A juicio del abogado de DD.HH. Héctor Salazar:
El profesional considera que el sacerdote, un reconocido admirador de la dictadura, «no tiene precisamente fama de serio» y que además «es un personaje altamente controversial que por su historia marca un sesgo y marca una tendencia». El ex vicario de la Solidaridad habría considerado su gran conocimiento del derecho canónico al pedirle que lo defendiera en la investigación de las denuncias de abusos sexuales en su contra, que serán vistas por la Congregación Para la Doctrina de la Fe.
“Suena como contradictorio”, dijo el abogado de Derechos Humanos Héctor Salazar, al enterarse que el presbítero y ex vicario de la Solidaridad Cristián Preecht, buscó al sacerdote y reconocido defensor de la dictadura Militar, Raúl Hasbún, para que encabece su defensa en la investigación canónica de las denuncias de abusos sexuales a menores que el Arzobispado de Santiago envió a Roma.
Salazar, quien de hecho se desempeñó en la Vicaría de la Solidaridad, cuestionó la seriedad de Hasbún, a quien considera un personaje altamente controversial.
“No tiene precisamente una fama de serio el presbítero Raúl Hasbún; es un personaje altamente controversial que por su historia marca un sesgo y marca una tendencia», dijo el abogado, en declaraciones a Radio Cooperativa.
De hecho, afirmó que el hecho que Precht confíe su defensa al sacerdote «es como si en la vida civil un miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez buscara como abogado defensor a alguien de la extrema derecha. Suena como contradictorio», dijo.
Lo cierto es que Hasbún, quien durante el régimen de Pinochet hacía comentarios “religiosos” en Canal 13, mismos que en la última década siguió haciendo en Mega al amparo del fallecido empresario Ricardo Claro -hasta que fue sacado de pantalla por el grupo Bethia- sería un experto en derecho canónico, razón suficiente para que Pretch, quien fue un acérrimo protector de los perseguidos por la dictadura, lo contactara para que lo defendiera.
Hasbún, por su parte, dijo que creía en su inocencia y manifestó que «nos tenemos un profundo respeto y cariño mutuo, y aunque así no fuera, creo que todo el mundo tiene derecho a la defensa».
También confirmó haber recibido el expediente entregado por el Arzobispado.
Eso sí, el cura Hasbún no fue la primera opción del ex vicario, quien en un comienzo deseaba que su defensa la llevara el consagrado Francisco García Viñuesa, con quien mantiene una larga amistad.
Pero ello no fue posible, ya que en casos como este, sólo un sacerdote puede llevar a cabo la defensa de otro clérigo. Fue entonces cuando debió recurrir a un “Plan B”, y llamó a Hasbún.
