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Actuar ahora para garantizar una niñez y adolescencia libre de trabajo infantil Opinión

Actuar ahora para garantizar una niñez y adolescencia libre de trabajo infantil

Patricia Roa
Por : Patricia Roa Oficial de Programación y Punto Focal de Trabajo Infantil de la Oficina de la OIT para el Cono Sur
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Los niños, niñas y adolescentes no están ajenos al impacto de la pandemia, aunque no son considerados parte del grupo de alto riesgo a la enfermedad del coronavirus. Un claro ejemplo son las consecuencias que ha tenido el confinamiento sobre el bienestar de niños, niñas y adolescentes. Se cerraron escuelas, se limitó el acceso a servicios de salud, cuidados y protección social.

Asimismo, la crisis económica asociada a la pandemia ha debilitado los medios de vida de muchas familias y ya es posible evidenciar en distintos instrumentos nacionales e internacionales el aumento de la pobreza y de la extrema pobreza.

Las Oficinas del PNUD, UNICEF y OIT en Chile (2021) publicaron una nota técnica que muestra los efectos directos e indirectos de la pandemia sobre la población infantil y adolescente con base en los resultados de la Encuesta Social COVID-19. En Chile, más del 50% de los hogares con niños, niñas y adolescentes, reportaron una disminución de los ingresos producto de la pandemia y un 60% para el caso de las familias del primer quintil. Asimismo, un 22,5% de los hogares con niños, niñas y adolescentes encuestados disminuyeron sus gastos en educación, un 35,5% en salud y un 42,4% en alimentación, impactando directamente en su bienestar.

Al evaluar las crisis anteriores que provocaron un descenso en el nivel de vida de las personas, es posible identificar que muchos países experimentaron grandes retrocesos en los esfuerzos destinados a la reducción del trabajo infantil y a la escolarización de niños, niñas y adolescentes. Se ha demostrado que cuando las oportunidades laborales de las adultas y los adultos responsables de estos disminuyen, aumenta el riesgo de que se involucren tempranamente en el mundo del trabajo y en muchos casos desempeñen trabajos peligrosos y en condiciones de explotación.

La crisis del COVID-19 no tiene precedentes. Ha provocado una disminución sustantiva de la actividad económica y por consiguiente ha afectado considerablemente el bienestar de las familias. El último informe de OIT y UNICEF (2021) presenta estimaciones alarmantes respecto del aumento del trabajo infantil en el mundo. Por primera vez –hace dos décadas desde que se realizan mediciones– los progresos mundiales en la lucha contra el trabajo infantil se han estancado.

Si no se adoptan medidas urgentes de mitigación a los efectos de la pandemia, probablemente, muchos más niños, niñas y adolescentes en Chile y en el mundo estarán en situación de trabajo infantil en el corto plazo. Erradicar el trabajo infantil es un proceso complicado, pero no imposible. Es clave la aplicación estricta de las normas y estas deben ir acompañadas de un cambio social gradual.

Hoy, en un contexto de pandemia, y en el Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, es más urgente que nunca reafirmar el compromiso con los derechos de los niños, niñas y adolescentes, así como con los principios y derechos laborales fundamentales. Es importante que los Estados implementen una política socioeconómica y de protección a la niñez, donde se garantice el trabajo decente para los adultos y se fortalezcan las medidas de protección social con el fin de satisfacer las necesidades básicas de las familias, evitando que los niños y niñas trabajen.

La eliminación del trabajo infantil es una tarea que debe ser abordada y resuelta entre las múltiples partes. Uno de los tantos aprendizajes de esta pandemia es la importancia de la cooperación y de la creación de alianzas para superar los diferentes retos. En este sentido, el diálogo social entre el Gobierno y las organizaciones de empleadores y de trabajadores es fundamental para formular políticas adecuadas y eficaces para la lucha contra el trabajo infantil. 

Afortunadamente, en Chile existe la Comisión Asesora Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, instancia tripartita donde también participan diversas organizaciones de la sociedad civil.

En este camino por frenar el aumento de trabajo infantil en el país, es importante aunar todos los esfuerzos para decir fuerte y claro ¡No al trabajo infantil!

  • Esta columna forma parte de la 5ta edición de la revista NOesMENOR de Corporación Opción

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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