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Ley de Conciliación y propósito Opinión

Ley de Conciliación y propósito

Sharoni Rosenberg
Por : Sharoni Rosenberg Fundadora de Purposely, autora “El propósito no era lo que yo creía”
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Vivir una vida con propósito implica más que simplemente cumplir con las tareas laborales.


La promulgación  y entrada en vigencia de la Ley de Conciliación Laboral y Familiar marca un hito significativo en el reconocimiento de la evolución de las necesidades humanas. Ya no nos basta con satisfacer nuestras necesidades básicas, de techo y alimento, sino que también necesidades más elevadas, por las que buscamos florecer en el trabajo a través del crecimiento personal y el impacto que podemos generar en la vida de los demás.

Justamente a esto le llamo un trabajo con propósito, aquel en el cual el colaborador puede sentir que está floreciendo en los distintos aspectos de su vida, tanto personal como colectivo, así como laboral y personal.

Vivir una vida con propósito implica más que simplemente cumplir con las tareas laborales. Se trata de encontrar significado y realización tanto en el trabajo como en otras áreas de la vida, incluida la familia. No es casualidad que el 87% de los colabores diga que es imposible ser feliz en tu vida personal si no lo eres en el trabajo.

Por mucho tiempo, las demandas del trabajo han eclipsado la importancia de la vida familiar y personal. No es novedad que una mujer vea mermada su capacidad de crecimiento profesional en la etapa en que está criando a sus hijos. Es inevitable que sea así, pero lo que esta ley busca promover es que está “interrupción”, por llamarla de alguna manera, sea tratada como algo transitorio. Hasta los 14 años dice la ley, pero tiene un espíritu voluntario, por lo tanto, podría ser menos.

Yo tengo tres hijas que ahora tienen entre 9 y 13 años. Fueron muy seguidas y durante 8 años yo pude optar por un régimen de jornada flexible mientras ellas eran muy chicas. Esto casi no se daba en el mundo legal, para mí fue un privilegio. Pero que también tuvo un rédito para la compañía. Trabajé en la misma empresa por 13 años, y cuando volví a mi jornada full time intraemprendí, creando la fundación y el área de propósito en la organización. No tengo duda de que gran parte de mi motivación tuvo que ver con el agradecimiento y lealtad hacia la compañía.

Desde el lado de la mujer, esta ley presenta un beneficio del que poco se ha hablado y es el de que abre la posibilidad a que las mujeres no abandonen su carrera profesional al momento de entrar en la maternidad. Los datos muestran que cerca de un 40% deserta en su trabajo cuando son madres. Si está presente esta opción, inevitablemente va a disminuir la deserción.

Lo que más veo en mis talleres de propósito son mujeres que, luego de haber criado, se ven tremendamente complicadas en la vuelta a trabajar. Pasan a veces 5 o 10 años “fuera de las pistas”, lo que merma su autoestima y se sienten desactualizadas como para volver ingresar.

Aquí se genera el mayor desafío para la reinserción laboral de las madres y tengo mucha esperanza de que esta ley venga a apoyar esta etapa de transición tanto como me sirvió a mí en su momento.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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