En paralelo, el gobierno de Pervez Musharraf anunció la liberación de cerca de 3.400 opositores, lo que no impidió frenar protestas contra el régimen que terminaron con cerca de 200 detenidos en Karachi. [actualizada]
Pakistán celebrará elecciones legislativas el próximo 8 de enero, según confirmó este martes el Gobierno del general Pervez Musharraf, que de forma paralela anunció la liberación de cerca de 3.400 opositores y abogados detenidos durante el estado de excepción.
Fuentes del Ministerio del Interior paquistaní citadas por el canal «Dawn» informaron que está previsto que «pronto» sean liberados otros 2.000 opositores, con lo que quedarán «unos pocos» activistas y miembros de la abogacía bajo arresto.
Contra estos últimos se han presentado cargos criminales, por lo que deberán afrontar el proceso judicial habitual, añadieron las fuentes.
El anuncio de las liberaciones no consiguió frenar las protestas contra Musharraf, que terminaron con cerca de 200 detenidos en Karachi (sur) durante una manifestación de periodistas contra las restricciones impuestas a los medios de comunicación.
Según «Dawn», durante la protesta la Policía cargó contra los reporteros «sin que hubiera provocación» y causó heridas a una docena, mientras unos doscientos fueron arrestados, algunos de ellos al ofrecerse voluntariamente a ser detenidos en solidaridad con sus compañeros.
Garantizan elecciones «libres y limpias»
En medio de la tensión política, el presidente de la Comisión Electoral, Mohamed Farooq, hizo público el calendario de las elecciones en un mensaje retransmitido por la televisión estatal paquistaní y confirmó que el 8 de enero tendrán lugar los comicios a las asambleas nacionales y provinciales, tal y como estaba previsto.
Farooq detalló que los partidos tendrán un plazo de cinco días a partir de mañana para registrar sus candidaturas, que se revisarán entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre.
Tras un periodo de deliberación, las formaciones registradas podrán retirarse el 15 de diciembre, y la lista final será publicada un día más tarde.
Farooq garantizó unas elecciones «libres y limpias» y aseguró que los observadores internacionales serán «bienvenidos» a Pakistán para supervisar los comicios.
También hizo un llamamiento al voto femenino y calculó que más de 80 millones de electores acudirán a las urnas el próximo 8 de enero.
Sin embargo, todavía está en el aire la participación en los comicios de las principales fuerzas opositoras.
«Aún no hemos tomado una decisión. El boicot a las elecciones es una posibilidad que queda abierta», aseguró al canal «Dawn» Farhatullah Babar, portavoz del Partido Popular de Pakistán (PPP), que lidera la ex primera ministra Benazir Bhutto.
Babar insistió en pedir a Musharraf que levante antes de la fecha electoral el estado de excepción que declaró el pasado 3 de noviembre.
Musharraf viaja a Arabia
Mientras, el general se desplazó a Arabia Saudita, oficialmente para reunirse con el rey Abdalá, aunque fuentes gubernamentales no excluyeron que mantenga contactos indirectos con otro de sus grandes rivales, el ex primer ministro Nawaz Sharif.
Pese a estas informaciones, miembros del partido del ex mandatario exiliado negaron a Efe que vayan a producirse conversaciones.
«No hay ningún encuentro previsto entre ambos. Sharif se niega a reunirse con Musharraf con una ley marcial impuesta y la destitución de los jueces. No habrá reunión a menos que restaure la Constitución», aseguró un portavoz del partido de Sharif, la Liga Musulmana-N, Ahsan Iqbal.
El presidente paquistaní deportó a Sharif a Arabia Saudita el pasado septiembre cuando éste aterrizó en Islamabad tras siete años en el exilio.
Musharraf ya envió la semana pasada un equipo negociador al país árabe para entrevistarse en la ciudad de Yeda con Sharif y buscar así una «reconciliación» política.
Los analistas apuntan a que, tras romperse el diálogo con Bhutto a raíz de la suspensión de la Constitución, Musharraf busca nuevos aliados, entre ellos la alianza islamista Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), en la cual el Ejecutivo de Musharraf se apoyó en varias ocasiones durante la última legislatura para aprobar leyes.
Mientras halla la fórmula para permanecer en el poder, el Tribunal Supremo le allanó ayer el camino para mantenerse como presidente del país tras desestimar cinco de los seis recursos presentados por la oposición contra su reelección, a principios de octubre.
Al declarar el estado de excepción, el general aprovechó para descabezar la cúpula del Tribunal Supremo, principal obstáculo en su carrera para seguir ocupando el sillón presidencial.
EFE
