El vicepresidente Elías Jaua puede reemplazarlo temporalmente y en cumplimiento de la Constitución venezolana, mientras Hugo Chávez reciba tratamiento en Cuba. Pero no es Jaua quien realmente puede tejer las redes del poder si Chávez no está.
El de Hugo Chávez es un gobierno personalista. Chávez lo es todo. Nunca, en estos casi 14 años de poder absoluto, ha delegado iniciativas en nadie. Todos en su partido respetan su voluntad, del vicepresidente Elías Jaua hacia abajo.
Él fue quien decidió cada cargo en la campaña de las elecciones presidenciales que se celebran el próximo 7 de octubre, aunque ahora las dudas de que el líder pueda estar presente en dicha campaña se acrecienta.
La recuperación de su cáncer se está tornando difícil y ya es la segunda vez que viaja a Cuba para recibir tratamiento por ello (será operado la próxima semana).
La Constitución venezolana en su artículo 233 es clara a la hora de suplir una falta absoluta del presidente: el mando lo asume el vicepresidente. Pero Elías Jaua ya dijo no estar dispuesto a mancillar el lugar que solamente puede ocupar Chávez.
Detrás, el favorito del militarismo, Diosdado Cabello, actualmente presidente de la Asamblea Nacional (el Parlamento venezolano). Participó con Chávez en el intento de golpe de Estado en 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés.
Por detrás vendría Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Interiores, bendecido de Fidel Castro sin el visto bueno del presidente. Probablemente por ello le nombró, con la idea de separarlo del centro del poder, candidato a gobernador en el estado Carabobo.
Le sigue Celia Flores, esposa de Maduro, y la primera mujer en ser presidenta de la Asamblea Nacional. Abogada, lideró el equipo jurídico que permitió la liberación de Chávez, quien estaba en prisión por el intento de golpe de Estado en 1992.
El ministro de Energía y Minas, patrón máximo de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, hombre que maneja los recursos económicos, es una pieza clave en los negocios de crudo del Gobierno venezolano.
También está Adán Chávez, hermano mayor del líder. Fue embajador de Cuba y es comunista de la primera hornada. Actualmente gobierna el estado Barinas, feudo de la familia.
Al final —o quizás delante de todos— una hija que hace de primera dama en los actos oficiales: María Gabriela Chávez. De los hermanos y hermanas siempre fue la más cercana al padre y se identifica en todo con él.
“Es una especie de continuación del espíritu del presidente”, dicen quienes la conocen bien. Su padre no se separa de ella, la enseña y acude puntual a todas las actividades del Gobierno.
