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La línea dura de Jovino Novoa para sortear Caso Penta arrastra a la derecha a su peor crisis en 20 años Encuesta Adimark arrojó un 78% de rechazo ciudadano a la Alianza

La línea dura de Jovino Novoa para sortear Caso Penta arrastra a la derecha a su peor crisis en 20 años

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Desde el primer día que estalló el caso Penta la estrategia de Novoa ha sido una: no admitir irregularidades, a pesar de las pruebas y declaraciones, tratar de desvirtuar las acusaciones de uso de boletas de terceros y no tomar decisiones en este momento, tales como el cambio de la directiva UDI o que los involucrados más directos –como la senadora Ena von Baer y el propio «coronel»– den un paso al costado y asuman la responsabilidad política más allá del resultado judicial.


Ni el receso estival le da un respiro a una de las peores crisis que atraviesa la derecha, esto como efecto directo de la investigación que lleva el fiscal Carlos Gajardo sobre boletas ideológicamente falsas para financiar campañas políticas. El escaso 11% de aprobación que obtuvo la Alianza en la encuesta Adimark refleja el impacto que ha generado el Caso Penta y deja en evidencia el alto costo que están pagando los partidos de oposición con la tesis impuesta en el seno del gremialismo por el emblemático “coronel” Jovino Novoa, de no asumir responsabilidades políticas de índole alguna hasta que haya sentencia de los tribunales. Y, mientras tanto, capear la tormenta.

El director de Adimark, Roberto Méndez, precisó ayer –a la luz de las cifras de la encuesta– que es evidente que “ha habido un manejo errático e incoherente de parte de la UDI, que le ha sido perjudicial”.

Eso ha sido uno de los temas de fondo que se han discutido hace meses en el gremialismo, cómo enfrentar el Pentagate, punto en el que no hay una voz uniforme, pero donde se impone la tesis del jovinismo, considerando que el ex senador es el padrino político de la actual mesa directiva y en particular de su timonel, Ernesto Silva.

Desde el primer día que estalló el Caso Penta la estrategia de Novoa ha sido una: no admitir irregularidades, a pesar de las pruebas y declaraciones, tratar de desvirtuar las acusaciones de uso de boletas de terceros y no tomar decisiones en este momento, como el cambio de la dirigencia o que los involucrados más directos –como la senadora Ena von Baer y el propio «coronel»– den un paso al costado y asuman la responsabilidad política más allá del resultado judicial.

No hay que olvidar que cuando estalló la arista política del caso Penta, a principios de octubre, Novoa salió públicamente –el 1 de octubre del 2014–, escoltado por distintas figuras del gremialismo, a negar todas las vinculaciones que se le hacían en los hechos. “La publicación en lo que se refiere a mi persona es absolutamente falsa. No existe ni ha existido un sistema de financiamiento ilegal para la UDI. Yo jamás he participado en ningún financiamiento que no esté de acuerdo a la ley de financiamiento de los partidos y jamás he actuado en forma ilegal en mi vida (…) de la publicación hecha por Ciper sí se pueden desprender conductas ilegales: la primera es la supuesta acusación calumniosa hecha por el señor Hugo Bravo; la segunda, es la reproducción maliciosa que un medio de comunicación hace de esa acusación; y la tercera, es la filtración de datos que supuestamente existen en un expediente secreto”, sentenció.

[cita] Desde el primer día que estalló el caso Penta la estrategia de Novoa ha sido una: no admitir irregularidades, a pesar de las pruebas y declaraciones, tratar de desvirtuar las acusaciones de uso de boletas de terceros y no tomar decisiones en este momento, como el cambio de la dirigencia o que los involucrados más directos –como la senadora Ena von Baer y el propio «coronel»– den un paso al costado y asuman la responsabilidad política más allá del resultado judicial.[/cita]

Unas semanas después, A la senadora Von Baer –una de las apadrinadas de Novoa–, mientras era entrevistada en vivo por CNN Chile el 27 de octubre, se le consultó si había pedido apoyo a Penta para su campaña, ante lo cual su respuesta fue categórica y tajante: “¡No, no!”.

De hecho, negar y denostar las filtraciones de prensa sobre la investigación del fiscal Gajardo fue el libreto al que apostó la directiva de la UDI en los meses siguientes.

Pero esa fórmula “hizo agua” desde la filtración del mail de Von Baer –el 4 de enero– solicitándole efectivamente apoyo financiero a uno de los dueños del holding, Carlos “Choclo” Délano, y con el hecho de que el empresario, junto a su socio Carlos Eugenio Lavín, optaran por declarar voluntariamente ante la Fiscalía los días 5 y 6 de enero, admitiendo el pago de platas políticas contra boletas.

