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El cuidado de personas mayores, ¿tema sensible o necesario? Opinión

El cuidado de personas mayores, ¿tema sensible o necesario?

Camila Figueroa Gómez
Por : Camila Figueroa Gómez Magíster en Estudios Internacionales- USACH Periodista Co-Fundadora Elders
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Todos en nuestras familias nos hemos visto en la disyuntiva en la toma de decisión de actuar cuando nuestros familiares mayores ya no son capaces de cuidarse por sí mismos. Es un dilema no siempre fácil, y que conlleva un consenso familiar, decisiones económicas por parte de la familia, pero por sobre todo, confianza hacia la persona que ejercerá la labor del cuidado. 

Es una responsabilidad enorme, pero muchas veces no somos capaces como sociedad de hablarlo porque, sobre todo, es doloroso. Muchas veces, está ligado a darnos cuenta como familiares que las personas mayores se deterioran física y/o cognitivamente. Por otro lado, el peso del cuidado recae en los hijos (mayoritariamente mujeres) que dejan de trabajar y dedican horas a hacer un trabajo no remunerado por amor a sus padres. 

La figura del cuidador, como un trabajador dependiente o independiente, debiese ser mirada de manera formal y segura. Tanto por las familias que buscan confianza al entregar una gran responsabilidad y por el lado de los cuidadores que buscan seguridad laboral. 

El cuidador como trabajador, está poco reconocido socialmente y la mayoría de las veces se asocia a tareas relacionadas con el cuidado del hogar.

Según Casen (2017) el 46,4% de las personas mayores tiene como cuidador a un integrante del hogar; 14,5% tiene un cuidador externo al hogar y el 23,6% tiene ambos tipos de cuidador. Ahí radica la importancia de la formalización del cuidador por la demanda que tienen las personas mayores y la trascendencia de que su labor sea en términos de seguridad y confianza. 

La temática del bienestar de las personas mayores y los actores implicados (cuidadores) está siendo abordada por Conectatas, una plataforma que busca conectar a las familias con cuidadores. Además de otras muchas fundaciones, emprendimientos, centros, observatorios, comunidades y redes que trabajan por el bienestar de las personas de 60 y más años. 

Actualmente en Chile, existen redes de apoyo y colaborativas, por ejemplo, Voces Mayores, donde distintas organizaciones dialogan sobre vejez y envejecimiento para generar y recoger insumos que permitan que las actuales y futuras autoridades del país puedan tomar decisiones que impacten positivamente en la vida de las personas mayores. Aquí se construye diálogo y equipo, se abordan las temáticas relacionadas con los cuidadores, con el bienestar integral de las personas mayores y la participación ciudadana, entre otros temas que son de importancia para este grupo etario.

Como nieta y como hija, creo que es imperante seguir avanzando en la sinergia y en las políticas dirigidas a las personas mayores y su entorno: familia, cuidadores y todo aquel que trabaje con ellas. De esta manera, podremos abarcar integralmente las necesidades de este grupo etario y generar diversos mecanismos para contribuir a su calidad de vida. Tenemos que ser capaces, desde diversas trincheras, de aportar a mejorar los espacios donde se las personas viven su vejez para que el envejecimiento sea un proceso que se viva con calidad, dignidad y bienestar. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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