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Julio Martínez y los 50 años del golpe Opinión

Julio Martínez y los 50 años del golpe

Enrique Corvetto Castro
Por : Enrique Corvetto Castro Profesor de Estado y periodista. Autor de “Gobernar es Educar” y de “1962: Los secretos del mundial imposible”.
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Muchos dardos recibió el histórico JM por su actuar tibio y neutral. ¿Habrá sido así? Dicen que nunca se definió políticamente en una época donde había que pronunciarse.


Mientras el golpe de Estado se materializaba, el 11 de septiembre de 1973, Julio Martínez dormía. Su madre no quiso interrumpir su descanso. Se enteró de lo acontecido recién en la tarde de aquel martes. ¿Cómo habrá actuado uno de los personajes más influyentes en la industria cultural chilena en la época de la UP y dictadura militar?

Durante el tiempo de la UP, Martínez trabajó como panelista del programa “A esta hora se improvisa”. El espacio de Canal 13 lo conducía Jaime Celedón. Allí, JM representaba al hombre de la calle. Al poco andar, y ante los intensos debates de quienes defendían a la UP versus la derecha, su rol se transformó en mediador. Fue un experto en poner paños fríos.

Muchos dardos recibió el histórico JM por su actuar tibio y neutral. ¿Habrá sido así? Dicen que nunca se definió políticamente en una época donde había que pronunciarse. Lo cierto es que la política no era lo del creador de la frase “Justicia divina” y del discurso de la Teletón del año 78. Alguna vez dijo: “Jamás voté por la extrema izquierda y la extrema derecha”. Eran señales nítidas de ser un hombre de centro. El periodista Julio Salviat, quien trabajó con él y lo conoció de cerca, tilda a JM como un detractor de Pinochet. Y así lo argumenta: “Fue fundamentalmente por las restricciones a la libertad de prensa. Lo hizo ver en sus clásicos discursos de cierre en la ceremonia que anualmente organizaba el Club Palestino para distinguir al mejor periodista. Esa protesta, la de Martínez, era un bálsamo para el gremio amordazado y nunca se lo agradecimos”.

Pero quizá su mayor gesto lo hizo para proteger a sus amigos comunicadores de ser perseguidos una vez consumado el golpe. Uno de ellos fue Juan Facuse, su discípulo de Radio Agricultura, quien en agosto de 1973 había asumido como subsecretario de Obras Públicas del Gobierno de Allende. Lo mismo hizo con el radical Carlos González Márquez, compañero de micrófono de Martínez en Radio Agricultura. González había sido designado intendente de Valparaíso. Mientras el país estaba en completa incertidumbre, en un acto de atrevimiento, y haciendo uso de su capital como figura pública, creíble y neutral, Martínez llevó a Juan Facuse y a Carlos González a la Radio Cooperativa. Los insertó en la emisora donde él trabajaba, para que ambos retornasen a sus labores en un programa deportivo, pero también con el fin de protegerlos y tenerlos cerca. “Julio Martínez era otra cosa. Con él no se atrevían. Lo que hizo demuestra la influencia de Julio en ese complejo momento del país”, recuerda Facuse.

El programa radial tuvo continuidad, y tanto Facuse como González pudieron sortear relativamente bien estos complejos años. González, quien hizo famosa la frase “esto se acaba, señores”, con el retorno a la democracia participó de las elecciones parlamentarias y fue electo como senador de la Región de Valparaíso. Falleció a los 85 años, el 25 de septiembre de 2015. Por su lado, Facuse desarrolló sus capacidades comunicacionales dirigiendo y participando de programas deportivos, y siendo presidente del Círculo de Periodistas Deportivos. Hoy posee una notaría en Ñuñoa, a unas cuadras del Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos.

*Esta columna posee extractos del libro sobre Julio Martínez Prohibido olvidarlo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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