Opinión
Pueden cambiar los gobiernos y las coaliciones de partidos en el poder, pero no cambian las políticas públicas.
Chile en el contexto internacional podría jugar un papel relevante que le permitiría escapar de su actual condición de inmovilidad social y económica si nos atreviésemos a hacer las cosas de un modo distinto. Sin embargo, vemos que en nuestro país la innovación no es algo valorado ni deseable. Pueden cambiar los gobiernos y las coaliciones de partidos en el poder, pero no cambian las políticas públicas.
El proceso de descentralización es una clara muestra de esto. Amparados en una discusión por mayores criterios de transparencia, a partir de uno de los casos de corrupción más bullados del último tiempo. Lo que omite el Gobierno en sus salidas comunicacionales, es que el caso Convenios ocurre en un servicio centralizado, el Minvu para ser precisos, y se remite a asignaciones discrecionales que efectuó un seremi saltándose todo control y parcializando pagos para no pasar por Contraloría.
Lo que no se ha aclarado es que los Gores trabajan con servicios públicos, municipios, universidades, JJVV, clubes deportivos y también con fundaciones. A la luz de estos casos, podemos establecer que casos de corrupción pudieran presentarse en todos los ámbitos, servicios centralizados, municipios y, por cierto, en el Parlamento.
Los casos de corrupción que hemos visto requieren investigaciones rigurosas y medidas sancionatorias en las que su aplicación no se dilate en el tiempo. Lo que no puede suceder es que, bajo el pretexto de mayor transparencia, se pretenda detener el proceso descentralizador y se aumente la burocracia que sofoca el desarrollo del territorio.
Este retroceso en la agenda no va a dañar a los gobernadores o gobernadoras que estamos en funciones, sino que perjudica gravemente a las comunidades. Un ejemplo claro es el de Bomberos, quienes si quisieran renovar su flota mediante convenios con los Gobiernos Regionales, según las medidas planteadas desde Hacienda, desde ahora deberán dejar boletas de garantía, lo que excede su capacidad de funcionamiento institucional.
Así es que también, con las medidas dispuestas por Hacienda, se presentaría un sinnúmero de ejemplos que convertirían a este Gobierno en el sepulturero del proceso descentralizador, lo que provocaría un retroceso de al menos 10 años en el objetivo de potenciar el desarrollo de las regiones de nuestro país.
En definitiva, quisieron cambiar todo para que todo siga igual. El nivel central continúa tomando decisiones que afectan a las regiones y nadie se alarma, ya que hay que mantener las cosas como están.
El establishment, a saber “conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido”, al final logra que todo siga igual, y su modo de actuar está hipotecando el desarrollo futuro del país.
