Opinión
Decía el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, que quien olvida su historia está condenado a repetirla. Su frase está escrita en la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz, escenario macabro de uno de los episodios más oscuros y tristes de la historia.
Y hoy a más de siete décadas de la liberación de este campo del mal, estamos recordando. Recordando para que esta historia no vuelva a repetirse, recordando a los 6 millones de judíos asesinados por el sólo hecho de ser judíos, recordando al millar de gitanos, minorías sexuales, políticas y religiosas que fueron eliminadas de la faz de la tierra, sólo por el hecho de ser quienes eran.
La catástrofe que en todo sentido significó el holocausto debe recordarse. Pero lo que estamos haciendo hoy no es sólo recordar, sino también perpetuar la memoria, educar a las futuras generaciones y más importante aún, entender que aquellas sociedades ignorantes de su pasado, desconocedoras de los hechos que generaron alteraciones a la paz y la unidad o al bien común, fácilmente caerán en lo mismo, por ello, lo que hacemos hoy es un testimonio vivo de un nunca más.
Fue recién en el año 2005 que la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó al 27 de enero como el día internacional de Conmemoración a las Víctimas del Holocausto, día en que las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Por eso, lo que hacemos hoy como pueblo judío es levantar la voz por todos quienes ya no pueden levantarla, no sólo por nuestro pueblo, sino también por todas las víctimas silenciosas del odio, la indiferencia, la crueldad y el límite extremo al que puede llegar el ser humano contra otro que es diferente.
Estos ejercicios a la memoria, si no se transforman en acciones concretas y activas, solo quedan relegada a un recuerdo. Por ello es que nuestro anhelo como ciudadanos de Chile es que prontamente nuestro país forme parte de la Alianza Internacional por la Memoria del Holocausto, organización intergubernamental a la que ya pertenecen más de 40 países de todo el mundo, y que busca fortalecer, avanzar y promover la educación, la investigación y el recuerdo del Holocausto para cumplir los compromisos de la Declaración del Foro Internacional de Estocolmo, cuyo objetivo central es ser luz en la sombra de la historia del Holocausto y promover conductas de respeto y tolerancia.
Queremos especialmente hoy recordar las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, quien con motivo de este día declaró “mientras perdure el odio, también lo hará nuestra determinación de combatirlo”.
En este contexto el día 20 de enero recién pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó por consenso una resolución que condena la negación del Holocausto y pide a las autoridades de todo el mundo y a las redes sociales más medidas para combatir este tipo de contenido y el antisemitismo en general.
Como judíos estamos preocupados por el aumento dramático del negacionismo, la falsificación y el revisionismo del Holocausto, y por el fenómeno actual de establecer comparaciones entre las disputas políticas actuales y la Shoah.
Por eso que como Comunidad Judía de Chile, nos sentimos responsables de combatir la indiferencia, la discriminación, el negacionismo y la intolerancia, pues conocemos cuáles pueden ser sus consecuencias. Debemos recordar a todas las víctimas del Holocausto sin distinción, promoviendo la verdad y el conocimiento de lo ocurrido construyendo la paz y la justicia en todo el mundo.
