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La ácida carta de Cristián Warnken a Kast: “Lo está haciendo mal como líder” PAÍS Crédito: Agencia Uno

La ácida carta de Cristián Warnken a Kast: “Lo está haciendo mal como líder”

El referente de Amarillos por Chile criticó a la cabeza del Partido Republicano, José Antonio Kast, por la conducción de su partido. “Los líderes no se deben limitar a ser las cajas de resonancia de sus tribus, tenemos abundantes ejemplos de ese nefasto tipo de liderazgo en estos tiempos, de políticos sirvientes del Twitter y las redes sociales y las encuestas”, fue una de las críticas que hizo. “La distinción más importante es la que se debe hacer entre líderes que privilegian proteger sus capitales políticos en vez de arriesgarlos en momentos decisivos por un objetivo que vaya en el bien de la comunidad, en sentido amplio y no sólo por los legítimos, pero estrechos intereses de su grupo partisano”, agregó.


El líder de Amarillos por Chile, Cristián Warnken le expresó su preocupación a la cabeza del Partido Republicano, José Antonio Kast, por el proceso constituyente que actualmente lidera el Consejo Constitucional, a tal punto que tildó a Kast de un “mal líder”.

“Si le escribo a usted es por mi preocupación de la deriva que está teniendo el proceso constitucional y porque creo que es en los momentos críticos cuando se prueban los verdaderos liderazgos, y usted es el líder de un partido que es el que tiene la mayoría en el Consejo Constitucional, es decir, un partido sobre el que recae la responsabilidad más fuerte en el éxito o fracaso de este segundo proceso, y subrayo segundo, con todas las implicancias que ello tiene”, dice Warnken en una carta publicada en radio Pauta.

En ese sentido, le explica que “los líderes no se deben limitar a ser las cajas de resonancia de sus tribus, tenemos abundantes ejemplos de ese nefasto tipo de liderazgo en estos tiempos, de políticos sirvientes del Twitter y las redes sociales y las encuestas. Líderes que leen las encuestas para tomar decisiones en vez de tomar decisiones que provoquen cambios o inflexiones en esas encuestas”. “La distinción más importante es la que se debe hacer entre líderes que privilegian proteger sus capitales políticos en vez de arriesgarlos en momentos decisivos por un objetivo que vaya en el bien de la comunidad, en sentido amplio y no sólo por los legítimos, pero estrechos intereses de su grupo partisano”, agrega.

Junto con identificar a los dos tipos de líderes en Chile, Warnken le dice a Kast que no cree que sea un “fascista, como se lo quiso caricaturizar en la segunda vuelta presidencial pasada, ni un Bolsonaro, ni un Trump, ni Bukele, ni Milei en su versión chilena, a pesar de que se ha sacado selfies con algunos de ellos” sino que es “un conservador en lo valórico y liberal en lo económico y representa a una parte de la derecha tradicional que no se siente representada por los otros partidos políticos de derecha más liberales. Y eso está bien. En la democracia, debemos caber todos”.

Por lo mismo, lo tacha como “más tolerante que las caricaturas que circulan de usted”, porque es un “adversario con el que se puede discutir, disentir, dentro de marcos civilizados y con el cual sostener una conversación respetuosa y calma”.

Como se puede dialogar con él, a juicio de Warnken, le escribe la carta, expresando su preocupación por el proceso constitucional. “Si usted fuera un líder furibundo e intolerante (como lamentablemente lo son algunos exponentes de su sector), no tendría sentido pedirle lo que le voy a pedir. Creo que todavía es posible salvar el proceso constitucional en curso para llegar a un texto que pueda ser razonable para la mayoría de los chilenos. Y que usted puede y debe jugar un rol decisivo para que ese ‘final feliz’ (pero no perfecto, claro) sea todavía posible”.

Me parece que lo está haciendo mal como líder, tan mal como en la segunda vuelta electoral que perdió. No como líder que cuida el futuro de su propia tribu (los republicanos) -en ello nadie puede negar que ha logrado grandes éxitos electorales- sino que como líder que piensa en el bien de Chile entero, incluyendo a sus adversarios”, criticó.

Warnken procede a comparar a Kast con Pamela Jiles y Daniel Jadue, dos personas que “se desplomaron y tuvieron su caída libre en tobogán de la fama”. Y también lo compara con el Presidente Gabriel Boric, “que después de vender una imagen moderada en la segunda vuelta, logró la confianza del pueblo, pero ahora está atrincherado en una minoría con la que no puede llevar adelante su ambiciosa agenda de reformas, porque al pueblo de Chile no le han gustado sus incoherencias”.

“Pero cuidado: el pueblo chileno prefiere el orden y la seguridad al caos, es cierto, y las tradiciones a las refundaciones, pero si ‘huele’ que el orden degrada en autoritarismo o la tradición en anquilosamiento, es probable que vuelva a darse esas vueltas de carnero que tanto vértigo le han puesto a la política chilena en estos últimos años. En la Convención anterior, la izquierda le ofreció al pueblo chileno un festival de ofertas y ofertones, una antología de derechos desatados y uno habría dicho que el pueblo iba a recibir esa propuesta con satisfacción”, dijo.

Para ejemplificar su postura, menciona la recientemente aprobada norma que exime del pago de contribuciones a la primera vivienda: “El primer impulso es a apoyarla, pero algo, en algún momento, nos va a decir desde adentro de nuestro arraigado inconsciente institucional que esa iniciativa no debe estar en una Constitución, que puede ser materia de una ley a discutir. ¿Es razonable que se constitucionalice un modelo de AFP? ¿O el delicado tema de los inmigrantes? Esas son solo botones de muestra”.

“La nueva Constitución debe ser clara, minimalista, sin estridencias ni excentricidades, sin dobleces ni trampitas, razonable, sobria, es decir, chilena, pero en el sentido más profundo y mejor de lo chileno, no desde una clave chauvinista estrecha. Que la entienda el ciudadano de a pie y que no le haga ruido. Ya he contado esta anécdota en otra ocasión, que puede servirle. Miguel Littin, haciendo campaña por el Apruebo en plebiscito anterior, le dijo a un campesino de la tierra donde él es oriundo que debía votar ‘apruebo’, y éste le respondió ‘no me cuaira, don Miguel, no me cuaira'”, añadió.

“Su apuesta, José Antonio Kast, me parece extremadamente riesgosa. Vivimos tiempos líquidos, cambiantes y ustedes, al terminar, proponiendo un texto con muchos elementos de “populismo constitucional”(como el tema de las contribuciones), por un lado, e, incumpliendo, por otro, lo que prometieron en un comienzo (‘no haremos una constitución partisana’-dijo usted mismo) se están, arriesgando o una derrota o una victoria pírrica a lo sumo. Porque incluso si tienen éxito en convencer hoy a una mayoría del pueblo de Chile, se va a desmantelar esa amplia mayoría del Rechazo que se configuró el 4 de septiembre del 2022 y se debilitarán los diques que han podido contener hasta ahora a una izquierda refundacional y sus pulsiones maximalistas”, cerró.

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