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¿Cómo nos fue en la Cumbre CELAC – UE? Opinión

¿Cómo nos fue en la Cumbre CELAC – UE?

Eduardo A. Santos Fuenzalida
Por : Eduardo A. Santos Fuenzalida Experto internacional en asuntos de comercio
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En el “ámbito” económico y comercial, la propuesta es decepcionante y –creo– muy “audaz” en algunas de sus afirmaciones. El foco se centra en la red de acuerdos comerciales de la UE con Latinoamérica y sus “logros”. Acá –entre otros temas– menciona el acceso preferencial, facilitación de las exportaciones de las medianas y “pequeñas” empresas, la “diversificación” del comercio y, también, las cadenas de suministro y el acceso a las “materias primas fundamentales”.


¿Cómo nos fue, ministro? La firme, por favor. Desgraciadamente, nos estamos acostumbrando a que, en estas cumbres predominen las declaraciones de buenas intenciones –algunas veces muy pomposas–, pero ahora necesitamos avanzar en temas sustantivos y enfrentar colaborativamente no solo diversos desafíos globales –como el cambio climático y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, por ejemplo–, sino que también sus posibles implicancias e impactos en nuestras estrategias nacionales de desarrollo. Así, sería de utilidad dar a conocer oportunamente, y en detalle, nuestra versión de los temas tratados y/o posibles acuerdos. La UE publicó de inmediato, por ejemplo, detalles del MoU firmado con Chile y acá –al momento de escribir esta columna– nos parece difícil (o imposible) encontrar su contenido. Ciertamente ayudaría a darles transparencia a estos procesos y decisiones. Nuevamente, ¿cómo nos fue, ministro?

Luego de examinar la Declaración de la Cumbre CELAC–UE 2023, es difícil ilusionarse y ser optimista. Como en otras ocasiones, esta Declaración está repleta de buenas intenciones que no se sabe cómo se cumplen, excepto que –a diferencia de la Cumbre anterior, ocho años atrás– incorpora con mayor énfasis o detalles temas sobre cambio climático y desarrollo sustentable, migraciones, inclusión y género, economía digital, ciberseguridad, cooperación birregional en materia de producción de vacunas y medicamentos, encadenamientos productivos, seguridad y lucha en contra del crimen organizado y la corrupción, entre varios otros. Lo más concreto a nivel birregional –por ahora– son las cumbres venideras cada dos años. La próxima a realizarse en Latinoamérica. Reitero, creo que sería del mayor interés dar a conocer los detalles de lo alcanzado en la cumbre.

No obstante, por lo general, la parte más “sustanciosa” es lo que ocurre durante los preparativos de las cumbres, y el intercambio y revisión de documentos. Por ejemplo, supongo que se conversó acerca de la Comunicación Conjunta al Parlamento Europeo y al Consejo – Una nueva agenda para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe” (Comisión Europea, 7 de junio, 2023) que fuera preparada precisamente para la cumbre. De ser así, la Unión Europea ya “se tiró a la piscina” ¿Se puede saber cómo lo presentaron y qué dijeron? Tengo reservas al respecto.

Creo que, claramente, esta “Comunicación” al Parlamento y Consejo de la UE intenta ser –más que nada– una alternativa a la Segunda Ruta de la Seda y, en ese intento, debe competir por las lealtades de los países de América Latina con la “Americas Partnership for Economic Prosperityde EE.UU., y sus propuestas de acuerdos internacionales que “irán más allá de simples tratados comerciales”. Y, en el intento, debe entrar en temas diversos para ir más allá de las propuestas que la precedieron. Por lo demás, intento y propuesta muy “europeos”, por el nivel de detalles. Su introducción es muy clara en lo que espera lograr, ¿pero lo hará? Se destaca que Latinoamérica y la UE son “socios naturales”, unidos por “(…) profundos vínculos económicos y sociales (…) respaldada por una amplia red de acuerdos”, pero que, en el contexto global de rápido cambio, esta relación “requiere una renovación” (…), “los retos geopolíticos, una pandemia devastadora, las crisis climáticas y medioambientales mundiales, los cambios tecnológicos y el aumento de las desigualdades ponen de relieve la necesidad de intensificar el diálogo y reforzar la cooperación entre socios cercanos y de confianza… Como socios preferentes, la UE y ALC deben trabajar juntos para … defender intereses comunes y [… desarrollar una …] “… agenda ambiciosa y con visión de futuro para una nueva era de cooperación entre socios igualitarios y afines” (Introducción, Comunicación Conjunta).

