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Caso de Talcahuano

Por: Rosario Alomar Araya y Ma Jesús Leñero


Señor Director:

Como muchas personas, hemos quedado conmovidas por la detención de una joven de 19 años en Talcahuano, acusada de haber dado muerte y enterrado a su bebé recién nacido. Como personas, mujeres y madres consideramos muy doloroso lo ocurrido, pero como psiquiatras perinatales nos parece necesario que reflexionemos ante este caso, reflexión en la que la perspectiva de salud mental materna es esencial.

Sabemos que el embarazo y el puerperio constituyen un período sensible en términos de salud mental. En el caso de una adolescente, el riesgo de presentar síntomas emocionales es mucho mayor. La falta de apoyo familiar y/o de la pareja, puede influir en la decisión (a veces ni siquiera consciente) de no contarlo, o no buscar ayuda médica durante la gestación o el parto. En casos extremos se puede llegar a la negación del embarazo o embarazo “no percibido” (genuinamente desconoce su embarazo), y llevar a un parto “imprevisto” y sin asistencia médica (como se ha visto por años en la famosa serie de TV cable “No sabía que estaba embarazada”). Demás está decir lo traumático y angustiante que puede ser la experiencia para cualquier mujer, de pensar que tiene un dolor abdominal común y rápidamente tener que enfrentar la realidad de un parto y una maternidad inminentes. No es raro que, tras esa experiencia, la mujer presente un episodio disociativo en que pueden ocurrir conductas sin sentido, bizarras, riesgosas o violentas para sí misma o para el recién nacido.

En el caso ocurrido en estos días en Talcahuano debemos mantener la cautela: no sabemos la naturaleza, ni el momento del fallecimiento del bebé, ni el estado físico ni emocional de la madre adolescente. Sin embargo, hemos visto titulares con acusaciones, exacerbando el morbo y el horror, mientras que recién comienza la investigación oficial. Hay mucho que aún no sabemos. Dentro de lo poco que sabemos es que recibió atención ginecológica al momento de la detención, pero que dentro de las medidas dispuestas por los primeros respondedores no estuvo su atención por especialista en salud mental ni psiquiatra perinatal, para evaluar su estado emocional o ver si requería asistencia farmacológica o psicoterapéutica en ese momento.

Pensamos que, independiente de lo que haya ocurrido, esa adolescente como toda persona, merece una atención integral de salud, incluyendo la dimensión emocional. Por otra parte, la evaluación informada del contexto emocional de la joven embarazada o que ha parido recientemente en situaciones similares, puede influir en la determinación de la responsabilidad legal y por ende, de las consecuencias judiciales, como ya ha ocurrido en juicios por neonaticidio en Estados Unidos.

La prensa, las policías, los tribunales, los profesionales de la salud, y la población en general necesitamos reconocer la importancia de la salud mental materna en casos como este. Este conocimiento podría, en última instancia, prevenir hechos tan dolorosos en el futuro.

Atentamente

Dra. Rosario Alomar Araya
Dra. Ma Jesús Leñero

Psiquiatras Perinatales
Centro SerMujer 

 

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