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Se busca postgrado en Actitud

Por: Jose Saldaña C


Señor Director:

Escribo estas líneas para agradecer la carta publicada el 10 de febrero de 2019 por los becarios Javier Pavez y Nicole Pereira en este mismo medio digital. Yo, como ellos, soy becario de Becas Chile y estuve cerca de un año y medio buscando trabajo cuando me tocó volver a retribuir. Gracias a esa columna me he dado cuenta que perdí año y medio sin trabajo por mis problemas de actitud.

Hoy, y gracias a esa columna, me avergüenza ver cuán equivocado estuve cuando reclamé frente a mis pares sobre la falta de mecanismos de reinserción para quienes regresan. Mi actitud frente a eso debió ser mejor. Debí de haberles recomendado a mis amigos que cambiaran su actitud cuando me contaban sus historias de reinserción y la frustración que sentían al tener que trabajar en lugares donde el equipamiento es escaso o antiguo, donde las órdenes de materiales a otros países toman semanas, y donde la eficiencia no es importante. Pero ahora entiendo: es todo cuestión de actitud.

Cuántas rabias tuve de más al calcular lo que el país pagó por mis estudios, y ver cómo todo esto se perdía por no existir un mecanismo de seguimiento para quienes volvían al país por parte de Conicyt. Ahora veo que el problema no es un mal diseño de política pública, sino ciertamente mi actitud equivocada y mi desfachatez en quejarme. Lo importante es sólo pegarme con una piedra en el pecho por las oportunidades (que, al parecer, no tienen ninguna relación con el mérito), y no pensar en cómo las cosas podrían estar mejor.

Postulé muchas veces al servicio público para recibir un 1% de llamados de vuelta, los cuales sin excepción me decían que lamentablemente estaba sobrecalificado, o que no tenía experiencia laboral  en el sector por, precisamente, estudiar fuera del país. También postulé a concursos para después ver cómo dejaban sólo a conocidos de quienes decidían. Pero, ahora entiendo todo: si mi actitud hubiese sido distinta, otro gallo cantaría. Hoy afortunadamente pude reinsertarme. Gracias a un contacto pude ingresar a una institución pública, que quizás vio que mi actitud había cambiado de manera positiva.

Tengo que agradecer nuevamente a los becarios por mostrarme que más que el contenido de la queja, lo importante es ver desde dónde viene. Gracias por sacarme de ese error de pensar que justamente somos nosotros, no por ser genios (porque nunca he escuchado a ningún becario decir esto), sino porque tuvimos la posibilidad de vivir en sociedades con mejores sistemas de provisión pública, quienes somos los llamados para que los sistemas locales mejoren. Hoy veo que esto es sólo negatividad y abierta patudez. Así las cosas, no hay necesidad de tener un debate serio, ya que ahora soy consciente que cualquier problema que uno pueda plantear viene de un problema personal, mezcla de actitud errada e ingratitud, y no de un deseo genuino de mejorar las cosas.

La columna citada, escrita por unos becarios que supieron alcanzar la estatura moral suficiente para aclararnos el camino, nos deja varias grandes enseñanzas: si tomaste la oportunidad de las becas, después no vuelvas a Chile a quejarte. Si piensas que no hay un sistema de retribución acorde con los costos del programa, no le digas a nadie. Si el nepotismo y la pitutocracia pasan impunemente por tu lado, concéntrate en mejorar tu actitud. No se te ocurra pensar en cómo mejorar el sistema, ya que los conocimientos que obtuviste no te hacen un genio, y solo los genios iluminados tienen derecho a reclamar. Mantén un discurso sin quejas, funcional al status quo. Vuelve a Chile, mirando al piso y sin quejarte frente a los contribuyentes quienes pagaron tus estudios. En definitiva vuelve humilde, en silencio, y espera que tu actitud positiva sea suficiente para reinsertarte.

 

Jose Saldaña C.

Cientista Político, MA in Politics

Candidato a Doctor en Ciencia Política

Becario Becas Chile

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