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La batalla de Las Condes y la decisión de Evelyn Opinión

La batalla de Las Condes y la decisión de Evelyn

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Más allá de las irregularidades en Las Condes, lo cierto es que la UDI aprovechó la oportunidad y se deshizo de una alcaldesa cuestionada y huérfana de Lavín, para despejarle el camino a Marcela Cubillos, una exmilitante que optó por entrar a la batalla de Las Condes por la puerta de atrás.


No puedo evitar partir recordando algunos datos que incluimos en una columna de hace un mes, en que analizamos la entrada de Marcela Cubillos a la guerra sin cuartel –despiadada a estas alturas– que la derecha está dando en las comunas del sector oriente, para instalar el nombre de uno de los suyos en municipalidades consideradas como sandías caladas

Repasemos las cifras. Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea –que concentran a la mayoría del 7.8% de personas de altos ingresos del país– votan de manera alineada y uniforme por la derecha. Las tres comunas reúnen aproximadamente 486 mil personas, es decir, el 6.8% de la Región Metropolitana –Maipú tiene más habitantes que los tres municipios juntos–. El 93.2% restante de los santiaguinos vota de manera diversa. No es necesario hacer muchos análisis para interpretar el significado del dato.

A solo dos días de que se cumpla el plazo para inscribir candidatos, aún no es claro quiénes serán los representantes de “las derechas” que se quedarán con los apetecidos cargos, en las municipalidades más ricas del país. A esto tenemos que sumar a Providencia, cuya alcaldesa, Evelyn Matthei, decidió no postular de nuevo para dedicarse 100% a su adelantada campaña presidencial. Veremos si ese dicho de no por mucho madrugar amanece más temprano opera para la jefa comunal, considerando que, a esta misma altura, todas las encuestas daban como fijos a la dupla Jadue y Lavín para encabezar la elección que tuvo de finalistas a Boric y Kast. Después de ver cómo se ha comportado electoralmente este país en los últimos años, nada parece estar escrito en piedra.

Y por supuesto, la batalla de Providencia para “las derechas” será sobre quién recibirá la posta de Evelyn y contará con su bendición para postular al sillón edilicio, que es bastante menos predecible –a diferencia de la tríada Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea– y no tiene garantizado el resultado. La propia Evelyn proclamó el día del anuncio a Jaime Bellolio –al más estilo imperial–, sin embargo, también están buscando el cupo Carolina Plaza y los primos Monckeberg. 

En Lo Barnechea, Cristóbal Lira no va a la reelección, lo que ha despertado el apetito de los RN Felipe Alessandri y Rodrigo Ubilla, del UDI Carlos Ward y del republicano Pedro Lea-Plaza. Claro que, en el caso de que la derecha vaya dividida en dos listas, abren la posibilidad de que entre en competencia alguien del oficialismo más liberal y que viva en esa comuna, como Felipe Vergara (independiente).

En Vitacura, Republicanos dio un paso adelantado y presentó a Felipe Ross, pese a que va a la reelección Camila Merino (Evópoli).  Aquí la pregunta es si el votante de Vitacura castiga o no a la derecha de Chile Vamos por el escándalo Torrealba, que explotó después de la elección pasada.

Pero, sin duda, la madre de todas las batallas para la derecha será la batalla de Las Condes. Después que la UDI sacrificara a Daniela Peñaloza –“a mí nadie me va a bajar, no habrá cocina, yo decido”, que ya postula a frase del año–, se les abrió el apetito a varios que saben que ni siquiera necesitan invertir muchos recursos en la campaña. De seguro, quienes estaban vitrineando en otras alcaldías, pondrán sus ojos en el municipio con mayor presupuesto del país. Sin embargo, la competencia será ruda y provocará roces en las derechas, lo que quedó demostrado con la irrupción de Marcela Cubillos, lo que encendió todas las alertas en Chile Vamos. 

Más allá de las irregularidades que han ido apareciendo en Las Condes, que llevaron a que la Fiscalía pidiera levantar el secreto de las cuentas de Daniela Peñaloza –de seguro la tendremos formalizada pronto–, lo cierto es que la UDI aprovechó la oportunidad y se deshizo de una alcaldesa cuestionada, sin apoyo interno ni padrinos –quedó huérfana sin Lavín–, para despejarle el camino a Cubillos, una exmilitante que optó por entrar a la batalla de Las Condes por la puerta de atrás. Si es que el miércoles “las derechas” inscriben a la exconvencional como candidata única, estaremos ante una derrota que puede significar el inicio del fin de la UDI –que comienza a desangrarse por la derecha– y un triunfo importante del Partido Republicano. 

Sin embargo, la opción de que Cubillos sea la abanderada de Chile Vamos por Las Condes no es algo fácil. En RN y Evópoli no deben ver con buenos ojos que la UDI esté tratando de imponer a Cubillos con el solo pretexto de que un candidato único puede darle el triunfo seguro al sector. Mal que mal, la movida de Marcela Cubillos constituyó un acto matonesco, una verdadera extorsión política. Al más puro estilo Parisi, la exministra inició su campaña desde Madrid y aterrizó en Chile a menos de una semana de las inscripciones. ¿Estarán esos partidos dispuestos a aceptar un precedente que puede significar que, de aquí en adelante, cuando alguien de peso se amurre, patee el tablero e imponga su candidatura?

Claro que, aunque el sector ya da por descontado que se quedará con los municipios calados, veremos qué tan permeable es el electorado frente a irregularidades y delitos de personas del mismo color político de los candidatos, como lo ocurrido con Torrealba en Vitacura, Guevara en Lo Barnechea, Barriga en Maipú y la propia Peñaloza en Las Condes. Misma duda que surge en el oficialismo para los municipios y gobernaciones involucrados en el caso Convenios y, por supuesto, con Daniel Jadue en Recoleta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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