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¿Qué te pasa, Cristiano? DEPORTES

¿Qué te pasa, Cristiano?

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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El presente del portugués es complejo. Perdió la felicidad y esa sonrisa tan segura. Hoy vive confundido, esperando saber cómo doblegar la decisión del técnico, para volver a ser actor protagónico de su equipo.


Cuesta mucho verlo en la banca. El hombre récord, el portugués mágico, no nació para ser suplente. Su cara lo dice todo. Desde la llegada del holandés Erik ten Hag como nuevo técnico del Manchester United, el luso pasó a ser actor secundario, algo que lo debe tener muerto de rabia y apesadumbrado.

Porque su carrera brillante y extraordinaria está marcada por los logros. Incluso con una personalidad distinta, muy poco habitual y que le ha servido para marcar las diferencias. Desde su natal isla de Madeira, donde llegó a Lisboa como joven promesa del Sporting. Cuando Leonardo Véliz era el manager del fútbol joven del equipo lisboeta, más de alguna anécdota tiene con el jugador ganador de 34 títulos en su palmarés. Cuando lo conoció y estableció una conversación, le puso un balón delante y le preguntó qué había dentro de él. Cristiano se quedó en silencio, a lo que Véliz le comentó: «Dinero, mucho dinero; tú lo puedes ganar si entiendes que debes ser profesional». Y vaya que lo entendió, porque si hay un jugador que sobresale por eso en el mundo fútbol, es Cristiano Ronaldo.

[cita tipo=»destaque»]Enjuiciado por algún sector de la prensa como un factor de discordia en el camarín del United, Cristiano ha guardado silencio, pero dejando entrever que pronto romperá dicho silencio contando su verdad.[/cita]

Cuando el poderoso Manchester de Sir Alex Ferguson se enteró de la existencia de un joven portugués que prometía mucho, de inmediato movilizó toda su maquinaria para ver en terreno a Cristiano. El United viajó para jugar un amistoso y la única condición era que el joven delantero fuera titular. Ferguson, viejo zorro, les pidió a sus jugadores más rudos y experimentados que lo trataran fuerte, para ver de qué madera estaba hecho. Y Cristiano no defraudó. Se transformó, en el corto tiempo, en un futbolista irreverente y osado. Le dio una energía y electricidad que necesitaba la pesada máquina del escocés.

En poco tiempo pasó a ser el jugador más determinante en Old Trafford, el mismo escenario donde hoy se sienta en las gradas esperando tener el llamado para sumar minutos. Son las vivencias propias del fútbol, esas que hoy le dan vuelta la espalda al Bicho.

Enjuiciado por algún sector de la prensa como un factor de discordia en el camarín del United, Cristiano ha guardado silencio, pero dejando entrever que pronto romperá dicho silencio contando su verdad. Eso promete, generar un movimiento sísmico mayor, en un equipo que hace rato vive una crisis de resultados importantes, más allá de las tres victorias seguidas que ha conseguido en la Premier.

El presente del portugués es complejo. Perdió la felicidad y esa sonrisa tan segura. Hoy vive confundido, esperando saber cómo doblegar la decisión del técnico, para volver a ser actor protagónico de su equipo.

Cristiano, seguramente, espera ansioso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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