el nacionalista Ollanta Humala y la legisladora Keiko Fujimori.
Las palabras de García, las primeras tras la jornada electoral, llegan justo después de conocerse los primeros reportes de la Bolsa de Valores de Lima, que tuvo una caída de 2,31 %, atribuida por los analistas a la incertidumbre desatada por esos resultados.
«Tranquilidad a los sectores de la clase media, especialmente, tranquilidad a los inversionistas nacionales, pequeños y grandes, tranquilidad a los mercados internacionales y las grandes inversiones. El país es suficientemente sólido para mantener su rumbo», dijo García, tras felicitar a Humala y Fujimori.
El presidente añadió que el país es lo bastante estable como para garantizar el respeto a los acuerdos económicos suscritos con empresas e instituciones internacionales: «El mundo sabe que, quien quiera sea elegido presidente, hombre o mujer, estará sujeto a los compromisos que ya existen, a los lineamientos racionales del sistema económico mundial».
De acuerdo a las últimas cifras, casi en el 80 % de votos escrutados, el candidato nacionalista, al frente de la coalición Gana Perú, obtuvo un 30 % de los votos, mientras que la postulante de la fujimorista Alianza 2011 logró 23 % de votos.
García dijo que las inversiones extranjeras en Perú «son el signo de la confianza en nuestra patria, una confianza que no ha sido ni doblegada por los procesos electorales».
Los analistas han interpretado los resultados de ayer como un voto de protesta, pues paradójicamente el país que presenta los mayores porcentajes de crecimiento en América Latina tiene aún a un tercio de la población bajo el umbral de la pobreza y hay una percepción muy extendida de desequilibrios sociales.
