Señor Director:
Impresión causa, a lo menos, las declaraciones del ministro de Economía, Fomento y Turismo, José Ramón Valente. El titular de la cartera, cuyo objetivo primordial es la búsqueda de un crecimiento sostenido, sustentable y equitativo de la actividad productiva del país, sin tapujo alguno declaró que, respecto a la designación de Julio Ponce Lerou y su hermano Eugenio como asesores en SQM, el gobierno anterior debió haber redactado una cláusula más explícita, con tal de que quedaran claras las prohibiciones de participación de Ponce Lerou.
Las declaraciones del ministro demuestran que para él las conductas punibles de carácter económico no revisten ni por si acaso el mismo carácter de gravedad o importancia que otras conductas lesivas.
Si el ministro Valente concluye sin preocupación alguna, en un medio de comunicación masivo, que el problema es que el gobierno anterior no redactó bien un contrato, y no hace ninguna observación respecto al claro dilema ético/moral existente al respecto, cabe preguntarse la siguiente interrogante: ¿Tiene cabida la buena fe contractual en el actual estado de la sociedad Chilena? ¿Hay alguna manera de impedir la utilización del resquicio legal desde una perspectiva ético/moral?
Las declaraciones del ministro no solo denotan una absoluta ignorancia de que los contratos deben ejecutarse de buena fe. La absoluta displicencia a la ley mientras esta no sea útil al interés personal. Ponce Lerou tiene un aliado más. Y este lo vocifera a viva voz.
Sebastián Núñez González
Abogado