En esos días, Jovino Novoa estaba fuera de Chile, se encontraba en Nueva York, mientras en Santiago la UDI vivía una de sus semanas más nefastas. El día 7 de enero, el senador Iván Moreira golpeó la mesa y puso en jaque la estrategia gremialista al asumir su responsabilidad en los hechos y pedir disculpas: «No soy de aquellos que para evadir sus responsabilidades optan por culpar a otros o se escudan en el argumento de que se trata de prácticas generalizadas. Cuando uno se equivoca no cabe la teoría del empate. Por ello hoy estoy dando la cara, reconociendo mis errores con hombría y pidiendo disculpas públicas».

Con ese gesto se hizo notorio que había discrepancias internas en el gremialismo con el manejo que la mesa directiva de la UDI estaba dando al Pentagate, que iban de la mano con la presión por los cuestionamientos a la continuidad de la directiva de Silva.

Dos días después, el 9 de enero, el timonel UDI, flanqueado por figuras históricas y emblemáticas de la tienda –incluso por quienes discrepaban de su manejo político hasta ese momento, como el senador Hernán Larraín y el ex ministro Andrés Chadwick–, pidió disculpas públicas.  “Nos disculpamos ante la ciudadanía por cualquier conducta individual de alguno de nuestros militantes que suponga un financiamiento de campañas políticas de manera irregular (…) no existe una responsabilidad institucional, sí nos corresponde como partido mostrar el parecer al respecto (…) estamos ciertos que ninguno de nuestros dirigentes ha utilizado recursos de campañas para su beneficio personal, y no ha existido una intención ilícita en ello”, precisó aquel día Silva.

El forzado giro –producto de la necesidad de descomprimir la presión interna que tenía Silva– fue resentido en el círculo más estrecho de Novoa; no solo eso, el timonel fue criticado por actuar en contra de la estrategia definida. El «coronel» volvió a Chile dos días después, el domingo 11 de enero a las 8 de la mañana, y apenas estuvo en Santiago se comunicó telefónicamente con Silva y alineó a la directiva tras su estrategia de remitirse exclusivamente al resultado judicial.

No fue casual que, al día siguiente, la senadora Von Baer optara por romper el rígido silencio en el cual se había refugiado desde el primer fin de semana del año, cuando quedó en evidencia que había mentido. A pesar del gesto de Moreira y de la declaración de Silva, la parlamentaria no dio ninguna señal de apertura hasta ese lunes 12 de enero, cuando leyó una declaración sin aceptar preguntas y en que aseguró que lo sucedido había sido “un error involuntario”, eludiendo asumir responsabilidades.

“Quisiera aclararle a la opinión pública que tampoco recibí recursos de Penta fuera del marco de la ley para la campaña política, ni como persona natural ni a través de sociedades en las que yo tenga participación. Sólo pido que dejen que la investigación siga su curso y los tribunales resuelvan, para así yo poder seguir trabajando para lo que fui elegida”, afirmó Von Baer ese día. Todas las versiones coinciden en que actuó bajo la supervisión y aprobación de Novoa.

Cuando se hicieron públicas las declaraciones de Délano y Lavín ante el fiscal, quedó de manifiesto que Von Baer sí había ido a Penta a pedir plata para su campaña y que lo había hecho acompañada de Novoa.

A la luz

En todas estas semanas se han ido sumando críticos a la estrategia definida por el jovinismo, las que con el balde de agua fría que significó el resultado de la Adimark están saliendo a la luz pública y dejando, por lo tanto, de hacerse solo en privado en la derecha.

El diputado y ex timonel UDI, Patricio Melero, dijo ayer con todas sus letras que “estas cosas cuando se enfrentan con la verdad, de cara a la ciudadanía, colaborando con los tribunales, buscando los mecanismos de unidad, se superan”, en abierta discrepancia a la fórmula de la directiva de Silva.

Es que la caída a los 11 puntos de aprobación no es fácil de tragar para la derecha, que en los últimos cinco años se había movido en un piso de apoyo del 20%

No fue casual tampoco la frase del presidente de RN, Cristián Monckeberg, cuando aseguró ayer que “el pastelazo de Penta lo estamos pagando caro y eso que RN no tiene nada que ver con esto”.

A él se sumó el senador RN Andrés Allamand, que afirmó que “la centroderecha pasa por su peor momento con una imagen pública desplomada (…) el caso Penta está resultando devastador, no tan sólo por su impacto directo, sino porque contamina toda la actuación política de la oposición. La Alianza ha llegado a su nivel más bajo de adhesión desde que hay registro de estas mediciones. La conexión entre los escándalos empresariales y la imagen de los partidos de centroderecha es directa (…) es muy equivocado pensar que las cosas se van a arreglar solas”.

Y eso que en Renovación habían apostado por una actitud pasiva, no hacer leña del árbol caído criticando a la UDI mientras está en el suelo, apelando a la lealtad de la coalición, por temor a un castigo del propio electorado. Una visión que no todos en RN compartían, claro está, especialmente los senadores del partido que en su mayoría han sido proclives a desmarcarse de la UDI en esta etapa.

Para el director de Adimark es “confusa” la situación de RN y recalcó que “cuesta entender” que no tomen distancia de la UDI, considerando su errático manejo.

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