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¡Te olvidaste de Las Malvinas!

Cristian Leyton
Por : Cristian Leyton Profesor Civil Academia de Guerra del Ejército. Investigador Asociado Centro de Estudios Estratégicos ANEPE.
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A kilómetros de Buenos Aires, el Gobierno de Mariano Rajoy, en constante baja en los sondeos de opinión, no puede sino que dar la bienvenida a tal gesto argentino, con un acertado manejo comunicacional transformará un “asunto comercial” de agentes privados españoles en otro de carácter nacional, y posiblemente nacionalista.


Desde España están acusando a la mandataria trasandina de estar sumiendo a la Argentina nuevamente en “una deriva populista”, ante la reciente nacionalización –forzada- del 51% de YPF, controlada hasta hoy por Repsol de España. Pero no solo por ello. La estatización de la petrolera vendrá acompañada por una intervención más robusta y directa desde la Casa Rosada en el mercado energético allende Los Andes: con el nuevo proyecto de la mandataria, denominado “Soberanía Hidrocarburífera de la República Argentina”  se deja en manos del poder central de Buenos Aires la fijación final de los precios tanto de exportación como de importación del crudo. La tendencia kirchnerista a generar unan intervención estatal en todos los mercados se está cristalizando y estableciendo como una tendencia dominante de su nuevo mandato, tendencia que hoy está afectando, lenta pero progresivamente, a intereses privados chilenos, y que de continuar podría escalar hacia el ámbito político.

Las relaciones trasandinas con Europa y los EE.UU hace ya un tiempo que conocen una deterioración progresiva. El ejemplo anterior es solo una muestra del choque de intereses entre Buenos Aires y las dichas capitales. El apoyo irrestricto de la UE al Reino Unido en relación a Las Falklands/Malvinas –a excepción del español- ejemplifica de manera clara dicha postura de defensa corporativa de los intereses territoriales y comerciales de los miembros de la Unión Europea. El fracaso de la gestión argentina, ayer en la Cumbre de la OEA, en relación a incorporar en la Declaración Final un apoyo regional a su demanda de soberanía sobre las islas, dejó en claro que la OEA no constituye un espacio de proyección política de los intereses trasandinos, ni de ningún Estado del ALBA.  El veto de los EE.UU y de Canadá, ante la OEA, tienen  el potencial de contener cualquier intento por utilizar dicho organismo como una plataforma de apoyo político o mediático a actores de naturaleza “chavista”.

Los europeos han demostrado, ya en dos ocasiones, que ante la deriva populista de algunas naciones que solo queda una vía de acción: la firmeza, en términos retóricos y la consistencia en términos de la practica política  El Reino Unido ante el incremento de la hostilidad desde Buenos Aires respondió con el envío del Destructor HMS Dauntless; España ante la amenaza de nacionalización amenazó directamente a la Casa Rosada con acciones de represalia, buscando además el  apoyo irrestricto de toda la UE.

Hemos de esperar, ante la frustración diplomática de la Casa Rosada, un reforzamiento de la tendencia autárquica trasandina en materia de política exterior, refugiándose en el UNASUR y el Consejo de Defensa Sudamericano. Fuimos, además, testigos de un Brasil que solo observó los acontecimientos en la Cumbre, cuyo final le favorece al legitimar su propia creación, UNASUR o la OEA-sin-los-EE.UU-y-Canadá. Para Chile, la intervención de la UE y España en el contencioso que se acerca le ahorra, hasta ahora, el tener que entrar en conflicto directo con Argentina.

La pregunta que queda en el aire es cuantos de $US 16.284 millones de dólares “chilenos” invertidos en el país trasandino están en juego y podrían, en el marco hipotético de su hostilización comercial, arrastrar al Estado chileno a fricciones políticas mayores.

Finalmente, los hechos observados, los de ayer y desde hace ya un tiempo atrás, cristalizan y refuerzan la idea que Chile necesita de aliados extraregionales cuyos intereses coincidan con los chilenos. El espacio regional sigue en su deriva nacional-populista, haciéndolo mas complejo y menos previsible.

Mientras, a kilómetros de Buenos Aires, el Gobierno de Mariano Rajoy, en constante baja en los sondeos de opinión, no puede sino que dar la bienvenida a tal gesto argentino, con un acertado manejo comunicacional transformará un “asunto comercial” de agentes privados españoles en otro de carácter nacional, y posiblemente nacionalista.

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