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Salmonicultura en peligro Opinión

Salmonicultura en peligro

En resumen, críticas por la contaminación, sobre producción legal, exceso de antibióticos, destrucción de fondos marinos, anaerobismo, escape de peces, muerte de buzos, condiciones laborales son cada dia mejor asumidas por los salmoneros.


En los próximos días el Congreso debe despachar la Ley que crea un nuevo y muy importante servicio público. El servicio de la Biodiversidad y Areas Protegidas (SBAP).  En este proyecto el gobierno ha presentado una indicación que señala que “en aquellas zonas lacustres, fluviales y marítimas que formen parte del Sistema Nacional de Areas Protegidas quedarán excluidas de toda actividad de cultivos de especies hidrobiológicas exóticas” o sea, la salmonicultura.

El sistema nacional de áreas protegidas contempla, Reserva de Región Virgen; Parque Nacional. Monumento Natural, que son categorías objeto de preservación entendiéndose que en ellas no se admite el desarrollo de ninguna actividad económica, y Reserva Nacional, Areas de Conservación de múltiples usos y Areas de Conservación de Pueblos Indígenas, donde por ser zonas de conservación, se ha entendido que si se admiten actividades económicas. En este sentido se modificó la ley el año 2002 y ella estableció que a pesar de que en las zonas que formen parte del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas quedan excluidas de toda actividad pesquera extractiva y de acuicultura, en aquellas zonas que formen parte de Reservas Nacionales y Forestales, podrán realizarse dichas actividades. (inciso 2do actual LGPA). Por esta razón, se han otorgado entre otras y por ley, con la correspondiente toma de razón de la Contraloría, concesiones en la Reserva Nacional Kawesqar.

Lo anterior significa que las concesiones de acuicultura de salmones que se encuentran especialmente en reservas nacionales o forestales, deberán abandonar esos lugares de trabajo cifra que afectará a esta industria en un porcentaje muy alto y que afectará peligrosamente a toda la actividad. Aquellos que defienden la indicación del gobierno señalan que esta no tendrá efecto retroactivo y que de acuerdo con un artículo transitorio de la ley el titular de una concesión afectado, podrá, si quiere, relocalizar su conexión conforme a la ley 20.434 y 21.183, o permanecer en ella hasta el vencimiento de la concesión.

La verdad es que ni lo uno ni lo otro. Desde la fecha de la ley que permitió la relocalización, no se ha autorizado ninguna, y por el contrario se han incrementado los requisitos legales y administrativos para su aceptación, y han disminuido las aguas aptas para la acuicultura disponibles. Y mantenerse en dichos lugares hasta el vencimiento de la concesión solo aumenta la incertidumbre porque muchas concesiones vencen entre los 11 y los 18 años próximos lo que impide inversiones necesarias para mantener su producción.

Nadie duda de la importancia que tiene para nuestra economía y por tanto para miles de familia de nuestra región y provincia, especialmente para las mujeres que han encontrado una fuente de ingresos muy importante para sus hogares, la salmonicultura. Solo en nuestra región, Los Lagos, la cifra de empleos bordea los 45.000 puestos de trabajo, entre trabajadores directos y todos aquellos que proveen servicios a dicha industria la gran mayoría concentrados en nuestra provincia, Chiloé. La actividad representa fácilmente cerca del 20% del PIB regional, y para estos primeros meses del año según el INE Los Lagos, el valor de los envíos de la salmonicultura representó el 82% del total exportado por la región. Las exportaciones de salmón chileno ya deben superar los 7.000 millones de dólares, probablemente el primer producto chileno exportado distinto al cobre y compite directamente con los noruegos en abastecer los mercados internacionales. Hoy casi todas las actividades económicas de nuestra región, comercio, transporte, educación, inmobiliarias, financieras, pesca, están muy relacionadas con la actividad salmonera

Tampoco hay dudas de los problemas que esta industria ha tenido para enfrentar la realidad local. A mi juicio los dueños y altos ejecutivos han demorado demasiado en entender que debían internalizar además de sus ganancias, los costos laborales, ambientales y culturales sufridos por las comunidades enraizadas en los territorios donde llegaron. Es cierto que esto ha ido variando positivamente, a veces por decisiones tomadas por ellos mismos y otras a punta de leyes que debió aprobar el congreso para hacer entender que la salmonicultura tiene la obligación de cuidar y limpiar el fondo marino que ocupan, o que son responsables de los escapes de salmones por la obligación de buenas, firmes y certificadas instalaciones sobre el mar entre otras cosas. En resumen, críticas por la contaminación, sobre producción legal, exceso de antibióticos, destrucción de fondos marinos, anaerobismo, escape de peces, muerte de buzos, condiciones laborales son cada dia mejor asumidas por los salmoneros.

Sin embargo, a la inmensa mayoría de quienes habitamos esta zona no se nos ocurriría que, para resolver las externalidades negativas de la actividad, haya que ponerle fin a ella. Eso simplemente raya en lo absurdo e irresponsable. Y claro, algunos se aprovechan de esto para tratar de paralizar esta actividad sin importar el daño que ello produciría. Que algunas ONGs, especialmente extranjeras y no me extrañaría que coludidas con los principales competidores del salmón chileno y que utilizan estas campañas para recaudar más dinero lo hagan me repugna. ¿Se imaginan el desastre económico ante la pérdida de empleos y las repercusiones en las familias de todos los afectados que indirectamente son miles y miles?

Por el encadenamiento económico de la actividad, una decisión legislativa favorable a la indicación mencionada al inicio, pone en peligro a toda la industria, a nuestra región y provincia y principalmente a la economía del país favoreciendo a nuestros competidores. Me imagino que el Sr Ministro de Hacienda estará en conocimiento del peligro al que se enfrenta el país.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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