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Obama aborda el debate sobre el control de armas y vuelve a dar la espalda a Latinoamérica

Las propuestas del Gobierno, de senadores y de las autoridades policiales para reducir la violencia causada por las armas «merecen un voto», subrayó al urgir al Congreso a aprobar nuevas leyes al respecto.


El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo el martes último, en su discurso sobre el Estado de la Unión, que esta vez el debate sobre el control de las armas «sí es diferente», porque una «abrumadora mayoría» de los estadounidenses «han unido fuerzas» en torno a reformas «de sentido común».

Las propuestas del Gobierno, de senadores y de las autoridades policiales para reducir la violencia causada por las armas «merecen un voto», subrayó Obama al urgir al Congreso a aprobar nuevas leyes al respecto.

En los dos meses transcurridos desde Newtown, donde Adam Lanza mató a 20 niños y 6 adultos en una escuela el pasado 14 de diciembre, «más de un millar de cumpleaños, graduaciones y aniversarios nos han sido robados de nuestras vidas por la bala de un arma de fuego», destacó el presidente.

También tuvo un recuerdo para Hadiya Pendleton, una joven de 15 años que fue tiroteada en Chicago días después de haber participado en el desfile de la investidura presidencial y cuyos padres estuvieron hoy sentados en el palco de invitados junto a la primera dama, Michelle Obama.

«Las familias de Newtown merecen un voto. Las familias de Aurora merecen un voto. Las familias de Oak Creek, Tucson, Blacksburg y de un sinnúmero de otras comunidades desgarradas por la violencia armada, todas merecen un simple voto», remarcó Obama citando varias de las tragedias recientes causadas por las armas en el país.

Su alusión al debate sobre las armas, reabierto tras la masacre de Newtown, fue una de las más aplaudidas del discurso de hoy y se pudo ver a muchos congresistas puestos en pie aclamando al presidente.

También estaba entre el público y aplaudiendo la ex congresista demócrata Gabrielle Giffords, quien sufrió daños irreversibles a raíz de un balazo en la cabeza en un tiroteo en Tucson (Arizona) en 2011 y acaba de poner voz a un anuncio contra la violencia armada.

Más de veinte legisladores usaron sus invitaciones personales para que algunas de las víctimas de la violencia armada asistieran esta noche al Congreso para presenciar el discurso de Obama.

«Nuestras acciones no evitarán todo acto de violencia sin sentido en este país», admitió Obama, quien aboga por un sistema universal de verificación de antecedentes para la compra de armas y por la prohibición de las de asalto, así como de los cargadores de alta capacidad.

No obstante, «se nos puso en esta Tierra para cuidar de nuestros conciudadanos estadounidenses de la misma manera que ellos se cuidan entre sí todos los días (…) Debemos seguir su ejemplo», anotó.

Se vuelve a dar la espalda a Latinoamérica  

Obama volvió hoy a pasar de puntillas sobre los países de América Latina, a los que solo se refirió de pasada al expresar su intención de «completar las negociaciones para un Acuerdo de Asociación Transpacífica».

Obama manifestó su interés en «impulsar las exportaciones estadounidenses, apoyar los empleos estadounidenses y lograr igualdad de oportunidades» a través del Acuerdo de Asociación Transpacífica» (TPP, por si sigla en inglés), que crearía una zona de libre comercio con Asia y el Pacífico, e incluye entre sus miembros negociadores a Chile, Perú y México.

En una intervención con marcado foco económico y dirigida a la audiencia interna, Obama solo mencionó a México para resaltar que EE.UU. está recuperando empleos procedentes de su vecino del sur.

«Ford está trayendo empleos de vuelta desde México», afirmó Obama durante su discurso de poco más de una hora, en la única cita expresa a un país latinoamericano, su gran vecino del sur.

El mandatario dibujó una serie de propuestas para devolver a Estados Unidos a su preponderancia económica y expresó su compromiso de que «la próxima revolución manufacturera será ‘Hecho en EE.UU.'».

En política exterior, el presidente estadounidense concentró toda su atención en Oriente Medio y Asia como ejes de la atención de Washington en el futuro próximo.

Los desafíos de Corea del Norte, el programa nuclear de Irán, la situación en Siria y Egipto, las reformas en Birmania o la alianza con su socio Israel fueron los países mencionados explícitamente por Obama.

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