El documento preparado por la Comisión Europea y el Alto Comisionado, aborda la relación con América Latina y el Caribe en seis ámbitos diferentes: 1) Renovación de la asociación política birregional, con un enfoque flexible que tome en consideración la diversidad regional y a “socios estratégicos”, como Brasil y México; 2) Fortalecimiento de una “agenda comercial común” mediante la actualización y ratificación, y/o firma de nuevos acuerdos, junto a otras propuestas de interés de la UE; 3) Identificación de oportunidades de inversión en América Latina y el Caribe bajo el amparo de la “Global Gateway Investment Agenda” con vistas a “… aunar fuerzas para una transformación digital inclusiva y centrada en el ser humano”, a “un crecimiento económico sostenible para el desarrollo humano” y el “apoyo a transiciones ecológica y digital justas”; 4) Coordinación en “pro de la justicia, la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia transnacional organizada”; 5) Promoción de la “paz y la seguridad, la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos y la ayuda humanitaria”; y 6) Una “asociación interpersonal dinámica entre la UE y América Latina y el Caribe”.

En el “ámbito” económico y comercial, la propuesta es decepcionante y –creo– muy “audaz” en algunas de sus afirmaciones. El foco se centra en la red de acuerdos comerciales de la UE con Latinoamérica y sus “logros”. Acá –entre otros temas– menciona el acceso preferencial, facilitación de las exportaciones de las medianas y “pequeñas” empresas, la “diversificación” del comercio y, también, las cadenas de suministro y el acceso a las “materias primas fundamentales”, destacando que la “… UE trabajará con los socios de ALC interesados en la creación, a escala mundial, de unClub’ de Materias Primas Fundamentales para reforzar las cadenas de suministro sostenibles y diversificar el abastecimiento, que reúna a países consumidores y países ricos en recursos para abordar conjuntamente los retos comunes …” (mi énfasis). Y la “Minerals Security Partnership”, ¿ya pasó al olvido? ¡La Unión Europea es participante!

Claramente, ahora, el foco está en la actualización y ratificación de los TLC, y su “modernización” se centra en el “… diálogo en torno a las respectivas políticas de transición ecológica”, todos temas de interés prioritario de la UE. En mi opinión, hay virtualmente nada o muy poco nuevo y de interés de los países de Latinoamérica y el Caribe, de la responsabilidad social de las empresas europeas y de sus inversiones en nuestra región, por ejemplo, y sin detalles del “Club de Materias Primas Fundamentales”. Y, en mi opinión, además creo que es grave haber declarado públicamente a Brasil y México como “socios estratégicos”, ya que estos han “puesto sus fichas en acuerdos extrarregionales, respectivamente BRICS y NAFTA Mark II, que ciertamente dificultan proyectos de integración regional en Latinoamérica.

Esta “Comunicación Conjunta” de la Comisión Europea al Consejo y Parlamento Europeo representaal menos, en “teoría”– la posición de nuestros socios europeos respecto de sus compromisos con Latinoamérica, por lo que es de sumo interés conocer qué se difundió y qué se discutió, antes y durante la cumbre, acerca de este “documento de posición”. Creo que esta Comunicación es decepcionante, en particular, si Europa intenta efectivamente recuperar el “corazón” de Latinoamérica, ante el “activismo” económico comercial desplegado por la política de relaciones económicas internacionales de China y las décadas del abandono de nuestra región por parte de los EE.UU. En suma, los resultados de la cumbre son decepcionantes, y a ello debemos agregar la descoordinación con algunos de nuestros socios, respecto al tema de derechos humanos y la condena de la invasión rusa de Ucrania.

Podemos quedarnos con el MoU que firmamos con la UE sobre cadenas de suministro sustentables de materias primas, donde –parece– la Cancillería sí logró avanzar. En síntesis, el objetivo de este MoU es fortalecer la cooperación entre Chile, la UE y países miembros, para el desarrollo de cadenas de suministro sustentables de materias primas críticas. La “Alianza” será apoyada por la “Agenda Global de Inversiones de la UE” (EU’s Global Gateway Investment Agenda) y fue preparada en torno a temas tales como: 1) “La integración de cadenas de suministro sustentables de materias primas, incluyendo el desarrollo de proyectos conjuntos …”; 2) “La cooperación en investigación e innovación en cadenas de suministro sustentables de materias primas … incluyendo minimizar la huella medioambiental”; 3) “La instalación de infraestructura para el desarrollo de proyectos, minimizando impactos medioambientales y climáticos”; y 4) “Fortalecimiento de capacidades, educación, entrenamiento y habilidades en cadenas de suministro sustentables de materias primas, de acuerdo a estándares laborales internacionales” (European Commission; Memorandum of Understanding, 18 de julio, mi traducción). Me alegra ver que el canciller se haya jugado y que –al parecer– esta vez la UE se “haya tirado a la piscina”.

Con la firma de este MoU, también se estableció un compromiso para desarrollar unaHoja de Ruta Operacionalque detalle la actividades y acciones de cooperación que deberán ser implementadas por representantes de Chile y países miembros de la UE. Pero, como ya lo hemos dicho: “Obras son amores y no buenas razones”. Nos resta ver si la UE y las empresas europeas “se pondrán” con sus capacidades e inversión, y si nosotros “daremos el ancho”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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