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¡Se necesitan profesores! Opinión

¡Se necesitan profesores!

Eduardo Hebel
Por : Eduardo Hebel Médico, Rector Universidad de La Frontera.
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Sabemos que hay varias casas de estudio en esta misma cruzada, pero también que esto no es suficiente, principalmente porque las carreras de pedagogías para muchos “no son rentables” en el mercado de la educación.


Desánimo, falta de rutinas y hasta depresión son algunas consecuencias en los más de 30 mil estudiantes de la Región de Atacama que estuvieron sin profesores por casi 90 días, según reveló un reporte generado por la organización Escuelas Abiertas. 

Así, el impacto fue enorme para la formación de los alumnos de la zona. 

Ante eso, me pregunto: ¿qué pasará en 2025, cuando se espera que en todo Chile falten 26 mil profesores o en 2030, cuando se estima que el déficit de profesores superará la barrera de los 30 mil? ¿Cuántos niños quedarán sin clases? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué impacto tendrá en nuestro país? 

Ad portas de un nuevo proceso de admisión a las universidades chilenas, es sustantivo concretar fórmulas para que más estudiantes ingresen a las carreras de pedagogías. Por ejemplo, potenciando los Programas de Preparación y Acceso (PAP). 

Como universidades públicas hemos trabajado fuerte en estos programas, a través de los cuales salimos a los colegios a buscar a estudiantes que estén cursando cuarto medio y que tengan motivación, interés y vocación por ser profesor, preparándolos por un año y abriendo ingresos especiales que permitan, luego de rendir la PAES, independientemente de su puntaje, entrar a una carrera de pedagogía.

Los PAP, en concreto, incluyen módulos pedagógicos, actividades culturales y nivelación académica para los estudiantes. También, incorporan acciones directas con padres y apoderados, los principales influenciadores de sus hijos a la hora de elegir qué carrera estudiar, para informarles sobre el campo laboral y las oportunidades de las pedagogías hoy.

Estos programas han tenido resultado positivos, aprobando a más de siete mil estudiantes entre 2016 y 2021, pero aún quedan trabas por remover para lograr un mayor impacto, que es el que nuestro país requiere con urgencia. 

Estos programas requieren una actualización para que más jóvenes de cuarto medio puedan tener las facilidades para ser parte de esta iniciativa. Hay una propuesta que ya se trabajó durante 2022 entre las universidades, expertos y la Subsecretaría de Educación, pero aún no ha sido promulgada. 

Allí se busca establecer mínimos comunes que aseguren un estándar para la aprobación de los distintos programas por parte del Ministerio de Educación; flexibilizar los requisitos de ingreso a ellos, otorgando una mayor autonomía a cada casa de estudio; explicitar y fortalecer la articulación entre universidades, de modo que, si las instituciones no tienen alguna pedagogía que sea del interés de los estudiantes en sus programas de acceso, puedan ingresar a otra universidad donde sí se imparta la carrera, entre otras medidas.

En ese contexto, el desafío que tenemos como país para formar más profesores está más vigente que nunca. Así, debemos potenciar la atracción de nuevos estudiantes, a la par que buscamos estrategias para potenciar la retención, titulación e ingreso al mundo laboral de los futuros docentes. 

Por nuestra parte, como universidad pública, hemos desarrollado “Yo quiero ser profesor” –uno de los PAP más antiguos del país–, donde solo en 2022 aprobaron más de 100 estudiantes, aportando así a un tercio de la matrícula de pedagogías en nuestra casa de estudios. Mientras que, este 2023, postularon más de 380 alumnos, de los cuales cerca de 180 son los que completaron el programa, generando así una contribución a una región que tendrá un déficit proyectado de más de 900 profesores el año 2025 y que estamos comprometidos a ayudar a paliar.

Sabemos que hay varias casas de estudio en esta misma cruzada, pero también que esto no es suficiente, principalmente porque las carreras de pedagogías para muchos “no son rentables” en el mercado de la educación. Por eso, hago un llamado a anticiparnos para lograr que Chile cuente con los profesores que se merece para seguir desarrollándose con equidad y oportunidades.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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