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Valparaíso ante un escenario crítico Opinión

Valparaíso ante un escenario crítico

Marcela Hurtado Saldías
Por : Marcela Hurtado Saldías Arquitecta, académica Depto. Arquitectura Universidad Técnica Federico Santa María
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El desafío es construir espacios de real participación, ampliada y vinculante donde la propia comunidad pueda volcar ese conocimiento y vivencia directa de su patrimonio, volviendo de esta manera a encontrarle un sentido, esto es, valorarlo y, por consiguiente, contribuir con su preservación.


A 20 años de la inscripción del área histórica de Valparaíso en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, la ciudad enfrenta nuevos desafíos que hacen más compleja la gestión para su preservación futura. Atributos tales como las centenarias edificaciones de los cerros, los espacios públicos, los ascensores, por nombrar los más conocidos, presentan un grado de deterioro alarmante. El escenario actual es bastante crítico, y el diagnóstico compartido, por ello es importante mirar hacia adelante vislumbrando las oportunidades que se desprenden de los cambios que ha experimentado la sociedad en estas décadas.

La falta de inversión aparece como una de las dificultades para revertir el estado actual, pero es importante también hacer otras consideraciones: el año 2022, a propósito de la conmemoración de los 50 años de la Convención de patrimonio de la Unesco, se remarca la necesidad de facilitar y alentar el papel activo de las comunidades en su implementación. En efecto, uno de los grandes capitales en la actualidad lo constituye el empoderamiento de la comunidad que ha pasado de espectadora a ser un grupo relevante en la toma de decisiones. La oportunidad aquí es establecer compromisos con esa comunidad, hacerla parte del diseño de las soluciones, en su papel de residente, locatario, trabajador, entre otros. 

El desafío es construir espacios de real participación, ampliada y vinculante donde la propia comunidad pueda volcar ese conocimiento y vivencia directa de su patrimonio, volviendo de esta manera a encontrarle un sentido, esto es, valorarlo y, por consiguiente, contribuir con su preservación. Volver a conectar a esa amplia comunidad con su patrimonio es uno de los primeros pasos para avanzar en su recuperación.

En la misma línea, el desarrollo sostenible, entendido en sus componentes ambiental, pero especialmente económica y social, es hoy un imperativo, y la gestión del patrimonio ofrece también esa oportunidad, una vez más con sus habitantes como protagonistas. Referirse a comunidades de la ciudad incluye a grupos importantes de interés como las universidades que aportan al capital cultural y científico de la ciudad, o el puerto que, con sus diversas actividades asociadas, es indisociable de la historia de Valparaíso.

La figura del administrador de un sitio patrimonial es la llamada a coordinar a estos grupos e intereses. La nueva Corporación Municipal para la administración del área histórica, con participación pública, privada y comunitaria se yergue como el natural espacio de integración para la generación de planes y programas. No obstante, la situación actual de la ciudad requiere de un esfuerzo mancomunado de instituciones públicas y privadas, a nivel local y nacional, que desde sus ámbitos de acción asuman reales compromisos de inversión a mediano y largo plazo para hacer realidad la esperada reactivación de la ciudad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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